Como dice una pegajosa canción sudamericana: “Los caminos de la vida no son como yo esperaba, no son como yo creía…/La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”. Cayó uno de los favoritos, uno de los fuertes para ganar la Copa América, torneo de futbol que se está llevando actualmente en Argentina.

A los cariocas les va a ser difícil olvidar el domingo 17, fecha que perdió por penaltis, 2-0, ante su similar Paraguay. Tanto el primer tiempo como el segundo, el resultado fue 0-0. Sin embargo, durante los 90 minutos reglamentarios el que dominó y el que tuvo más oportunidades de anotar fue Brasil; pero se quedó en eso: en dominio y en oportunidades. Mas, en futbol no gana el que hace de este deporte la brillantez o destreza del mismo o el que lleva el balón por delante ni al que se le presenta la ocasión de anotar, sino, simplemente, el que mete el esférico en la portería contraria. Eso es todo. Y eso es precisamente lo que hizo Paraguay ante Brasil.

Terminaron los dos primeros tiempos y como el marcador no daba ganador ni a los cariocas ni a los guaraníes, se fueron a los tiempos extras y las cosas seguían igual. Se siguieron con los penaltis y se abrió una esperanza para el equipo brasileño, porque según los anales en la historia del balompié, Brasil siempre había salido victorioso ante este derrotero.

Y vino la gran sorpresa, lo impensable, lo desconocido para la patria del rey del futbol mundial, el inolvidable Pelé.

El primer tiro fue operado por Thiago de Silva, de Brasil, lo paró el portero paraguayo Villar. Siguió Barreto, de Paraguay; pero el balón pasó volando fuera de la portería brasileña.

Continuaron los angustiosos penales. Jugadores y espectadores —estos últimos tanto físicamente en el estadio de Ciudad de la Plata como televidentes de todo el orbe— vieron cómo los paraguayos se iban arriba en el marcador anotando Marcelo Estigarribia y Cristian Riveros y cómo los brasileños fallaron en sus siguientes disparos. Observadores juzgan que —justo es mencionarlo— el héroe de este encuentro fue el portero paraguayo Justo Villar.

Paraguay, obvio es decirlo, pasa a semifinales.

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