Alejandro Solalinde/Director del albergue Hermanos del Camino

Irma Ortiz

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“Es ilógico organizar un operativo para raptar a sólo cinco migrantes, es ilógico”, reitera el padre Alejandro Solalinde, director del albergue Hermanos del Camino, quien denunció el pasado 24 de junio que en Medias Aguas, Veracruz, habían sido secuestrados entre 80 y 100 indocumentados que viajaban a bordo del tren conocido como La Bestia —en su mayoría centroamericanos y algunos chiapanecos de muy bajos recursos— sin que hasta el momento se sepa su paradero.

Hoy, al parecer, los únicos que siguen viendo a los migrantes son los Zetas, sicarios del crimen organizado, porque las autoridades federales y estatales minimizan y se mantienen a la defensa, al señalar que sólo hubo cinco personas secuestradas —dos hombres, dos mujeres y un niño— de acuerdo a la revelación de testigos que vencieron su miedo y acudieron apoyados por Solalinde, a prestar declaración.

Así se inicia el juego de las descalificaciones. Hay muchos intereses en juego: la próxima visita del relator de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos —que tiene acción vinculante—, Rodrigo Escobar, para dar fe de las acciones gubernamentales; la presión de Amnistía Internacional; una limpia pendiente en el Instituto Nacional de Migración para depurar el organismo invadido de corrupción y dejar de considerar a Veracruz como un estado seguro para el paso de los migrantes.

Ya lo señalaba Mauricio Farah, quien fuera visitador de la CNDH, al comentar el descubrimiento de la masacre en San Fernando, Tamaulipas: “Las autoridades de los tres niveles de gobierno se lamentan, condenan los hechos, dicen que harán todo lo necesario para brindarle a los migrantes la seguridad a su integridad física, a su libertad, a su vida y sin embargo qué es lo que ocurre, en realidad nada”.

De acuerdo a un comunicado del albergue —uno de los 54 existentes en las rutas para apoyar a los indocumentados— un grupo de 250 migrantes salió de Ixtepec, Oaxaca, rumbo a Veracruz a bordo de La Bestia, poco antes de llegar a la intersección de Medias Aguas se paró y fue interceptado por un grupo de hombres que conducían camionetas de lujo que bajaron a alrededor de 80 personas entre las que se contaban varios niños. Los migrantes que lograron escapar y que incluso habían sido recibidos en el albergue del padre Solalinde, regresaron para alertar del secuestro.

Se interpuso una denuncia ante la subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada y ya declararon ante la CNDH. En Tegucigalpa, Honduras, el canciller Mario Canahuacati oficializó que viaja a nuestro país una comisión gubernamental para investigar el secuestro de alrededor de 40 hondureños que viajaban rumbo a Estados Unidos.

Los datos

Entrevistado, vía telefónica a Ixtepec, Oaxaca —antes de que las autoridades minimizaran la denuncia—, el padre Solalinde, coordinador de la Pastoral de la Movilidad Humana en la zona sur-pacífico de la comisión episcopal mexicana, habla sobre los hechos.

“Se acaban de ir precisamente personal y un equipo de la AFI con policía federal. Vinieron del sector de la policía federal el inspector Julián Javier, vino también Alejandro Cardiel Espinoza del ministerio público de Acayucan. Estuvo el oficial Pedro Pavón Hernández de la estación de policía de Acayucan; Víctor Alonso Nicolín, inspector de la policía federal; José Alfonso García Cruz, de la AFI, y José Alberto Rivas Tijerina, de la AFI, y el secretario del ministerio público William Arjona.

Vinieron a investigar, salieron desde temprano por órdenes de sus superiores que les ordenaron abrir oficio; les ordenaron investigar. Primero la veracidad de mi dicho, la veracidad de las afirmaciones que hice y que después fueran investigando y recabando información, así lo hicieron y vinieron investigando, cosa que para mí fue importante. Me dieron algunas pistas de lo que se está haciendo y también de cosas que no sabía por ejemplo de los maquinistas; lo investigaron, porque quiero que sepa que a nadie le quisieron dar información, se la negaron a todo mundo.

Ya investigaron y el conductor principal de ese tren, el que hizo esas maniobras hacia el secuestro, se llama Marcelino Rasgado Altamirano, es el jefe del tren y venía con el maquinista Aurelio Vázquez Salgado; el número de máquinas es 1200810027 y el 10032, donde 31 vagones venían sin carga y uno solo venía lleno de mercancía y sobre esos vagones venían las 250, más o menos, de personas.

Tengo más datos, la averiguación previa de la denuncia que se hizo, entonces el número de la averiguación previa. La denuncia que se puso es PGR/OAX/FC/11164/2011 agencia segunda investigadora PGR de Salina Cruz.

Esto le da más fuerza a la denuncia, porque según el secretario de gobierno de Veracruz, Gerardo Buganza, esto no era cierto, pero, ¿sabe qué ha sucedido? Fíjese qué curioso, cuando hay un secuestro, inmediatamente algunas autoridades se apresuran a decir que no, no es cierto. Están echando mentiras y después tienen que reconocer. Eso es lo que ha estado pasando, y qué pena por Veracruz, porque eso deja mal parado al gobierno de Veracruz.

Ahora le voy a decir los datos que hemos estado recabando aquí en el albergue. De los 250 migrantes que iban en esos vagones, solamente 129 vinieron a registrarse al albergue, todos los demás quedaron sin registro. La mayoría de ellos hondureños, sin embargo, de los que tenemos acá, que se vinieron a registrar, se registraron 129 personas. Estoy hablando de ese día, de los cuales de Guatemala son 39, Honduras son 40, El Salvador son 46, Nicaragua son 6 y hay un número indeterminado de jóvenes chiapanecos muy humildes que pasaron también.

No hay voluntad política

Padre, ¿usted está trabajando con las embajadas respectivas, se han comunicado con usted?

Primero recibí una llamada del cónsul de Honduras, que es Raúl Morazán. Se comunicó para conocer la información necesaria y al tiempo vinieron del consulado de El Salvador, fueron los primeros en venir personalmente a investigar y ver cómo estaban las cosas.

Por el otro lado, está la presión de Amnistía Internacional que está pidiendo que se investigue el asunto y que Gobernación tenga un papel más activo en el asunto…

Es que tiene qué hacerse. Además le doy otra información: el gobierno de Veracruz, después de dos años o tres, por fin reaccionó. Ahora sí, va a reunirse conmigo. La semana pasada estuve allá en Veracruz, me entrevisté con todos los obispos —son 12— sólo faltó el de Coatzacoalcos, el obispo Rutilio, no me pude entrevistar porque tenía otro evento, pero con los demás pude platicar. Recibí un apoyo bastante grande, más de lo que yo esperaba. Hubo sensibilidad de parte de ellos, buena voluntad y creo que hay compromiso.

¿Qué hay sobre las fosas clandestinas en Veracruz?

No lo puedo decir todavía. No se trata de una fosa, sino son dos.

¿Cómo siente la voluntad del presidente Felipe Calderón, cuando por un lado, el Departamento de Estado de Estados Unidos presentó su informe donde dice que México ha hecho poco para disminuir el problema que se está viviendo sobre el secuestro de migrantes?

¿Quiere que le diga? No hay mucha voluntad política, eso lo veo. A esto señores policías que vinieron ahora, yo, muy sincero, les dije que no creía en ellos y menos en Veracruz. Es la primera vez que vienen y lo hacen porque los mandaron, traen un oficio, pero no porque les haya dolido antes un secuestro.

¿Tantos secuestros que ha habido y no se han dado cuenta? Les dije: no creo en ustedes, lo siento.

La única forma como yo puedo creer son los hechos, porque de otra forma ya no sé, las palabras se las lleva el viento.

¿Y cuándo está pendiente la visita del relator de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos…?

Es lo más curioso. A mí lo que más me llama la atención es eso: saben muy bien en Veracruz que este relator, Rodrigo Escobar, va ir, y como a un mes antes de venir hacen este secuestro de migrantes tan escandaloso. Para mí tiene dos lecturas y además se lo hacen en el espacio donde está el ejército, el ejército está permanentemente en Medias Aguas, está cuidando instalaciones de Pemex, pero como quiera está ahí, es su casa, llegar a su casa, hacer eso, sabiendo cómo están las cosas, la situación internacional, hacerle eso a México, en las barbas del ejército que es la única institución que en Veracruz ha respondido.

Por otro lado, también es una bofetada para el gobierno federal, es un reto, es abofetearle la cara con un guante, retarlo, porque usted sabe las raíces de esto, la colita de esto. El 22 de marzo del año pasado se tuvo también esa temática, cuyo núcleo son los secuestros en Washington, en la OEA, en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Desde ahí nace el compromiso de que el relator tenga que venir a México, para constatar, para ver y cómo ve, que lo que él viene a constatar es un secuestro reciente. Imagínese, calientito, servido en charola de plata. Esto es lo que está haciendo la delincuencia organizada con México, con el gobierno federal, es retarle, decirle: me vale tu poder y todo lo que tú cacareas, para que veas que no, aquí está. Lo que más te duele es la imagen internacional, pues te la voy a abollar y ahí está el golpe.

Notota de impunidad

En Washington, Calderón pidió apoyo internacional para el combate al crimen organizado, y mientras tanto persisten los secuestros a migrantes.

Exactamente, cómo no mejor se intensifica la vigilancia de los policías y todo en general, el funcionamiento, el desempeño de los funcionarios públicos, cómo no intensificamos los valores humanos o derechos humanos. Me queda claro cuando hablé con el entonces embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, que Estados Unidos pide la contención de los migrantes, pero no pide que atropellen los derechos humanos, esto es cortesía de la casa. Esto lo aprendí de esta plática que tuve con el que era el embajador de Estados Unidos.

¿Podremos tener la esperanza de que en este asunto de los maquinistas, su colusión, su complicidad sea investigada?

Ojalá que sí, porque aquí ha habido una notota de impunidad. Les demostré a los señores policías que vinieron que los señores maquinistas actúan así, llamé a uno de los testigos que ya tiene años aquí y le dije: a ver fulanito, cuándo te secuestran como hicieron los maquinistas y él lo describió.

Ya se habían pasado del lugar donde estaban los secuestradores. El maquinista se echó para atrás y cuando los secuestradores empiezan a bajar a la gente, el tren se arranca para dejarlos ahí solos y que no haya esperanza de que se suba ninguno al tren, pero uno de ellos desconecta el tren y el chasco que se llevan cuando se jala la máquina solita. Con un coraje enorme se tiene que regresar el maquinista para conectar otra vez los trenes, pero ahora sí con los que habían quedado y que sobrevivieron al secuestro.

Amenazaron de muerte a ese muchacho. Le dijeron que se iba a morir si hacía esta denuncia. En Matías Romero presentamos una denuncia y los jueces de acá de la región dijeron: no, pues no hay suficientes elementos para consignar o sancionar a los maquinistas. Es una cosa asquerosa de la impunidad, por eso yo le dije a los policías: mire voy empezar a creer cuando vea que se empieza a hacer justicia; lo demás son palabras, no valen ya.

¿Aunque el Presidente nos diga por twitter que se está trabajando para resolver la situación?

Hoy menos, porque él lejos de transformar las realidades se ha preocupado mucho por que se cuide la imagen. Eso le preocupa mucho a él y yo lo entiendo, porque ha sido un Presidente solo. Ha sido un Presidente solitario, que no ha tenido el arraigo por las condiciones en que subió al poder, así fue. No ha tenido el arraigo  popular y realmente ha gobernado así y debe sufrir. Me imagino que debe sufrir muchísimo, pero es el precio del poder que él quiso, es el poder sin pueblo.