De acuerdo a los datos más recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), desde hace tres años la capacidad de los trabajadores de las zonas urbanas para adquirir una canasta básica alimentaria muestra una tendencia a la baja.

Así en México 23.06 millones de personas —que representan a 20 por ciento de la población nacional— no tienen suficientes recursos económicos para obtener los alimentos de consumo básico.

Los empleados del país que tienen mayores dificultades para poder satisfacer sus necesidades alimentarias viven en Nuevo León, Baja California, Distrito Federal, Tlaxcala, Quintana Roo, Guanajuato, Sonora y Tamaulipas.

Para conocer la capacidad que tienen los trabajadores de comprar alimentos con el salario que perciben, el Coneval elabora de manera trimestral el llamado Indice de la Tendencia Laboral de la Pobreza, el cual se obtiene a partir de medir el ingreso de las familias y el costo de la canasta básica.

Según este índice, en los últimos tres años hay una marcada pobreza laboral en el medio urbano. En el primer trimestre de 2008, el índice era de 1.0309 y aumentó a 1.2472 en el primer trimestre de este 2011, lo que significa que, desde entonces, el salario de los empleados está perdiendo la capacidad adquisitiva.

Aunque en el medio rural esa tendencia también va en aumento desde 2008, su impacto es menor que en el mercado laboral de las ciudades. El Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza en esa zona refleja un incremento de 0.9501 de 2008 a 1.0170 en el primer trimestre de 2011.

El Indice de la Tendencia Laboral de la Pobreza se mide, desde 2005, cada tres meses y se elabora con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, el Indice Nacional de Precios al Consumidor, el PIB, el número de trabajadores afiliados al IMSS —que hasta el 30 de junio de 2011 ascendió a 14 millones 995 mil personas— y el porcentaje de la población de entre 12 y 17 años de edad que trabaja —el cual representaba el 15.3 por ciento en el primer trimestre de este año.

Este índice, aclara el Coneval, no es una medición oficial de la pobreza, pero dice que sí mide en el corto plazo distintos indicadores que tienen incidencia en la pobreza.