Una ilusoria esperanza de que las dos Coreas lleguen al fin a un acuerdo, se entiendan y acaben con las ridículas hostilidades que de vez en cuando martirizan a ambos países, surgió al conocer el mundo la noticia sobre las negociaciones realizadas el pasado 23 de julio, con la participación de los dos responsables de la política exterior de ambos países.

Las negociaciones, aunque breves, se llevaron a cabo en la isla de Bali en Indonesia, donde tuvo lugar la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSA). No hubo mucha información sobre el acontecimiento pero lo que se consiguió obtener indica que había sido dado un importante paso en el camino hacia la pacificación y reconciliación en la Península de Corea. Las acusaciones mutuas acompañaron últimamente la coexistencia, que ahora está lejos de ser amigable entre las dos Coreas. La Corea del Norte –República  Popular Democrática de Corea (RPDC)- es demandada por la Corea del Sur -República de Corea– por haber amenazado en varias ocasiones con el desarrollo de su programa nuclear, mientras que la RPDC exige que sean retiradas de la parte sureña de la península las armas nucleares norteamericanas. Por el momento, lo único que se ha logrado han sido frecuentes amenazas de carácter bélico.

En la ciudad indonesia se reunieron el pasado 23 de julio el ministro de asuntos extranjeros de la RPDC Pak Ui Chun y su homólogo surcoreano Kim Son Hwan –ésta fue la primera reunión en los últimos tres años que celebraron ambos ministros– y conforme a las fuentes diplomáticas este encuentro no oficial fue “bastante prometedor” en el sentido de la regularización de la situación explosiva en la Península de Corea.

Un día antes de esta reunión, el 22 de julio, los dos altos funcionarios de ambos países que son responsables del problema nuclear de la Península de Corea  -vice ministro de asuntos extranjeros de la RPDC Li Yong Jo y el consejero del canciller surcoreano  Wi Sung Lak- celebraron una reunión en cuyo transcurso llegaron a un acuerdo acerca de la reanudación de las negociaciones de seis países sobre la desnuclearización de Corea.  “Durante la reunión bilateral hemos decidido juntar nuestros esfuerzos para reiniciar el proceso negociador” dijo Li Yong Jo. A su vez el diplomático surcoreano subrayó que la reunión “ha tenido un carácter honesto y benevolente”. Los dos funcionarios expresaron su satisfacción con los resultados de las consultas catalogándolas como fructíferas. Ambos confirmaron su deseo de cumplir con las cláusulas de la Declaración del 2005.

Cabe recordar que esta Declaración fue aprobada en la capital china en septiembre del 2005 durante la cuarta ronda de consultas de seis países –ambas Coreas, Estados Unidos, China, Rusia y Japón– sobre problemas coreanos. En este documento Pyongyang prometió terminar su programa nuclear. Pero a cambio exigió que le fuera prestada ayuda económica y energética, incluyendo la posibilidad de construir en la RPDC varios reactores nucleares de agua liviana. Y enfatizó que esto sería posible sólo cuando los norteamericanos retiraran sus armas nucleares de Corea del Sur.

Pero las negociaciones de los seis países fracasaron al final del 2008 cuando la RPDC abandonó las consultas después de que la ONU le impusiera nuevas sanciones. Y hasta hace poco se negaba a discutir directamente con Corea del Sur su programa nuclear. Ahora, al parecer, se vislumbra una esperanza, aunque muy precaria, de que las nuevas consultas entre ambas Coreas al fin se celebren en aras de la estabilidad en la región del Sudeste Asiático.