No supo ser gobierno

 

En acertado editorial de nuestra casa, Siempre!, Beatriz Pagés precisaba contundente refiriéndose a la ausencia total de valores en el Partido Acción Nacional: “…Vázquez Mota ha exigido a su partido reglas claras para contender internamente por la candidatura a la Presidencia y si las ha pedido es porque seguramente no las hay y porque Calderón se ha limitado a abrir el corral para poner a competir a sus crazy babies.”

Efectivamente, Calderón, ocupado en su propia guerra personal, cuyos resultados han sido devastadores para México, aferrado a la no alternancia, en no permitir el paso de Peña Nieto, no ha tenido tiempo para dirigir a su partido, cuando en rigor debió dejarlo en libertad de seleccionar a sus dirigentes naturales y que buscara al candidato presidencial adecuado.

No, Calderón se empeñó en manejar el PAN como hacía el viejo sistema presidencial del PRI: desde la presidencia y eso fue un craso error. Hoy es un mandatario cuestionado y ofendido como nunca había ocurrido, sin poder, arrumbado por fuerzas reales, entre ellas por una sociedad agraviada que le reclama públicamente sus errores, la pobreza, el atraso y, desde luego, la guerra que por sus propias pistolas emprendió sin un plan previo y con fuerzas armadas no capacitadas para una lucha de esta naturaleza.

Los resultados son atroces. Si a Calderón (lo dijo en Estados Unidos) le irritan las represiones del 68 y del 71, donde hubo un puñado de muertos, ¿qué podrá decir la historia de los 40 mil que lleva su guerra y que ha provocado miles y miles de protestas en los medios, en las calles y en las redes sociales?

El motor de su gestión no fue el odio al PRD que durante tres años lo insultó llamándole “Fecal”, “ilegítimo”, “usurpador” y ahora “teporocho de Los Pinos”, sino el PRI, organismo que detestó de modo enfermizo desde su infancia. Mal político, no supo aprovechar el capital que en 2006 le dieron los mexicanos. Hoy está a la baja, ha destruido su partido y para colmo, perderá el Estado de México y esta inminente derrota lo tendría que hacer reflexionar: no fue capaz de crear un delfín para continuar su obra o justificar sus errores en el próximo gobierno.

Con un gabinete pésimo, donde brilla la incompetencia y la falta de oficio político, con un partido manejado de la peor manera por Gustavo Madero, no hay más que prepararse psicológicamente para lo que un panista, Vicente Fox, desde ahora anticipa: perderá el Estado de México y desde luego la presidencia.

Cierto que las bases de su futura derrota las puso Fox, quien hizo crecer a un político mediocre y convertirlo en un caudillo, Andrés Manuel López Obrador, al que quiso desaforar infructuosamente.

Con Fox comenzó la demolición de la administración pública a grado tal que ahora vemos al frente de Gobernación, nervio político de la nación, a un señor que no tiene méritos para ser jefe de departamento. La corrupción criticada por el PAN y el sistema que no le gustaba en absoluto son ahora pilares de su mala administración.

De este modo estamos viendo el final de un partido esperanzador para muchos, que (fue advertido por unos cuantos correligionarios) no supo ser gobierno, jamás entendió lo que es el Estado y lo condujo como empresa privada y sin impulso social.

Es una pena, porque hombre de buena fe, lo es, ver a Felipe Calderón vencido, humillado, con una serie de penosos acuerdos con sus rivales del PRD en su haber, con una sociedad irritada y sin más capacidad de movimiento, cometer sus últimas pifias antes de convertirse en el Zedillo del PAN y regrese el poder a quienes su partido venció dos veces, luego de haber conseguido poner en ridículo la investidura presidencial.

 

www.reneavilesfabila.com.mx

www.recordanzas.blogspot.com