
Ninguna contienda electoral está exenta de ensuciarse entre el fango de las descalificaciones, medias verdades y auténticos embustes. Michoacán no es la excepción y se especula que pueda tornarse, en su momento, en una arena movediza que provoque virulencia porque el pragmatismo es la modalidad que arraiga.
Morelia se significa como la joya de la corona por la importancia política, sus electores y por trascendencia mediática. El PAN ya ha definido que sea el senador con licencia Marko Cortés quien sea el abanderado en la capital michoacana; las reacciones no se hicieron esperar, toda vez que el diputado federal Alfonso Martínez Alcázar ya tenía un buen tiempo trabajando esta plaza, su despliegue publicitario es ostensible, además de estar posicionado porque ya compitió en la anterior elección en la que fue derrotado por Fausto Vallejo Figueroa, actual candidato priísta a la gubernatura.
En el caso de Morelia se ha dado un fenómeno recurrente en los últimos años porque si bien la alternancia llegó en 1990 al lograr el PRD la alcaldía, posteriormente han sido el PRI y el PAN quienes han ocupado este espacio edilicio, principalmente con Fausto Vallejo Figueroa y Salvador López Orduña, actual funcionario federal y ex candidato a la gubernatura.
De acuerdo con sondeos que se han publicitado es el PRI quien lleva la delantera, aunque las encuestas son fotografías momentáneas y los imponderables pueden definir al final de la jornada.
Por el PRD el candidato es Genovevo Figueroa Zamudio, quien tiene en su haber una trayectoria forjada en el PRI, siendo legislador, gobernador y diplomático.
Las voces en contra de tal candidatura son diversas, particularmente uno de los fundadores del Sol Azteca en Michoacán, Cristóbal Arias Solís, Rogelio Raya, Ana Lilia Guillén y otros, aunque la oligarquía perredista aparentemente está de plácemes con el oftalmólogo y ex rector nicolaita. La desmemoria se apoltrona en el PRD, el funcionamiento al más puro estilo de una franquicia carente de ideología es prosaico.
El registro de Figueroa Zamudio fue el único en el PRD, algo impensable hace unos años. El PRI cuenta con dos precandidatos por Morelia, Wilfrido Lázaro Medina, diputado local con licencia, así como Constantino Ortiz, integrante de la clase empresarial.
En el caso de los priístas seguramente se montarán en el gobierno de Fausto Vallejo, al final todo parece indicar que entre PRI y PAN se resolverá Morelia, aunque el abanderado de éste último no cuenta con el arraigo y se ignora si cuenta con todos los requisitos de elegibilidad que establece el marco jurídico, Marko Cortés es originario de Jacona, municipio conurbado con Zamora.
Michoacán fue génesis de movilizaciones sociales que rompieron paradigmas para forzar otros diseños en la participación política, la alternancia, parte esencial de la normalidad democrática se vivió en la postrimería de la década de los años noventa.
Michoacán fue gobernada por el PRI y ahora lleva dos administraciones perredistas, compactada por grupos, corrientes y camarillas.
Ha sido un punto de enfrentamiento en una tormentosa relación entre los gobiernos federal y estatal, el caso del denominado Michoacanazo es un reflejo del antagonismo, funcionarios en su mayoría estatales fueron detenidos para meses después salir libres porque no se les acreditaron conductas delictuosas.
En los últimos días han sido reiterados los pronunciamientos de integrantes del gobierno estatal y del PRD en contra de las visitas de miembros del gabinete federal que en algunos casos se hacen acompañar de Luisa María Calderón Hinojosa, las tentaciones siempre reprochadas del PAN al PRI en los tiempos idos también las adoptó en la forma.
Bien lo dijo don Daniel Cossío Villegas al profetizar que cuando el PAN gane el poder perderá al partido. Al menos su doctrina ideológica a la que aportaron Manuel Gómez Morín, Efraín González Luna y Carlos Castillo Peraza, ex mentor de Felipe Calderón, simplemente naufraga.
Michoacán vive días de permanente vaivén, el secretario de Gobierno Rafael Melgoza Radillo no sé en qué pensaba cuando dijo públicamente que el crimen organizado debe conciliar con pueblos y comunidades para no dañar a personas inocentes, tal aseveración provocó los cuestionamientos de la oposición, incluso el propio dirigente estatal del PRD, Víctor Báez, pidió al funcionario clarificar su dicho.
El gobierno de Michoacán emitió posteriormente un comunicado oficial mediante el cual aseguró que “en ningún momento ha propuesto un concilio con el crimen organizado, sino por el contrario, en reiteradas ocasiones ha manifestado que la delincuencia es un flagelo que lastima a la sociedad, y por tanto debe perseguirse y castigarse”.
Los dislates del secretario de Gobierno son inoportunos, parecen espontáneos y ningún favor ofrece a los tiempos que corren, marcados bajo el signo de la incertidumbre.
