De todas las fuerzas políticas
Gobernar dentro de un régimen democrático sería mucho más fácil si no hubiera que ganar constantemente elecciones.
Georges Clemenceau
A poco más de siete semanas de que formal y legalmente empiece el proceso de las elecciones de 2012, todas las fuerzas políticas deberían estar ocupadas en fortalecer las instituciones encargadas de organizarlas, vigilarlas y arbitrarlas.
Hacen lo contrario, intentan debilitarlas y someterlas.
Los políticos de todos los partidos se unen a la despreciable campaña de desprestigio del IFE emprendida en algunos medios, campaña que responde a todo, menos al interés de preservar las instituciones democráticas.
Irresponsablemente, los grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados han incumplido impunemente con su responsabilidad legal e inconstitucional, y en respuesta a los más torvos intereses electorales han preferido debilitar dejando vacantes durante ya nueve meses los puestos de tres de los seis consejeros del IFE.
“Preferimos un IFE cojo que dejar que prevalezca la opinión del PRI”, ha dicho el vicecoordinador de los diputados panistas Alberto Pérez Cuevas.
Y así, a siete semanas del arranque del proceso electoral de 2012, el IFE está incompleto para desempeñar las tareas que le asigna la ley, que no son pocas.
El IFE habrá de afinar la organización técnica y humana que pueda recibir la votación de más de 80 millones de ciudadanos que tiene el actual padrón.
Habrán de asegurarse estar preparados para la instalación de más de 150 mil casillas con sus respectivas y legales mesas de funcionarios, funcionarios que sumarán más de 600 mil personas, sólo para recibir la votación ciudadana.
A lo largo y lo ancho de la República habrán de escoger y capacitar a esos cientos de miles de ciudadanos que tendrán que recibir y contar bien los votos ciudadanos.
Más la estructuración de los comités distritales, donde, de acuerdo con la ley, se harían eventuales recuentos de votos si el margen de victoria es muy estrecho, como hace seis años.
En las elecciones de 2012 se recibirán y contarán los votos para elegir al Presidente de la República, además de la elección de 128 senadores y 500 diputados federales.
En siete entidades de la República también se elegirán seis gobernadores y el jefe de Gobierno del Distrito Federal, además de 925 presidentes municipales y 559 diputados locales.
Administrar y organizar al aparato electoral bajo las reglas impuestas por la reforma electoral de 2007, es una tarea formidable. Muy costosa, porque así lo dice la ley, pero eso no es lo más importante.
Limitar los recursos para la elección y dejar incompleto el IFE es una responsabilidad histórica de los actuales líderes de las bancadas en la Cámara de Diputados.
Al dejar incompleto el IFE, los diputados arriesgan la elección presidencial a que sea impugnada la validez de sus decisiones y, por consecuencia la validez de las elecciones. Una crisis política de consecuencias imprevisibles.