Qué hacer y cómo hacerlo    

A partir del 22 al 30 de agosto de este año 2011, los tres candidatos a la gubernatura de Michoacán, por disposición legal, deberán abstenerse de realizar cualquier acto que pueda considerarse proselitista o de campaña.

Sin embargo, antes del inicio de esa veda electoral todos expresaron sus sentires y atendieron a sus huéspedes.

Fausto Vallejo Figueroa tuvo la visita de Humberto Moreira Valdés, Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones, y de todos los asistentes a la sesión plenaria de legisladores Federales del PRI, convocada previamente en la ciudad de Morelia.
Luisa María Calderón Hinojosa estuvo acompañada por Josefina Vázquez Mota, Ernesto Cordero, Gustavo Madero Muñoz, y varios gobernadores panistas.

Silvano Aureoles Conejo anduvo acompañado por Jesús Zambrano y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

Aureoles, sin ninguna prueba y con su irreflexión acostumbrada, afirmó que los gobernadores del PRI “aportarán 19 millones de dólares para apoyar a la campaña de Fausto Vallejo Figueroa”; y que “la señora”, Luisa María Calderón Hinojosa, “está en la calle de la amargura”, ya que su campaña no pinta, y por lo tanto, “la pelea sólo será entre el PRD y el Partido Revolucionario Institucional”.

A ese tipo de campaña camorrista de Silvano, ni Luisa María ni Fausto le hacen caso, y el pueblo de Michoacán lo descalifica; sin embargo, es necesario analizar con objetividad esas guasas, para desarticularlas, en beneficio de la sanidad de la contienda.

La sabiduría popular sigue repitiendo, por algo, que “el ladrón cree que todos son de su condición”. Si partiésemos de las ímprobas afirmaciones de Aureoles, podría ser que los gobernadores perredistas le hayan ofrecido a Silvano un millón de dólares cada uno, para su campaña; y, por ende, que los gobernadores panistas hubiesen ofertado algo similar a Luisa María. Esto significaría —entre los tres candidatos— aportar 32 millones de dólares por esa vía.

Ahora, bajo ese suponer deshonesto y ficticio, consideremos que Fausto poniendo el buen ejemplo los dona íntegros para que algo se abone a la deuda pública real generada por los gobernadores perredistas Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel; en ese endeudamiento sobre el que nadie sabe en qué invirtieron esos más de 20 mil millones de pesos.

Y sobre esa misma presunción, pensemos que tanto Luisa María como Silvano aportaran también lo que les corresponde para tan noble fin; entonces lograríamos con ello entregar un pequeño abonito a la enorme deuda ilícita de color amarillo que gravita, agraviando, a varias generaciones de michoacanos.

Pagar 385 millones de pesos significaría que seguiríamos endeudados con 19 mil 615 millones de pesos. Pero estas suposiciones, de darse en la realidad, configurarían delitos penados por la Ley, como tan penado está que el Ejecutivo estatal o el federal desvíen fondos del erario respectivo a las campañas electorales de Michoacán.

Por otra parte, antes de este lapso de receso para campañas electorales gubernativas, Luisa María ha determinado reconformar su equipo de campaña, sobre todo por lo que ve a quienes tenían a su cargo la responsabilidad coordinadora, y la publicitaria, los que han llenado al territorio estatal de espectaculares costosos con la imagen de la candidata, la que cada vez más retocada artísticamente, se parece menos en la realidad a la candidata Calderón. Propaganda que, además, se encuentra vacía de conceptos.

Respecto a Fausto, previo a esta veda de actividades electorales, ha denunciado su difícil posición, pues tiene que soportar a dos fuegos “la guerra sucia subterránea que ya empezó” por parte del gobierno estatal, y por parte del gobierno federal, en donde ambos se encuentran invirtiendo, a manos llenas y sin pudor, los recursos del erario respectivo, a favor de sus candidatos. Ojalá y reflexionen los titulares de esos dos niveles del gobierno mexicano.

Pero a partir del 31 de agosto próximo comienzan legal y formalmente las campañas; mientras, en este relax, cada partido político con su candidato a la gubernatura tendrá la oportunidad de ajustar los diseños de sus operativos políticos.

Esperemos que no  mientan. Ningún candidato demagogo ganará. Los gesticuladores, o las engañadoras, no sirven para nada en estos tiempos difíciles. Conforme a nuestros graves problemas debemos escoger al honesto, al capaz, al trabajador, a una persona de carácter, de firmeza, de bien.

Los problemas lacerantes son de inseguridad, pobreza, falta de empleos, de productividad, educativos, de pésima distribución de riqueza, de falta de cultura ética elemental, de corrupción, comenzando por los poderosos, de normas jurídicas que sean sencillas y breves para beneficio de todos, o al menos para la mayoría, de honradez de jueces, ministerios públicos, policías, ejecutivos y legisladores.

Claro que un ejercicio de 3 años 7 meses no alcanza para concluir esa titánica labor, pero en ese lapso sí se pueden poner los cimientos sólidos, y adecuadamente orientados para desplantar el desarrollo con un rumbo acertado, claro y preciso.
Qué hacer y cómo hacerlo, es la clave de esta campaña.