Irma Ortiz
El jueves pasado, el Movimiento para la paz, encabezado por Javier Sicilia rompió el diálogo con el legislativo debido a que aprobó en lo general el dictámen de la ley de Seguridad Nacional. Sin embargo, se había convertido en una escena común ver en los medios de comunicación a Sicilia dando abrazos y besos, no sólo al presidente Felipe Calderón, sino a los distintos políticos, en reuniones que, en opinión de muchos, desvirtúan la causa de las víctimas de la guerra antinarco, y lo que se delibera son cuestiones más terrenales, como son las candidaturas ciudadanas y la reforma política.
México carece de experiencia en el manejo de movimientos sociales y cuando surge algún tipo de liderazgo ciudadano es cooptado por el gobierno en turno, los líderes obtienen canonjías y todo sigue igual.
En opinión de Edgardo Buscaglia, catedrático del Instituto Tecnológico Autónomo de México, y especialista en seguridad nacional, México tiene que aprender de sus errores y debe avanzar en la creación de una sociedad civil real, tecnificada, que se maneje en red con otras organizaciones no gubernamentales internacionales y cambie realmente las reglas del juego.
Deseos de figurar
¿Cómo se manejan los movimientos sociales en otros países?
Los movimientos sociales no se dedican diariamente a estar dando abrazos o besos al presidente, sino a chambear, a monitorear a las autoridades de los diferentes niveles, en sus diferentes áreas de acción.
Son ONG’s formadas por profesionales que se dedican a monitorear los flujos patrimoniales para dar financiamiento a campañas electorales. Muchas de las denuncias que van a los fiscales electorales parten de éstas que se dedican a trabajar en red.
México proviene de un sistema político donde la sociedad civil nunca tuvo ese rol, nunca vivió una democracia en un sentido amplio, moderno, por lo tanto, la sociedad civil no ve otra manera de actuar que la de ser cooptada, cercana al poder, en lo que ellos llaman diálogo. Utilizan eufemismos como el que hay que sumar, dialogar, no creo que esa haya sido la base del pensamiento de los próceres que fundaron este país, ellos luchaban contra fuerzas que representaban el mal del país y sumaban a otras fuerzas que sí podían llegar aportar valor a su trabajo.
Aquí no vemos todavía eso, vemos a mucha sociedad civil que desea figurar, recibir posiciones políticas, candidaturas que les ofrecen desde el poder, pero la sociedad civil que sí trabaja es la desconocida, la que no sale en los medios continuamente como la del padre Solalinde de Oaxaca o la del padre Pantoja en Coahuila. Están aislados, amenazados por autoridades, rescatando migrantes, y monitoreando las políticas que se les aplican a éstos.
A esa gente que sí trabaja por México, hay que conglomerarla, se tiene que transformar en una red nacional, como la red de organizaciones no gubernamentales en Canadá, Estados Unidos, Italia. Lo que hacen primero es proteger a los miembros de la red; cuando formas parte de una red muy amplia, es muy difícil que te neutralicen o eliminen porque formas parte de una red que te hace fuerte, social y políticamente.
Segundo, al coordinar con otras organizaciones de la red, tienes mayor alcance en tu trabajo, si hoy rescatas migrantes, como hace el padre Solalinde en un pequeño ámbito territorial, al ser parte de una red, formas parte de algo mucho más grande.
Tercero, lo más importante es proponer productos específicos, por ejemplo, la sociedad civil italiana para prevenir a la delincuencia organizada, se organiza en red de mil 200 asociaciones civiles que propone leyes al parlamento italiano. No se dedica a moverse de reunión en reunión como hoy ves a la sociedad civil de elite mexicana que está en los medios.
Por ejemplo, hoy en México no existe una ley de participación ciudadana o una ley de prevención social de la delincuencia, eso debe ser propuesto por la red de sociedad civil y se lleva al Congreso, no al gobierno.
Hay que distinguir gobierno de Estado, el Estado está representado en el Congreso con todas las fuerzas políticas y la sociedad civil con mil 200, 3 mil asociaciones en México que debería presentar al Congreso, una propuesta de ley para que delibere y en su caso, la apruebe con sus modificaciones.
Eso no se hace aquí, no hay una cultura de participación ciudadana, no hay una democracia participativa, existe una democracia electoral y cuando surgen movimientos sociales, como el del señor Sicilia, en seguida va el gobierno intentando prometer candidaturas independientes, reformas.
Monitorear como en otros países
¿Qué hace el movimiento de Sicilia hablando de candidaturas independientes?; ¿por qué? Hay problemas más acuciantes que hoy vive la ciudadanía promedio, a quienes les asesinan a sus hijos, los secuestran o los están extorsionando, hay que dedicarse al trabajo de base.
México necesita gente que se dedique a producir diariamente reportes, propuestas de ley, que monitoree a los candidatos como hacen en Canadá, Francia o Alemania. El candidato político alemán es potencialmente igual de corrupto que el candidato político mexicano, pero el alemán sabe que tiene una sociedad civil independiente y muy técnica que lo monitorea continuamente. Que revisa los flujos financieros que le llegan a su campaña en Alemania, la fecha en que reporta a las autoridades, eso hace la sociedad civil, las ONG’s tecnificadas y hacia eso debe ir México.
No a la captación de movimientos de sociedad civil formados por impostores que se dedican a abrazar al presidente y ver cómo se le acercan. Está muy bien hablar por televisión, pero cuando uno lo va a hacer tiene que llevar un producto, una propuesta de ley para proponer al pueblo.
Lo que falta en México es una nueva cultura de sociedad y Estado, una cultura que haga lo que hoy hacen algunas organizaciones no gubernamentales en México, que sí las hay, que chambean pero están invisibles, amenazadas, aisladas y no salen en los medios.
A esa sociedad civil que tiene un gran valor en México, hay que unificarla, coordinarla en una gran red nacional para que se vincule a las redes internacionales que hacen lo mismo en el exterior.
Por ejemplo, la red italiana llamada Libera tiene mil 200 organizaciones civiles que se dedican a la prevención de la delincuencia organizada, trabaja con otros cientos de organizaciones civiles en la Unión Europea y hoy ya estamos formando grupos redes de sociedad civil en México, con personas valiosas para vincularlas a las redes italianas y europeas.
Hay mucho trabajo por delante, muchas leyes que aprobar en el Congreso que hoy no existen, como las que acabo de mencionar. Hay mucho trabajo de monitoreo a nivel municipal, para que las autoridades no continúen abusando de su discrecionalidad y violen los derechos humanos de los ciudadanos. Ese trabajo de monitoreo lo tiene que hacer toda la sociedad civil, en vez de dedicarse de ver quién les va a dar el próximo contrato de la Secretaría de Gobernación. Ese es uno de los grandes problemas que tienes en México, esa mentalidad cancerosa, prebendaria que tiene la sociedad civil de elite que vemos en la televisión continuamente.
Se aprende de los errores
¿Ese es el futuro, que se desvirtúe el movimiento?
La gente que hoy busca el abrazo del poder en turno, a esos personeros de elite de la sociedad civil, se los va llevar la historia por delante y surgirán movimientos sociales de mayor envergadura en el proceso, lamentablemente aprendemos de los errores y las sociedades no son diferentes.
Hoy la sociedad mexicana continúa cometiendo errores, pero la crisis a medida que le llegue a esa elite político-empresarial, como sucedió en Italia donde primeros ministros fueron secuestrados y asesinados o en Colombia, donde la mitad de la Suprema Corte de Justicia fue masacrada.
A medida que esa elite, que hoy es parte del problema, forme parte de la solución en el futuro va ser debido a que las crisis se los comienza a llevar por delante, ver que sus patrimonios se pierden de la noche a la mañana, que sus hijos e hijas son secuestrados.
Cuando eso sucede, los movimientos sociales empiezan a formar una red social con personas, mujeres y hombres de valor que realmente proponen e implementan políticas y trabajan mano a mano con el Estado mexicano, pero los países tienen que vivir el dolor y las consecuencias de sus errores, muchas veces para darse cuenta el rumbo tiene que ser diferente. Son movimientos históricos que cambian en lo que las sociedades se dan cuenta que la situación ya no da para más y tiene que haber un movimiento colectivo desde abajo, a través de un movimiento social genuino, que ejerce presión en las calles, sin violencia.
Los movimientos más efectivos han sido como los de Mahatma Ghandi, de Martin Luther King, movimientos pacíficos, pero que realmente sean serios, fuertes, como dicen acá en México, cabrones. Movimientos que le den sustancia a la protesta social pacífica y que comiencen a llevarse a toda esta cloaca de corrupción política.
Por el otro lado, la misma elite, dentro del poder político y económico, se va a dar cuenta que las reglas del juego tienen que cambiar, entonces va a ver un efecto acordeón como el que existió en Italia, en Colombia, donde desde abajo y desde arriba se va a eliminar el viejo régimen y las viejas reglas de hacer política y las cosas van a cambiar.
Uno espera que sea antes y no tan tarde, porque cada día se mide con vidas humanas y cada vida humana es un tesoro, por lo tanto, esperemos que esto se implemente lo antes posible y que se despabile la elite hoy en el poder, la que organiza esos shows en Chapultepec, en el museo de Antropología. Esos shows no son diálogo, son formas de darle oxígeno al viejo sistema.
Mafiocracia en lugar de democracia
Se inician los tiempos electorales, ¿cómo debe funcionar la sociedad civil para blindar esos procesos?
La Unión Europea, Canadá y otros países han aportado el entrenamiento, la asistencia técnica a grupos de sociedad civil para el monitoreo de procesos electorales, los monitores de procesos electorales no son solamente extranjeros que vienen en nombre de la OEA o de la ONU, pueden ser grupos sociales mexicanos como los que existen en la Unión Europea.
Monitorea a los candidatos in situ, en los mismos lugares y lo hace financieramente, desde el punto de vista patrimonial. Obviamente las fuerzas políticas no quieren que exista porque les representa un potencial dolor de cabeza, eso va existir como parte del proceso de transición hacia un sistema democrático mucho más pleno que el actual.
Hoy tenemos más una mafiocracia que una democracia, las mafias, ya sean legales o ilegales, son las que determinan quién es el candidato en las listas, quién gana las elecciones, quién es financiado más o menos.
Sin embargo, en el futuro, a medida que este país se modernice en sus sistemas políticos y sociales, la sociedad civil muy tecnificada, muchas veces sociedad civil con traje y corbata monitorea los procesos electorales desde una computadora, desde el mismo campo donde están los procesos electorales. Esa sociedad civil hoy no existe en México.
No existe porque se le reprime, se le coopta a través de prebendas políticas, económicas, contratitos desde la Secretaría de Gobernación para que no se forme la sociedad civil, así la pachanga criminal continúa en materia electoral.
Hoy en día, entre un 55 y un 65 por ciento de las campañas electorales mexicanas —de acuerdo a encuestas—, están siendo infiltradas por dineros criminales, dineros que violan la ley electoral mexicana.
El sistema político tiene que tocar fondo, los miembros de la elite tienen que darse cuenta que así como vamos no va más. Que no es como dicen los políticos mexicanos que estamos mal, pero vamos bien; estamos mal y vamos mal y cuando se den cuenta que su poder está en juego y estén entre la espada y la pared, con sus patrimonios y sus familias desapareciendo como sucedía en Colombia, donde los clubes más exclusivos eran demolidos por coches bomba con empresarios adentro. Cuando vean que el monstruo que han creado, los devora, las cosas van a cambiar y le van a permitir trabajar con la sociedad civil genuina y no esta cloaca de corrupción que hoy ven.
Democracia participativa
Una sociedad civil que monitoree desde un punto de vista técnico, sin política ni ideologías de por medio. Es algo que todavía en México no vemos y se hace en red, no a través de las ONG’s favoritas o compradas por el gobierno, sino una red de cientos y cientos de organizaciones que monitorean si el agua que les llega es limpia, si el acceso a la justicia de una persona pobre existe. A esto se le llama democracia participativa.
En Brasil, por ejemplo, es común en ciudades como Sao Paulo que los ciudadanos se auditen la delineación y ejecución de los presupuestos públicos, imagínese, ONG’s reconocidas por el Estado brasileño que monitorean la delineación y la ejecución de cada partida presupuestal. A eso se le llama democracia participativa, no la democracia que ustedes conocen de la compra del voto, no la democracia en la cual las ONG’s que ven por televisión abrazadas del presidente, están esperando que se le de una posición cercana al poder o un contrato de turno.
La sociedad del futuro de México es la brasileña, la que ves en Canadá, en Estados Unidos se le llama cool watch, en monitores de juzgados; en otros países les llaman monitores electorales, en Francia existen. Y va existir en México, pero se tiene que dar una revolución social que todavía no se dio y que se dará, no tengo la menor duda, donde México encontrará nuevamente el rumbo que ha perdido en los últimos 30 años y que los valores de Madero, de Zapata, que concibieron a la Revolución Mexicana van a ser retomados y se harán realidad a través de una democracia participativa más plena.
México era un punto de referencia histórico para muchos países del mundo, ha perdido su rumbo por ahora, pero esa sociedad civil va a generar un proceso de democracia participativa plena más allá de las elecciones y eso se dará sin lugar a dudas en los próximos años.
Va a existir mucho dolor, va a haber mucha gente que va ir a parar a la cárcel y muchas personas van a pasar a formar parte de la solución, y no tanto del problema, como es hoy, y eso va a suceder y se van a retomar los valores de la Revolución Mexicana.
Al mismo tiempo, van a dejar de existir partidos políticos y movimientos que le niegan valor a la Revolución Mexicana. No puede ser que existan partidos que le niegan valor a la Revolución, es como pretender ir a Francia a establecer un partido que le niegue valor a la revolución gala, se reirían los franceses. México tiene que reencontrar su rumbo histórico que era el camino, con todas las mejoras, que se le pueden dar.
Nadie dice de regresar a los años 60, 70, es imposible, se tiene que mejorar el sistema de representatividad política. Los partidos tienen que ejercer un proceso democrático pleno, pero la democracia no puede ser solo electoral, tiene que ser participativa. México va a retomar su rumbo y eso va a ocurrir, no me cabe la menor duda.

