Alan Wallstonecraft
La prensa europea ha destacado en las últimas dos semanas cómo la delincuencia ha abandonado el llamado carjacking (robo de automóviles), por el ahora más remunerativo hurto, créalo o no, de ¡cuernos de rinoceronte!
Le Figaro, en Francia, por ejemplo, señala en una de sus portadas: “’El clan de ladrones de cuernos de rinocerontes’ actúa en Europa, y la última víctima ha sido el Museo de Ciencias Naturales de Bruselas que acaba de ver desaparecer a una cabeza, después de Francia, Portugal, Alemania, Suecia”.
“Si cada cuerno de rinoceronte puede venderse entre 25 mil y 200 mil euros” continúa el diario, “¿por qué un ladrón de cuerno de este animal se puede volver millonario?”.
Y explica: “Porque el polvo de cuerno de rinoceronte tendría virtudes sexuales para los machos que, gracias a su empleo, pueden reconquistar a sus parejas en mal de amor.
“¡Qué negocio!”.
A principios de junio fueron robados varios cuernos de rinoceronte de museos en las ciudades alemanas de Gifhorn, Bamberg y Hamburgo, pero no bien acababa de ocurrir esta eventualidad en Bruselas, Bégica, y en Gotemburgo, Suecia, cuando en el Museo de Ipswich, en Essex, un condado del sur de Inglaterra, la semana pasada la rinoceronte disecada “Rosie”, una criatura que estaba en exhibición desde hace más de 100 años (1907) y que descansaba entre un mamut y una jirafa, perdió su cuerno, lo mismo que se extravió un cráneo de rinoceronte negro.
“Arrancaron el cuerno de “Rosie”, probablemente a los ladrones sólo les llevó cinco minutos sacarlo e irse. Sabían exactamente lo que querían”, sostuvo Max Stocker, miembro del Consejo de Ipswich.
En junio, en el Museo Educativo Haslemere, en Haslemere, Surrey, Inglaterra, otra cabeza de rinoceronte, donada en 1929 por C.I. Blackburne, después de que éste cazó al animal en 1913, durante un viaje a África Oriental Británica, igual desapareció.
En febrero, también fue robada una cabeza de rinoceronte valorada en más de 57 mil euros de una casa de subastas en Essex. La organización policial europea, Europol, cree que estos robos son obra de un grupo irlandés del crimen organizado que está diversificando sus actividades fuera del tráfico de drogas y del lavado de dinero para aprovechar los altos precios que puede alcanzar la mercancía rara, que se usa para producir mangos exclusivos de navajas, pero, sobre todo, se dice que aumenta la potencia sexual y actúa como afrodisíaco.
El comercio de cuernos de rinoceronte fue prohibido en 1976 por los signatarios de la Convención del Comercio Internacional de Especies en Peligro de Extinción, pero tiendas de antigüedades, casas de subastas, galerías de arte, museos, colecciones privadas y zoológicos se encuentran entre las instituciones afectadas por este grupo, que se ha aprovechado de galerías internacionales de remates en Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y China para vender los ejemplares, según Europol.
El gran problema para los ladrones es que el cuerno de “Rosie” podría contener una desagradable sorpresa debido a los antiguos métodos de conservación victorianos, que utilizaban un cóctel de productos químicos entre los que destaca el peligroso arsénico.
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Animal en extinción
Pero más allá de las lamentables pérdidas en los museos, lo que en realidad preocupa a los científicos es que esta especie se encuentra en peligro de extinción con menos de 15 mil ejemplares que sobreviven en todo el mundo.
La tribulación de estos animales la puede ejemplificar el rinoceronte indio, que se conserva actualmente sólo en la región Nepal-India.
A pesar de que la población se recuperó en los últimos años gracias a un mayor cuidado de los espacios naturales y al fin de la guerra civil en Nepal en 2006, la especie sigue ahí en peligro de desaparecer porque, que a diferencia del africano, cuenta con un solo cuerno y una piel aún más gruesa que lo convertía en el pasado en un animal utilizado para luchas ilegales que incluían apuestas.
Según la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, apenas quedan en libertad en la región entre dos mil 800 y dos mil 850 ejemplares.
El último censo de rinocerontes realizado en Nepal en abril, aunque con dudas, porque se realizó a lomos de elefante peinando los bosques hasta divisar a los animales, reveló que en este país quedan 534 individuos, lo que supone un aumento de un centenar de animales respecto a los 435 del 2008, pero un número que está aún lejos de los 612 censados en 2001.
Sin embargo, aun persisten problemas como la caza ilegal. Entre 2008 y 2011, por ejemplo, el total de rinocerontes que murieron por causas naturales fue de 32. Pero hubo 28 fallecidos por la actividad de los cazadores, dijo Maheshwar Dhakal, oficial del Departamento de Conservación.
Los cazadores codician los cuernos, formados de queratina y utilizados por la industria de la ornamentación en Oriente Medio, así como en Asia Oriental, donde se les atribuye poderes afrodisíacos una vez pulverizados.
Los pezuñas son empleadas en países como China, para ingrediente de pócimas de la medicina tradicional.
Además del comercio ilegal relacionado con la caza, la proliferación de plantas exógenas en las llanuras de Nepal, así como el deterioro y la disminución de los hábitats naturales del mamífero son también amenazas.
“Ha crecido la superficie boscosa en las áreas adyacentes a los parques naturales, y los rinocerontes acuden a esas nuevas zonas”, agregó el experto en conservación.
El final de la guerra civil en Nepal permitió al Ejército regresar a los puestos de vigilancia de los parques naturales para controlar la caza ilegal. Los cazadores solían llevarse los cuernos de los rinocerontes y dejaban sobre el terreno los cadáveres, cuya carne, pese a su dureza, era y es todavía aprovechada y cocinada por las poblaciones locales, a falta de otro menú. Pero no han faltado las quejas de organizaciones defensoras de los derechos humanos reclamando el trato que los militares han dispensado a los cazadores, como ocurrió con el asesinato de dos mujeres y una niña sospechosas de caza ilegal.
Aunque hay argumentos en el sentido de que los Parques Naturales afectan al modo de vida tradicional de los lugareños, los Departamentos de Bosques y Conservación tienen poderes casi judiciales y pueden someter a los cazadores a penas de hasta 15 años de prisión, lo que no gusta a las ONGs.
Las migraciones y la actividad humana también han tenido un impacto sobre la vida de los rinocerontes nepalíes, aunque su situación no es tan dramática como la de sus “primos” de la isla de Java (Indonesia), donde la especie ya no puede sostenerse con apenas 40 ejemplares.
He aquí la situación de los rinocerontes en Africa y Asia hasta 2009.
Fotografías: Internet.