Cumbre Rusia-Ucrania: cero resultados

 

Alexander Serikov

Todo indica que la época de aproximación y estabilidad en las relaciones entre Rusia y Ucrania iniciada con la llegada al poder en Kiev de Víktor Yanukóvich, concluyó. Este hecho fue claramente manifestado al cierre de la cumbre, que tuvo lugar el pasado 11 de agosto  en la ciudad rusa de Sochi.

Ucrania, república de gran importancia que constituyó la ahora desaparecida Unión Soviética, al obtener su independencia tuvo serios problemas de carácter político y económico. Con el afán de demostrar su independencia, Ucrania rompió bruscamente la mayoría de los lazos que la unía en los tiempos anteriores con la Unión Soviética que en la actualidad, al perder muchas repúblicas suyas, se convirtió en Rusia. Lo que no ha perdido Rusia son sus enormes reservas de carburantes naturales. Ucrania, carente de su propio gas y petróleo, siempre ha obtenido estos energéticos de Rusia. La hostilidad que demostró hacia Moscú la independiente Ucrania cuyo mayor deseo fue y sigue siendo integrarse a la Unión Europea, se reflejó negativamente  en los suministros de gas y petróleo, más bien en los precios de estos carburantes tan necesarios para la población e industrias ucranianas.

Justamente sobre el tema de los suministros de gas desde Rusia a Ucrania, entre otros temas, se habló en la cumbre. En víspera del evento el presidente ucraniano Víktor Yanukóvich salió al paso al declarar a los periodistas ucranianos que Moscú y Kiev tienen que “revisar los precios del gas sin recurrir al procedimiento judicial”. De manera que dio a entender que si no se encuentra el compromiso, Ucrania estaría dispuesta a llevar el caso a los tribunales.

A su vez el presidente ruso Dmitry Medvédev, al recibir a su homólogo ucraniano, dijo que entre los dos países existen numerosos problemas y que llegó el momento de discutir sobre ellos. Entre ellos mencionó el proceso de integración de Ucrania con Rusia, cooperación en el aspecto de gas que tradicionalmente es difícil pero que es imposible evitar, así como resolver el problema de la frontera entre ambos países.

Rusia propuso a Ucrania formar parte de la llamada Unión Aduanera, unir las empresas de energía nuclear de ambos países, crear la corporación binacional de aviación y permitir al capital de Rusia participar en ciertas empresas ucranianas y viceversa. Y el compromiso más importante sería la fusión de las dos empresas de gas – la rusa Gasprom y la ucraniana Neftogas lo que en realidad significaría la absorción  de la empresa ucraniana por la rusa. A cambio Rusia bajaría sustancialmente los precios de su gas que para Ucrania actualmente son más elevados que para los países de la Unión Europea.

Pero la mayoría de las exigencias de Rusia resultó inaceptable para Ucrania. Rusia no quiere invertir en nuestra economía, dijeron los ucranianos, pero amenazan con sanciones para impedir la penetración de la mercancia ucraniana en el mercado ruso. En lo que se refiere a la unión de las dos empresas de carburantes, los ucranianos no quieren esta unión declarando que Neftogas es el símbolo de su soberanía y que ellos no quieren cambiar su soberanía por ningún dinero del mundo.

Tampoco tuvo éxito la tentativa de resolver el problema de la frontera en el sureño Mar de Asov, cuya solución, según los ucranianos, permitiría a Ucrania formar parte de la Unión Europea y la OTAN lo que no quiere Rusia.

Los expertos creen que el fracaso de la cumbre Rusia-Ucrania significaría el inicio del período más grave de la guerra de gas entre ambos países. La luna de miel entre estos países, al parecer, se acabó, subrayan.