Estela Bocardo

A finales del verano de 1859, el astrónomo Richard Carrington se encontraba estudiando una manchas solares, en su (bien equipado) observatorio privado. En ese momento, según su propio relato, sucedió un hecho sin precedentes: las manchas solares se convirtieron en una inmensa bola de fuego que sobresalía en la superficie del Sol. Unos minutos después, un torbellino de plasma chocaba contra el campo magnético de la Tierra, lo que provocaría en los días sucesivos auroras boreales, que pudieron observarse en latitudes nunca vistas.

En España, el diario El Clamor Público comentaba este hecho en su edición del 6 de septiembre. Las auroras boreales eran tan intensas que se podía leer un libro de letra pequeña en plena noche. El temporal magnético duró unos cuantos días y cesó tan misteriosamente como había comenzado. En general los efectos no fueron demasiados adversos excepto en un importante detalle: las líneas telefónicas y de telégrafos quedaron inutilizadas durante varios días. El año próximo, 2012, probablemente se repetirá este fenómeno, según investigadores.

 

Reportes de la NASA

¿Qué ocurriría si se repitiese este fenómeno hoy día? Según un estudio de la NASA, los efectos serían devastadores ya que, paradójicamente, el mundo que habitamos es muchísimo más sensible a este tipo de perturbaciones magnéticas.

En otro un informe de la NASA, una tormenta magnética comparable al incidente Carrington tendría consecuencias terribles, dado que nos hemos vuelto muy, muy dependientes de algunas tecnologías, como la red eléctrica, la radio o la GPS. Paradójicamente, los efectos serán muchos peores en países desarrollados situados en latitudes altas y comparativamente leves en sitios como Sudán o Nueva Guinea.

¿De qué está formado el Sol?

El Sol está formado de plasma que se encuentra en equilibrio hidrostático creando así una figura esferoide, semejante a una esfera pero achatada por los polos y ensanchada en el ecuador. Dado que la estrella en cuestión esta conformada de plasma, al hacer cálculos respecto a la física de dicho astro, debemos tratarlo como un fluido no como un cuerpo rígido, como sería una aproximación del planeta Tierra. Es por eso que las manchas solares, características de cambios de temperatura en la superficie solar además de intensa actividad magnética, aparecen y desaparecen siguiendo ciclos de 11 años en cada cual hay un  máximo donde las manchas aparecen con mayor frecuencia y un mínimo donde la frecuencia de apariciones de estas disminuye. Otro efecto característico de la  naturaleza deformable del Sol es la rotación diferencial, i.e. el Sol rota de forma distinta dependiendo de la latitud.

  

¿Que es una tormenta geomagnética ?

Una  tormenta geomagnética  es una perturbación  temporal de la magnetósfera terrestre.  Asociada a una eyección de masa coronal (CME) que forma un agujero en la corona o una llamarada solar que es una onda de choque de viento solar que llega entre 24 y 36 horas después del suceso. Esto sólo ocurre si la onda de choque viaja hacia la Tierra.

La presión del viento solar sobre la magnetósfera aumentará o disminuirá en función de la actividad solar. La presión del viento solar modifica las corrientes eléctricas en la ionósfera. Las tormentas magnéticas duran de 24 a 48 horas, aunque pueden prolongarse varios días.

Etapas de una tormenta solar

1ª Etapa.- La erupción solar: Es capaz de romper las comunicaciones, y solo tarda 8 minutos en llegar. Hace que la atmósfera se expanda hasta las órbitas de los satélites, altere sus órbitas y haga que los satélites caigan a la Tierra.

2ª Etapa.- Tormenta de Radiación:  Es un bombardeo de radiación que puede freír los circuitos eléctricos, aunque la atmósfera y la magnetósfera  actúan a modo de escudo para evitar este tipo de efectos.

3ª Etapa.- La CME (del inglés: Eyección de Masa Corporal). Esta es la onda mas peligrosa; daña los satélites, todos los transformadores eléctricos por los que pase electricidad y las comunicaciones en todo el planeta. Si está orientada al Norte, rebotará en la magnetósfera; si esta orientada hacia el Sur causaría situaciones difíciles  de controlar.

Estas grandes explosiones sabemos que han ocurrido previamente, pero en esos momentos la humanidad no contaba con una dependencia tecnológica basada en energía eléctrica o en  telecomunicaciones y formas mas avanzadas de transporte.

Las tormentas solares se producen  a partir de una erupción en la atmósfera externa del Sol, que lanza miles de millones de toneladas de plasma que se propagan por el espacio en forma de nube a miles de kilómetros por hora.

La versión mas amable del fenómeno son las inofensivas auroras boreales, pero las erupciones solares pueden producir también rayos cósmicos peligrosos para la tecnología en la Tierra, las naves espaciales y los astronautas. Los percances que pueden desencadenar una tormenta solar abarcan desde apagones de luz hasta problemas en las comunicaciones con los satélites o con los pilotos de aviones que sobrevuelan los polos.

En 1989, una tormenta solar dejó sin funcionamiento los sistemas eléctricos en Quebec, Canadá.

 

¿Qué está pasando?

Para empezar, las partículas procedentes del Sol inhabilitarían temporalmente la radio y el GPS.

Es cierto que no estamos preparados para un hecho así ¿Y como íbamos a estarlo? Es muy difícil que los gobiernos o las empresas estén dispuestos a gastar fuertes sumas para prevenir una catástrofe que no ha ocurrido jamás y que probablemente no ocurra en los próximos años. La buena noticia es que algunos sugieren que fenómenos de la magnitud del Carrington suceden una vez cada 500 años aunque esta estadística es muy poco fiable.

El próximo año con actividad solar será el 2012.

Fotos: NASA.