Las centrales nucleares serán desmanteladas
Alexander Serikov
El pasado 11 de septiembre se cumplió medio año del desastre japonés. El sismo de 9 grados en la escala de Richter y el devastador tsunami nunca antes vistos en la historia de Japón que dejaron en ruinas 12 prefecturas del país isleño.
Ahora, pasados seis meses de lo sucedido, se publicaron datos escalofriantes de la tragedia. En las 12 prefecturas murieron 15 mil 870 personas. Más del 90 por ciento fueron víctimas del tsunami. Se encuentran desaparecidas 4 mil 86 personas.
La prefectura que sufrió los mayores daños fue la de Miyagi. Allá perecieron 9 mil 450 habitantes. Los daños causados a la economía de Japón, su transporte e infraestructura sin contar los gastos que son necesarios para reconstruir las centrales nucleares dañadas, son de alrededor de 215 mil millones de dólares.
Hoy día, seis meses después de la tragedia, están casi totalmente reconstruidas las carreteras y vías férreas, así como pistas de aterrizaje. Poco a poco se restablece la industria pesquera. Las nueve regiones en que está subdividido el país ayudaron en las zonas averiadas por la naturaleza y aportaron financieramente lo necesario Así como suministraron alimentos.
Los ciudadanos comunes y corrientes acudieron en su tiempo libre a las zonas devastadas por el tsunami para ayudar a limpiar los escombros y toda clase de basura ocasionados por el terremoto.
Siguen efectuándose trabajos de reconstrucción en la central nuclear de Fukushima la que mayores destrucciones ha sufrido. Se logró disminuir la temperatura en los dos reactores. Los especialistas comenzaron a construir una cúpula de un material especial para recubrir el reactor averiado para evitar fugas de los materiales radiactivos hacia el aire y agua.
Las autoridades japonesas y los habitantes comunes y corrientes del país están enterados de que vivir en las zonas sísmicas de mayor riesgo del planeta es como descansar sobre un polvorín. Es por ello que se oyen con mayor frecuencia las voces que exhortan a poner fin a esta situación alarmante.
Por ejemplo, el ministro de Economía e Industria Ecio Hatiro anunció que el número de las centrales nucleares en su país se reduciría a cero. El primer ministro japonés Yoshihiko Noda dijo a su vez que la idea de la construcción de nuevas centrales nucleares es contradictoria a la realidad y las centrales cuyo período de funcionamiento está a punto de vencer, quedarán cerradas.
Actualmente en Japón están en funcionamiento sólo 12 centrales nucleares de las 54 existentes. Una parte de ellas fue averiada por el sismo del 11 de marzo, otra parte fue desactivada para realizar en ellas trabajos de mantenimiento y ninguna de ellas ha sido puesta en marcha todavía.
Una condición indispensable para reiniciar su funcionamiento es el llamado stress-test con la participación de los especialistas de la Organización Internacional de Energía Atómica. Y no es posible cerrarlas definitivamente todavía, dijo el primer ministro, ya que el país necesita fuentes de energía eléctrica para sus necesidades. En cuanto a las fuentes alternativas –carbón, gas u otras renovables– para obtener la energía elaborada con estas fuentes, se necesitarían no menos de 10 años.
Mientras tanto la naturaleza sigue martirizando a Japón. Dos sismos de 6.6 y 5.2 grados sacudieron el archipiélago japonés el sábado 17 de septiembre y el domingo 18, respectivamente. Esta vez no se comunicó sobre daños materiales ni humanos.