Por Frida Modak

El 6 de noviembre del próximo año tendrán lugar las elecciones presidenciales estadunidenses y el actual mandatario anunció hace un tiempo que buscará reelegirse. Sin embargo, no le está yendo nada de bien.

En política todo puede suceder, pero si se examina la situación por la que atraviesa el presidente estadunidense, Barack Obama, cabe preguntarse si podrá mantener hasta el final su candidatura a la reelección, porque le está yendo mal en todos los aspectos.

En lo económico-social, la situación no sólo es difícil sino crítica. Se acaba de “superar” —así entre comillas— el problema de la inmensa deuda que tiene ese país, pero eso no significa que haya un cambio en las políticas seguidas hasta ahora en todos los órdenes.

En el plano interno, la pobreza llegó a una cifra record en 2010. El número de pobres es de 46.2 millones, el más alto desde que se inició esta medición en 1959. También aumentó la cantidad de adultos jóvenes que viven con sus padres para compartir ingresos.

La pobreza entre los hispanos subió más que en los otros sectores, pero la de los afroamericanos tuvo un crecimiento mayor aún. Obviamente el desempleo también es alto, se mantiene en el 9.1 por ciento, cifra que el gobierno considera “inaceptablemente alto”.

En ese contexto, la popularidad del mandatario ha caído a su nivel más bajo. El rechazo a su gestión llegó al 51 por ciento, según algunas encuestas, seis de cada diez estadunidenses estarían en esa posición, entre ellos los sindicalistas que apoyaron mayoritariamente su elección.

Obviamente los hispanos  tienen una actitud similar, su apoyo a Obama ha disminuido, en promedio, 10 puntos en los estados que le dieron el 67 por ciento del voto de ese sector en la elección pasada; una encuesta reciente señala que la popularidad de Obama entre los hispanos ha caído al 48 por ciento.

En lo que va corrido del actual gobierno han sido deportados un millón y medio de inmigrantes ilegales, mucho más que el millón 57 mil que deportó George W. Bush en sus dos períodos de gobierno y ninguno de los ofrecimientos presidenciales se ha cumplido.

En lo que se refiere a los países latinoamericanos, la situación no es muy diferente. El ex canciller boliviano Gustavo Fernández ha señalado que nada se ha traducido en políticas concretas y “seguimos esperando el cambio”.

El próximo año se celebrará en Cartagena de Indias, Colombia, una nueva Cumbre de las Américas y la frase “Olvidémonos del pasado y construyamos juntos el futuro”, dicha por Obama en Trinidad Tobago el 2009, se recuerda con sorna.
Mujeres a la palestra

Mientras la aprobación a Obama se encuentra en su punto más bajo, la popularidad de su ex rival y actual secretaria de Estado, Hillary Clinton, va en aumento según reveló la encuesta Bloomberg realizada hace una semana.

Dos tercios de los encuestados dijeron tener una  impresión  favorable de ella y un 34 por ciento dijo tener remordimiento porque piensan que su país estaría mejor si ella hubiera sido elegida en vez de Obama, aunque el 47 por ciento opinó que estarían igual.

En julio del año pasado, en otra encuesta de la misma empresa, sólo un cuarto de los entrevistados opinaba que con Clinton estarían mejor. Ahora no sólo aumentó el número de quienes lo piensan, sino que según una de las que hizo la encuesta, buena parte del atractivo de Hillary Clinton radica en que no es Obama.

En el lado republicano había surgido con cierta fuerza Michelle Bachman, una mujer de edad mediana, de buen ver, que obtuvo un alto índice de aprobación en las primeras apariciones de los candidatos de ese partido. Para algunos, era la sustituta de Sara Palin.

Todavía Sara Palin no se declara abiertamente candidata a la nominación por el Partido Republicano, pero al igual que Bachman está muy cerca del movimiento conservador del Tea Party, que le está creando problemas a los republicanos porque se disputan el mismo segmento político.

Bachman captó la atención de los votantes conservadores y aparecía como una Palin más refinada, pero su estrella se está apagando mientras Palin mantiene el suspenso aunque nadie duda que buscará postularse en las próximas elecciones, esta vez a la presidencia de su país.

Carl Rove, uno de los asesores más importantes del ex presidente George W. Bush, sostuvo en un programa de televisión que la ex gobernadora de Alaska optará  por ser candidata.

Pero, por ahora, tiene que ocuparse de un libro que estaba por salir en estos días, en el que se cuentan sus intimidades desde antes que contrajera matrimonio con su actual y único marido, libro que ya fue entregado a algunos periodistas a modo de promoción.

Allí se señala que meses antes de casarse, Palin pasó una noche con una estrella del futbol universitario, que luego tuvo un romance con un socio de su ahora esposo y se hacen algunas alusiones a consumo de cocaína. Ella no ha dicho nada, pero su marido declaró que eran mentiras odiosas. La prensa no ha hecho mayor cuestión del asunto.

Repercusión internacional

El acontecer político estadunidense obviamente repercute en el plano internacional, pero no en el sentido en que en las esferas gubernamentales desearían sino, por el contrario, se le ve como un país que pese a su poderío bélico viene cuesta abajo, sobre todo a raíz de su crisis relativa al pago de la deuda.

Eso implica que se percibe que serán otros los que lleven la voz cantante, por lo menos en el plano económico y financiero, que al fin de cuentas es el que manda en la actual coyuntura. Esto empieza a advertirse en diversos aspectos.

América Latina, cuya situación es mejor  que la de Estados Unidos y la mayoría de los países europeos, aprobó hace unos días la creación del Banco del Sur, del que son parte Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecuador, así como Brasil y Uruguay a los que les falta completar algunos trámites.

Esto no sólo es un paso importante en cuanto a la integración latinoamericana, sino también en lo que se refiere a una mayor independencia financiera. Junto a eso, los países de la región avanzan en sus relaciones con las economías emergentes y se diversifican las relaciones económicas.

Brasil y Venezuela consideran la construcción de una refinería binacional, Uruguay busca inversionistas para explorar su plataforma marítima en busca de petróleo y Argentina consolida una relación estratégica con China.

Más allá de nuestra región, se perfilan pugnas importantes. Alemania es económica y financieramente más poderosa que Estados Unidos. ¿Cuál de los dos asumirá el rol hegemónico? La posibilidad de que sea Alemania despierta temor por su pasado belicista.

Pero en términos concretos, es el único país que  podría disponer de hasta 465 mil millones de euros si la crisis en Europa persiste.