Contra los organismos genéticamente modificados
Martha Bañuelos
Valence.- En el Este de Francia y de visita en la plantación BIO Clos Fougères (Cerrada de Helechos) me surgía la pregunta ¿alimentarse con productos BIO o con OGM ? La respuesta no es fácil.
En los países emergentes los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) son populares por disminuir el hambre en el mundo y no se habla de los riesgos de la salud, pero los riesgos del nocivo impacto sobre la biodiversidad en los terrenos donde se cosecha OGM esos ya están probados y esa es una razón para consumir los productos BIO (biológico), pero aun así ¡no es fácil !
La agricultura indígena, campesina, familiar y la biodinámica, son modelos que buscan el equilibrio con el ecosistema. Actualmente, la agricultura BIO identifica sus productos con la etiqueta AB sobre fondo verde. Un producto BIO ayuda a la protección de tierras, plantas, animales y nuestra vida. La AB contribuye a la buena salud de campesinos y consumidores al prohibir los pesticidas químicos que son “biocidas” que actúan sobre la membrana celular del microorganismo, penetrándola y destruyendo los sistemas que le permiten vivir. Francia tiene el tercer lugar en nivel mundial en el uso de pesticidas, para salir del sistema de cultura intensiva se necesita una buena razón ¡la salud!. Está demostrado que el ciclo de destrucción de la salud comienza al comer alimentos pobres en compuestos de ácidos débiles como el cloruro de magnesio, la sal común de Epson, indispensable a las reacciones bioquímicas y procesos físico-químicos de las células de nuestro organismo, estos minerales deberían de manera natural encontrarse en los vegetales, cereales y frutas, pero la producción intensiva y el refinado las suprimen. En los países civilizados, la población carece casi totalmente de cloruro de magnesio, indispensable catalizador de nuestro organismo; el profesor Pierre Delbet demostró que es un potente estimulante antiviral y recientes estudios mostraron que en un régimen rico en cloruro de magnesio hay una mejor respuesta inmunitaria, disminución de algunos tumores y más resistencia a las infecciones parasitarias. Así dándole prioridad a la calidad BIO de legumbres, frutas y cereales, el hombre puede dejar la cultura intensiva, que destruye los minerales indispensables a su buena salud.
En Francia en los años 70, empezaron a preguntarse porqué el aumento de enfermedades como el cáncer, sida, alzheimer, siendo un país con abundancia alimentaria, con prolongación de la vida gracias a un sistema de salud pública costoso, la repuesta fue pasar a la Agricultura Biológica.
El primer departamento BIO de Francia, la Drôme, en la región Rhône-Alpes, cuenta con 856 explotaciones certificadas AB, sobre 29 mil 690 hectáreas cultivadas sin pesticidas ni abonos químicos; esa voluntad política dio origen al Salón TECH&BIO; las Asociaciones Agrícolas, la Agencia BIO y 40 organizadores se coordinaron para el 3° Encuentro Europeo de las Técnicas Agrícolas Biológicas y Alternativas; 220 expositores europeos presentaron productos, técnicas, innovaciones ante 12 mil profesionales. ¡Con lo que ahí se aprende esta vez cambio a AB!