Entrevista a Leoluca Orlando/Ex alcalde de Palermo, Italia

Por Moisés Castillo

El presidente Felipe Calderón fue claro al calificar de “verdaderos terroristas” a los presuntos integrantes de los Zetas, quienes provocaron el incendio del casino Royale, donde murieron 52 personas.

Quizá Calderón nunca midió sus palabras o tal vez su gobierno emplea­rá un doble discurso para legitimar su guerra contra el narcotráfico duramente cuestionada.

“Es evidente —dijo— que no estamos enfrentando a delincuentes comunes, estamos enfrentado a verdaderos terroristas que han rebasado todos los límites no sólo de la ley sino del elemental sentido común y de respeto a la vida”.

“No se trató de un accidente —agregó— si no de un homicidio brutal e incalificable. Estamos hablando de criminales que de manera artera con premeditación, alevosía y ventaja llegaron al lugar, amagaron a las personas que ahí se encontraban, y prendieron fuego sin más a esas instalaciones, homicidas incendiarios y verdaderos terroristas sobre quienes debe de caer todo el peso de la ley”.

Considerado como el peor atentado criminal contra la sociedad civil, Calderón en su mensaje televisivo también reclamó a los legisladores, jueces y a Estados Unidos por los días oscuros que atraviesa el país.

Asimismo, el prestigiado diario español El País dedicó su editorial a la tragedia de Monterrey. En el texto titulado “Terror en México”, califica lo sucedido como “verdaderos atentados terroristas”.

“Hablar de crimen, por muy organizado que esté —precisó el rotativo—, ya no describe adecuadamente la realidad. En México se libra una guerra múltiple: cárteles de la droga contra la sociedad; entre sí, por el dominio del territorio; y, siempre, contra el Estado. Como ha dicho el presidente Calderón, son verdaderos atentados terroristas a lo que tiene que hacer frente el país. Y de que el Estado prevalezca contra el terror dependerá el futuro de la democracia en México”.

Sin embargo, para algunos políticos y analistas, el hecho del jueves 26 de agosto no alcanza el nivel de un “acto terrorista”.

En el foro Legalidad democrática, ética, derechos humanos y seguridad, el juez español Baltasar Garzón descartó que lo acontecido sea una acción terrorista, pero recomendó remitirse a lo que establece el Código Penal para esclarecer el asunto.
“Tiene que ser el organismo judicial correspondiente —dijo— el que fije dicha calificación. A partir de ahí, podemos discutir. No veo una diferencia entre otras acciones y esta, más allá del número de víctimas, ni por los medios ni por la especial crueldad ”.

Sin embargo, expertos en materia de seguridad y legalidad, aseguraron en el mismo encuentro realizado en la Cámara de Diputados, que lo ocurrido en Monterrey es el principio de una ola de violencia con estrategias terroristas por parte de grupos del crimen organizado para generar miedo en la sociedad mexicana.

El ataque al casino Royale fue un mensaje enviado por un cártel de la droga a sus enemigos de la delincuencia organizada para dejar en claro quién es el que manda en ese territorio, lo que produjo un efecto terrorista no sólo en las capas criminales sino en la sociedad, aseguró Leoluca Orlando, ex alcalde de Palermo, Italia, quien ocupó el cargo en dos ocasiones distintas. Desde su primera etapa (1985-1990) se distinguió por el combate a las organizaciones de la mafia, promoviendo un frente anticrimen en el ámbito político, pero también en el cultural y social.

En su segunda administración combatió el financiamiento de organizaciones ligadas a la mafia, además de que impulsó proyectos para crear una cultura de la legalidad y romper con la hegemonía cultural de la mafia en lo que se conoció como el Renacimiento de Palermo.

 

Valor de la sociedad civil

¿Lo ocurrido en Monterrey fue un acto terrorista?

Es un típico efecto terrorista, un efecto de intimidación y miedo. Por ello he subrayado que en este dramático acontecimiento el elemento de mayor esperanza es la indignación de los ciudadanos. Porque el terrorismo tiene un objetivo: el miedo. Los ciudadanos mostraron su cara, fueron a la TV, expusieron sus letreros, hicieron justamente lo que hizo fuerte la lucha contra la mafia en Palermo. También la mafia en Palermo con su escala de violencia había producido un efecto terrorista. Contra los fenómenos que producen miedo la policía no basta, se necesita el valor civil.

¿Por qué los empresarios de Nuevo León no ponen un letrero frente a sus empresas diciendo “no le pagamos dinero a los criminales”?

Imagínese qué revolución sería eso. Claro, si lo hace uno está corriendo un grave riesgo pero si lo hacen todos puede ser un cambio cultural. Los ciudadanos de Monterrey fueron a la plaza, en la calle mostraron su cara, sería importante que también los empresarios mostraran su cara, sería importante que los administradores y los políticos alejen a sus colegas que tienen relaciones y vínculos con los criminales.

¿Qué medidas cotidianas tomó la sociedad de Palermo para combatir a los mafiosos?

Tres mujeres decidieron exponer en una sábana blanca afuera de sus balcones “No a la mafia”. Tres mujeres lo hicieron, luego fueron 30 y luego 3 mil y 30 mil… Las calles estaban llenas de sábanas blancas colgadas en los balcones de mujeres que decían no queremos relación con la mafia. Este es el verdadero valor civil. Si uno caminaba por la ciudad, en el primer piso había una sábana blanca; en el segundo piso, otra sábana blanca; en el tercer piso, ya no había una sábana blanca; en el cuarto piso, sí se veía colgada. En el tercer piso efectivamente estaba el mafioso. La señora del primer piso, del segundo y del cuarto, se encontraban con el mafioso en la escalera por las noches sin escolta, eso es valor civil.

En esta guerra lanzada por el gobierno de Calderón se habla de policía, ejército, ciudadanos, jueces, legisladores, pero poco se habla de los empresarios. ¿Qué puede hacer este sector importante de la sociedad?

Hace 19 años fue asesinado un empresario que no pagaba cuota. El nunca dijo que “no voy a dar esa mordida porque es ilegal”. Dijo algo muy sencillo como que “no entiendo por qué, yo que soy empresario tengo que darle dinero a un sujeto que no me ayuda a producir ese dinero, es por ética”.

La situación hoy ha cambiado radicalmente porque la asociación de industriales en Sicilia saca de su gremio a aquellos empresarios que ven a los mafiosos, aunque no hayan cometido algún delito.

Los empresarios sicilianos entendieron que tener relaciones con la mafia no es algo conveniente. Si tengo relaciones con la mafia voy a tener a un jefe en mi empresa. Si tengo relaciones con la mafia no tengo que pagarle impuestos al Estado, pero tengo que pagar impuestos al mafioso para tener su protección.

Varias ruedas

Ante los más de 40 mil muertos, ¿qué es lo que se debe cambiar para contrarrestar y acabar con el narcotráfico?

La guerra contra el narco es la primera rueda de la carreta. ¿Qué se hizo para la segunda rueda? Urge que también se mueva esa segunda rueda porque es necesario que el ciudadano entienda que tener relaciones con los narcotraficantes no es algo que le convenga.

Debe entender que no le conviene porque corre el riesgo de que lo arresten, lo maten, y de todos modos va a vivir en unas condiciones de esclavo sin derecho de ciudadanía.

¿Qué debe hacer la sociedad mexicana para evitar la normalidad de la violencia?

Tiene que haber “planes orgánicos” como en Tijuana, donde hubo una reducción de los índices delictivos, eso se llama cultura de la legalidad. Sostengo que para combatir a un mafioso bastan cinco segundos por parte de la policía, pero para convencer a un hijo de que su padre estaba equivocado se requieren años de trabajo, formación y escuela.