El gobierno de Evo Morales dispersó por la fuerza pública la marcha de unos mil 500 indígenas de la Amazonía que rechazan una carretera que dividirá una reserva natural.

Los agentes atacaron con gases lacrimógenos el campamento de carpas de los indígenas cerca del pueblo de Yucumo, a más de 300 kilómetros de La Paz, y el subcomandante de la Policía, general Oscar Muñoz, aseguró que lo hicieron porque fueron amenazados por nativos armados con flechas.

Esta represión policial ha provocado la dimisión de la ministra de Defensa, Cecilia Chacón, quien mostró su desacuerdo del manejo gubernamental de la protesta. “Asumo esta decisión porque no comparto la medida de intervención de la marcha que ha asumido el Gobierno y no puedo defender o justificar la misma”, señala la carta de renuncia.

Chacón opina que había otras alternativas “en el marco del diálogo, respeto a los derechos humanos, no violencia y defensa de la Madre Tierra”.

El defensor del Pueblo, Rolando Villena, desmintió las versiones policiales y aseguró que tiene informes de que los agentes actuaron cuando los indígenas estaban a punto de cenar y exigió a Morales el “cese inmediato de la violencia” contra los manifestantes.

Redacción/mc