Mario di Costanzo/Analista económico y diputado federal
Nora Rodríguez Aceves
Representantes de México y Estados Unidos se reunieron en Washington para dar inicio a la negociación de un acuerdo que regule la utilización y reglamentación de los yacimientos de hidrocarburos que atraviesen la frontera marítima internacional.
“México debe tratar de detener la entrada en vigor de este acuerdo lo más que se pueda, en lo que nosotros también nos apuramos a desarrollar temas relativos con la tecnología para explotar esos yacimientos”, señala Mario di Costanzo Armenta, diputado federal del Partido del Trabajo.
“Este tema en particular es prácticamente inevitable, porque los acuerdos de explotación ya se tomaron y se tomaron en administraciones anteriores, lo que se está negociando es la entrada en vigor de estos acuerdos. Desde que se estaba negociando la reforma energética, nosotros señalamos que el problema del Hoyo de Dona, ya no es un problema de negociación sino un problema de política exterior, los acuerdos ya están, de lo que se trata es cuándo y cómo iban a entrar en vigor, pero de que es un hecho, de que esa parte se está compartiendo con los Estados Unidos y debido al acceso a la tecnología que ellos tienen, pues le van a comer el mandado a México, es un hecho”.
Historia
De acuerdo al comunicado de prensa emitido por la Secretaría de Energía, el pasado día 2, “los presidentes Felipe Calderón y Barack Obama suscribieron un comunicado conjunto, al concluir la visita de Estado del presidente Calderón a Washington, el 19 de mayo de 2010. Los gobiernos de México y Estados Unidos están comprometidos a garantizar la seguridad energética de América del Norte y la explotación equitativa y eficiente de los yacimientos transfronterizos, en la zona conocida como Hoyo de Dona, bajo los estándares más altos de seguridad y protección al medio ambiente”.
Ya que en ese momento ambos gobiernos “anunciaron su intención de concluir el acuerdo sobre yacimientos transfronterizos de hidrocarburos a finales de 2011”, el 30 y 31 de agosto del presente año, representantes de México y Estados Unidos se reunieron en Washington, en donde discutieron los objetivos y acciones para alcanzar dicho acuerdo, reafirmando el compromiso de asegurar que el mismo aborde adecuadamente los temas de seguridad y medio ambiente, informó la dependencia encargada del sector energético.
En un punto de acuerdo en 2008 en el Senado de la República, se explica que “los llamados Hoyos de Dona son áreas que han quedado en medio de los mares territoriales de dos o más países (Estados Unidos, México y Cuba), que formalmente no pertenecen a nadie y cuyo aprovechamiento depende de que los países colindantes decidan fijar sus límites en el marco de la Convención sobre Derechos del Mar de la ONU, para lo cual deben comunicar su acuerdo a la Comisión de Límite de la Plataforma Continental de la misma Organización de Naciones Unidas. En el Golfo de México existen dos de estas zonas u Hoyos de Dona. El primero se ubica frente a las costas de Tamaulipas y Texas y es conocido como Polígono Occidental, mientras que el segundo se ubica frente a las costas de Yucatán, Nueva Orleans y Cuba y es conocido como Polígono Oriental”.
En 2001, México y Estados Unidos firman el tratado de delimitación del polígono occidental del Golfo de México, con el que se resolvió la cuestión relativa al Hoyo de Dona Occidental, es decir, el que compartimos con los Estados Unidos.
Opinión de expertos
En su artículo “Los yacimientos petroleros en la frontera y la negociación internacional”, publicado en Nexos en línea, el internacionalista José María Valenzuela indica que este “tratado incluye una moratoria —por 10 años— para realizar cualquier actividad productiva en una franja fronteriza de 2.8 millas náuticas, que venció a principios de este año —enero de 2011—. La cláusula de la moratoria había sido negociada precisamente porque no existía un acuerdo sobre cómo explotar los yacimientos transfronterizos, dentro del polígono o en el resto de las fronteras entre México y Estados Unidos. Y es cierto que ya durante más de diez años, desde Estados Unidos se han realizado intensas actividades de explotación en regiones fronterizas. Por ello sí es necesario que, de una vez por todas, se reglamente la posible explotación de esos recursos. La mayoría de los cuales, además, están fuera del polígono occidental, en la frontera de la zona económica exclusiva”.
Al establecer la prórroga de 10 años, la parte mexicana logró ganar tiempo para que Pemex pudiera adquirir equipo de explotación marítima en yacimientos de más de 3 mil metros de profundidad, cosa que no se ha hecho, lo que para el legislador petista Di Costanzo significa un problema en este asunto.
“Es la lentitud del gobierno mexicano, más que irregularidades, veo una lentitud del gobierno mexicano, es como si no tuviera interés por mantener la soberanía sobre esos yacimientos y lejos de esto no me extrañaría ver una modalidad de contratos incentivados en donde se entregue esta zona petrolera para que se explotara, digamos que los explote Estados Unidos en favor de los Estados Unidos pero a nombre de México”.
En este sentido, el economista Sergio Benito Osorio, en su artículo Nueva moratoria en los Hoyos de Dona, publicado en el portal de la revista Energía a Debate, recuerda que dentro del programa energético del presidente Barack Obama se encontraba el impulso a la exploración y producción de hidrocarburos en el Golfo de México como alternativa al interés de las petroleras por aumentar su actividad en Alaska, y para mejorar la seguridad energética estadounidense, sin embargo, el terrible accidente de la Deepwater Horizon cambiaría radicalmente el diseño del gobierno norteamericano. Ahora, considera prioritario trabajar para reglamentar la exploración y las actividades de producción de hidrocarburos con el fin de garantizar la explotación eficiente y equitativa de los yacimientos transfronterizos conforme a los parámetros más estrictos de normas de seguridad y de protección ambiental”.
Asunto de política exterior
Este escenario, para el diputado petista “tendrá un impacto negativo en la producción, desde luego que lo está teniendo y lo tendrá, es obvio que para Estados Unidos es una cuestión estratégica, ya que es el principal consumidor de petróleo en el mundo y obviamente tiene un interés especial dada la cercanía con el territorio mexicano en empezar a explotar cuanto antes ya esos yacimientos”.
Es inminente la entrada en vigor de este acuerdo “y yo no veo cómo se pueda detener. Es un problema de política exterior y no de negociación sobre los derechos de los yacimientos. Ya está acordado, es como hablar del pasado, es hablar de qué tan buena o mala fue una negociación que se puedo haber hecho hace 20 años, pero que es desventajosa para México, es desventajosa para México”.
“Y si de historia hablamos, hay que recordar que el tema del Hoyo de Dona fue llevado al pleno del Senado de la República en 1996 por el legislador panista José Angel Conchello, quien denunció que empresas de los Estados Unidos habían iniciado la explotación y exploración de los recursos petroleros ubicados en aguas internacionales del Golfo de México, conocido como Hoyo de Dona, y que nuestro país debía reclamar, toda vez que esa riqueza también nos pertenecía y nuestro gobierno no estaba haciendo algo para defender”.
Por lo tanto, la lucha en este sentido se emprendió desde 1996 en la Cámara Alta para que se ratificaran los derechos mexicanos sobre su mar patrimonial, así como la defensa de la soberanía nacional y de Pemex como una empresa de todos los mexicanos.
Pérdida de soberanía
En este tema de la soberanía nacional lo que pasa, explica el también secretario de la Comisión de Vigilancia de la Auditoria Superior de la Federación, es que “la soberanía nacional la estamos perdiendo no con el Hoyo de Dona, la estamos perdiendo con lo que estamos haciendo con la industria energética, al permitir que empresas extranjeras extraigan su petróleo en esta zona del Golfo de México o en el territorio nacional que es igual de grave. El tema de la soberanía no es que se pierda por esa negociación, la estamos perdiendo desde que se aprobó la reforma energética”.
Ahora, “hay que cumplir la ley y lo que se ha hecho es una reforma energética diseñada para no cumplir el mandato constitucional, entonces más que rediscutir la reforma energética hay que tener la voluntad de cumplir la ley y este gobierno no ha tenido la voluntad para cumplirla”.


