Y Calderón, en Estados Unidos

Por Félix Fuentes

Las noticias constantes de una nueva recesión a causa de los bamboleos económicos en naciones como Grecia, España y Portugal, así como el desplome del empleo en Estados Unidos provocaron a principio de semana el disparo del dólar a 13.5 pesos por uno, pese a las reservas del Banco de México de 146 mil millones de dólares.

La principal preocupación del presidente Felipe Calderón es evitar devaluaciones del peso y no parecerse a los gobiernos del “pasado corrupto”, su frase favorita desde cuando fue diputado y líder del PAN.

Los economistas hacen reclamos constantes a Calderón porque no destina parte de las reservas a la infraestructura nacional o al impulso de empresas agropecuarias e industriales. Le dicen que es dinero muerto, improductivo y manejado por mentes agiotistas.

Nada conmueve al primer mandatario, díganle cuanto le digan en los medios informativos. Es de actitudes tercas y no escucha razones porque nadie de sus colaboradores se las dicen y éstos son, de por sí, de pensamiento retardatario.

Así va a terminar este sexenio de las calamidades. El propio Felipe Calderón insiste que hasta el último día de su mandato va a conservar a las fuerzas armadas en la lucha contra la delincuencia organizada, como él la llama. Menos va a impulsar la economía y hacer el milagro de generar fuentes de trabajo.

Aquello de “presidente del empleo” fue demagogia de la peor factura, con el claro propósito  de cachar votos de millones de incautos que no aprenden a distinguir quiénes los engañan. Mucha gente se tragó el cuento del “cambio” foxista,  mentira criminal.

En estas condiciones, México está a merced de los vaivenes de economías del primer mundo, algunas de las cuales se hunden porque el neoliberalismo se agota y el rechoncho gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, se niega a reconocerlo por su disciplina ante el Fondo Monetario Internacional.

Menos lo advirtió el anterior secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, quien  causa pena con sus propuestas como precandidato del PAN  a la Presidencia de la República. Si asegura que él continuará la “guerra” contra el narcotráfico como hasta hoy y mantendría en su equipo al secretario de Seguridad, Genaro García Luna,  imaginemos lo que espera a México con un ente de ese nivel de tecnócrata y falto de visión.

Por más que insistan los opacos miembros del gabinete que la economía está blindada y “si no hubiéramos hecho lo que hicimos estaríamos peor”, México no está  a salvo de cuanto sucede en el mundo y lo señala también el FMI.
Menos se puede confiar en la tecnocracia si estamos hincados ante Estados Unidos y este gobierno es  incapaz de frenar el ritmo cruento de la violencia.

De “gira de trabajo” se fue Calderón a Nueva York y Los Angeles, supuestamente para promover el turismo. Más bien fue a presentar la película del realizador Meter Greenberg, referente a paisajes turísticos del país.

Aprovechó el viaje el jefe del Ejecutivo para pedir más apoyo para el combate al narcotráfico, clamó porque disminuya el número de drogadictos en Estados Unidos, lo cual es una fantasía, así como la venta y paso de armas a México.

Al propio Barack Obama le dicen los congresistas de su país que el Plan Mérida es un fracaso por raquítico, y el gobierno calderonista nada hace para frenar el contrabando de armas. Esto continúa, sin soluciones a los problemas graves e interminable retahíla de discursos huecos.