Este jueves, la secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, se comprometió a investigar el posible papel que el Departamento de Estado pudo tener en la operación “Rápido y Furioso”, que permitió la entrada ilegal de armas a México.
Ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Clinton aseguró no tener conocimiento de que exista “ningún tipo de notificación o petición” relacionada con el operativo en los registros del Departamento de Estado: “Mi recuerdo es que me enteré de ello por la prensa”, afirmó la secretaria de Estado, interrogada por primera vez en el Congreso sobre la operación, supuestamente autorizada en 2009 por la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego de EU (ATF).
El congresista republicano Connie Mack aseguró entonces que para que el Departamento de Justicia, del que depende la ATF, hubiera podido coordinar la operación, requeriría por ley de un permiso escrito de parte del Departamento de Estado.
Clinton no confirmó ni negó que ese permiso fuera necesario, aunque aseguró que “basándonos en los registros de actividad de la oficina que habría sido responsable de ello, no hay ninguna prueba” de que existiera una petición semejante.
Pero la secretaria de Estado se comprometió a solicitar una “investigación meticulosa” sobre cualquier posible implicación de su Departamento en el programa, que perdió el rastro de unas 2 mil armas, que aparentemente llegaron a manos de traficantes de droga.

