Háganse bolas, dice, que yo ya me voy
Por Yazmín Alessandrini
No, no es mi intención emular el nombre de aquel bodrio cinematográfico ochentero titulado ¿Y dónde está el piloto? El encabezado de mi colaboración tiene como destinatario a un funcionario del llamado “gabinete de primer nivel” del presidente Felipe Calderón: el ahora ex secretario de Hacienda y flamante pre-pre-candidato del PAN a la Presidencia de la República, Ernesto Cordero, quien tal parece que a estas alturas del asunto está más interesado en sus oníricas aspiraciones presidenciales que en cumplir cabal y responsablemente con la encomienda que le fue conferida.
En esta ocasión la manzana de la discordia es el Presupuesto de Egresos 2012 que, de acuerdo a la Secretaría de Hacienda, tendrá un monto para ejercer de 3 billones 619 mil millones de pesos (800 mil millones de este dineral corresponderán a gasto programable). Esta cantidad, para usted, para mí y para cualquier otro ciudadano común y corriente bien resulta una fortuna impresionante, pero si consideramos que todos estos pesos y centavos tendrán que repartirse entre las 32 entidades federativas que conforman nuestra República Mexicana lo cierto es que alcanzan para muy poco, como aquella canción de nuestro querido Chava Flores que decía “Oye, Bartola, ahí te dejo estos dos pesos…”
Obviamente la pasarela de gobernadores por las oficinas de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados no se hizo esperar desde inicios de la semana pasada, con los mandatarios de Hidalgo, San Luis Potosí, Jalisco, Chihuahua, Oaxaca, Zacatecas y el resto de los estados pegando el grito en el cielo (sí, como cada año) por las “cuentas alegres” que el ex secretario Cordero les aventó en la mesa como diciéndoles “ahí háganse bolas, yo ya me voy…”
En esta Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública las peticiones fueron variadas pero todas con un común denominador: no hay dinero que alcance para aterrizar exitosamente programas federales, estatales y municipales trascendentales como son los de educación, de seguridad y de salud. Y el botón de muestra lo enseñó el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, a quien no le importó la militancia del titular de Hacienda (tan panista como él) y el martes pasado les dejó sobre el escritorio a los diputados en San Lázaro una comprensible asignación adicional de 5 mil 800 millones de pesos para más o menos paliar el recorte que sin explicaciones oficiales le aplicaron a la entidad jalisciense.
Y el mandatario potosino, al igual que sus homólogos de Hidalgo y Coahuila, para seguir con la ruta de los ejemplos, se manifestaron bajo el mismo tenor cuando acudieron al inmueble ubicado afuera del metro Candelaria: Fernando Toranzo, de San Luis Potosí, solicitó 8 mil millones de pesos extraordinarios; a su vez que el hidalguense Francisco Olvera pugnó 20 mil millones más y el coahuilense, Rubén Moreira también estiró la mano para “una limosnita” de 16 mil millones de pesos.
Señor Cordero, sinceramente, ¿usted cree que irresponsabilidades como ésta le van a allanar su camino hacia Los Pinos?, permítame decirle que no, ¿eh? Porque estoy segura que en los próximos días yo no voy a ser la única que le pregunte ¿dónde está la lana?
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