Consecuencias: embarazos no deseados

Por Gabriel Gutiérrez

Pese a que no desean un embarazo, actualmente 24.6 por ciento de las adolescentes mexicanas ejercen su sexualidad sin la protección de algún método anticonceptivo, siendo necesario redoblar esfuerzos que promuevan el ejercicio de una sexualidad responsable e informada en la juventud, coincidieron autoridades de salud pública  y organizaciones no gubernamentales, en el marco del Día Nacional para la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes.

Así, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2010, 686 mil 511 adolescentes, es decir 12.4 por ciento, tenían al menos un hijo nacido vivo al momento del censo, informó el maestro Félix Vélez Fernández, secretario general del Consejo Nacional de Población.

“Los jóvenes siguen siendo un grupo vulnerable que requiere atención especial, y es importante promover entre ellos los servicios de planificación familiar y la provisión de los métodos anticonceptivos”, refirió.

Y es que cuando una adolescente se embaraza sin preverlo, su vida se trastoca completamente, incluso arriesgando su existencia y la de su futuro hijo.

“Esto se debe a que el organismo de las chicas aún está en desarrollo, por lo cual son más frecuentes las complicaciones médicas durante el embarazo, el parto y los primeros años de vida del bebé”, refirió el doctor Juan Carlos Hinojosa Cruz, presidente del Centro Latinoamericano Salud y Mujer.

Asimismo, es relativamente común que la adolescente embarazada enfrente el rechazo y abandono tanto de su pareja como de su familia, quedando en una situación de vulnerabilidad, lo cual, aunado a su inmadurez suele implicar graves consecuencias como descuido de su salud y la de su hijo, comentó el doctor Hinojosa Cruz.

Otro problema frecuente entre las adolescentes embarazadas y con hijos es la deserción escolar, y para combatirla, la Dirección General de Educación Indígena tiene a su cargo el Programa de Becas de Apoyo a la Educación Básica de Madres Jóvenes y Jóvenes Embarazadas para apoyar a las madres jóvenes y jóvenes embarazadas entre 12 y 18 años 11 meses de edad, sin importar su estado civil, para que inicien, continúen y concluyan su educación básica, en cualquier modalidad educativa pública disponible en el lugar donde viven, indicó su titular Rosalinda Morales Garza.

Evitar todas estas graves consecuencias, subrayó Diego Palacios, representante en México del Fondo de Población de las Naciones Unidas es una tarea que compete a todos, desde los padres de familia, profesores y proveedores de salud, hasta las autoridades.

“Cada uno de nosotros tiene una importante labor, ya que al ofrecer información certera, científica, clara y suficiente a los jóvenes respecto al ejercicio libre y responsable de la sexualidad, así como proveerles de todas las herramientas y para lograrlo es fundamental”, indicó.

Así, que los jóvenes cuenten con una educación sexual adecuada y oportuna, aunada a que tengan acceso a métodos anticonceptivos seguros y eficaces les permitirá tomar decisiones responsables en torno a su sexualidad y así evitar embarazos no planeados.

Para lograrlo, asociaciones civiles, instancias gubernamentales, junto con la industria farmacéutica han impulsado la oficialización del Día Nacional para la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes, a fin de generar sinergias que contribuyan a contrarrestar los altos índices de embarazos no planificados entre adolescentes que hoy se registran en el país.

Este esfuerzo, liderado por el Centro Latinoamericano Salud y Mujer, suma las voces de grupos tan importantes como la Asociación Mexicana para la Salud de la Adolescencia, la Red de Jóvenes por los Derechos Sexuales y Reproductivos, Elige, IPAS México, Fundación Jóvenes por México y el Fondo de Población de las Naciones Unidas y la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar.

Sobrepeso y obesidad favorecen el reflujo gastroesofágico

Las personas con sobrepeso y obesidad suelen presentar episodios recurrentes de reflujo gastroesofágico, debido a que aumenta el número de relajaciones del hiato que conecta al esófago con el estómago, ocasionando que se regrese el alimento.

Esto se debe a que la obesidad inhibe la acetilcolina que causa la apertura del hiato, y al no haber cierre del esfínter se vuelve lento el vaciamiento gástrico, permitiendo la fermentación del alimento y que se regrese con mayor facilidad.

En la actualidad se estima que alrededor del 15 por ciento de la población mexicana padece reflujo gastroesofágico, pero esta situación se puede incrementar si la tendencia de sobrepeso y obesidad sigue aumentando en el país.

Las cifras de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición señalan que hoy en día 71.9 por ciento de las mujeres mayores de 20 años de edad  y 66.7 por ciento de los hombres tienen prevalencias combinadas de sobrepeso u obesidad, ubicando a nuestro país en el segundo lugar a nivel mundial, con un índice de masa corporal por arriba de lo normal.

El reflujo es una enfermedad que ocurre cuando el contenido del estómago regresa al esófago y ocasiona trastornos (síntomas) o lesiones a quien lo padece. Este padecimiento puede afectar tanto a niños como adultos.

El principal síntoma por el que los pacientes acuden con el gastroenterólogo es la sensación de acidez que sube por el esófago y de ahogo por las agruras. Si el reflujo no se diagnostica correctamente, puede llevar a serias complicaciones como el estrechamiento del esófago (estenosis), úlceras, sangrado y en algunos casos, esófago de Barrett, que es un cambio del recubrimiento del esófago con riesgo de convertirse en cáncer.

Una de las primeras recomendaciones para reducir las molestias del reflujo gastroesofágico es cambiar el estilo de vida, sobre todo si la persona es obesa, ya que es importante bajar de peso mediante programas integrales que sumen actividad física, modificaciones en la ingesta de calorías y tratamiento psicológico.

No obstante con todo esto, habrá casos en que los pacientes requieran medicamentos para tratar los síntomas como los inhibidores de la bomba de protones que controlan la producción de ácido estomacal y que además están recomendados para tratar el reflujo.

Dentro de los inhibidores destaca el esomeprazol, que por su formulación en pequeñas esferas tiene una acción 45 por ciento más rápida que otros inhibidores por su rápida difusión en el organismo, el cual está indicado tanto en adultos como en niños con reflujo gastroesofágico.

Por último, podemos señalar que el reflujo es una enfermedad crónica que debe tratarse con terapia de mantenimiento después de las ocho semanas que señalan las guías internacionales de tratamiento, con la finalidad de reducir las crisis recurrentes y proteger el esófago mediante dosis cada vez más bajas, conocidas como step down.