Ni de dónde vienen ni a dónde van las donaciones

Alexander Serikov

En los últimos años el tema de Chechenia, república nacional autónoma que forma parte de la Federación de Rusia y que ocupó otrora las primeras páginas de todos los periódicos del mundo, dejó de interesar a la opinión pública. Y por varias razones, entre ellas la liquidación –como dicen las autoridades– de la resistencia por parte de los separatistas, el fuerte y autoritario poder local y la asistencia financiera por parte del Kremlin. Pero de repente Chechenia volvió a ponerse como tema del día, por lo menos para Rusia.

Fue el 5 de  octubre cuando en esta república se festejó el Día de la ciudad de Grozny, capital chechena. Esta conmemoración coincidió con el cumpleaños número 35 del jefe de esta entidad Ramzán Kadýrov. Los festejos fueron de gran envergadura con la participación de celebridades mundiales, con el estreno del llamado Grozny City –centro administrativo y comercial de la ciudad- así como la reinauguración de la reconstruida avenida de nombre Ajmad Kadýrov, padre del actual jefe de la república asesinado por los terroristas durante un acto conmemorativo y cuya muerte su hijo juró vengar inculcando paz y tranquilidad en su patria. Cabe señalar que desde los primeros pasos de Ramzán Kadýrov como primer mandatario checheno, Moscú generosamente enviaba a esta república grandes cantidades de dinero para reconstruir lo que fue destruido por el ejército ruso durante las dos guerras contra los terroristas. De hecho, Chechenia se convirtió en una entidad que sobrevive gracias a toda clase de dotaciones, subvenciones y subsidios.

Fue en abril de este año cuando la república pidió que el gobierno federal le asignara 500 mil millones de rublos, o sea unos 16.6 mil millones de dólares para la realización de varios proyectos en la economía y en la esfera social. El Ministerio federal del desarrollo regional no autorizó tal cantidad. Los apetitos de los funcionarios chechenos asombran por sus dimensiones. Por ejemplo, el ministerio local de asuntos interiores –policía local- anunció la compra para sus “necesidades de trabajo” de 15 vehículos Mercédez Benz E350, dos jeeps Toyota Land Cruiser 200, un Porsche Cayenne y un Toyota Camry de un costo total de 40 millones de dólares.

Mientras tanto el dinero sigue llegando a la república del Cáucaso del Norte. Cuando el corresponsal del canal de TV Servicio ruso de noticias preguntó a Kadýrov sobre la fuente de estos ingresos, el jefe de la república contestó: “Alá nos da este dinero. No sé. Llegan de alguna parte”.

A descubrir el misterioso patrocinador de Ramzán Kadýrov lo ayudó el periódico ruso Kommersant que en su página de Internet describió que el dinero llega a las cuentas del fondo particular que lleva el nombre del padre del actual jefe de Chechenia ya mencionado Ajmat Kadýrov. Algo del dinero lo envían los empresarios que otrora tenían amistades con el fallecido Ajmat bajo el pretexto de ayudar a reconstruir lo destruido por las guerras.

Pero durante los últimos cuatro años no hubo ninguna información sobre los logros en este sentido y nadie sabe en qué se gasta el dinero del fondo. Mientras tanto en una de las publicaciones de Wikileaks se informa que Ramzán Kadýrov controla personalmente el dinero del fondo y se apropia de la tercera parte de este dinero a cambio de que en su república “todo esté tranquilo”. La residencia del actual jefe de la república es superlujosa y en su garage hay varias decenas de automóviles de clase lux. En la entrevista ya mencionada Kadýrov prometió convertir a su país de ser mantenido por subvenciones y dotaciones en un patrocinador de otras regiones. Por el momento, el presupuesto de Chechenia es de unos 2 mil millones de dólares de los cuales un mil 730 millones son dotaciones del presupuesto federal.