Entrevista a Carlos Navarrete/Senador de la República del PRD
Por Nora Rodríguez Aceves
Quiero ser el candidato de unidad que el PRD necesita para gobernar la ciudad de México. Quiero ser el candidato de todas las expresiones internas de mi partido, quiero ser un candidato que convenza a Marcelo Ebrard y a Andrés Manuel López Obrador de que soy el mejor, quiero ser un candidato también, y fundamentalmente, de los millones de capitalinos que no tienen partido, que se declaran asimismo independientes, que no van al Zócalo a gritar consignas, que pueden valorar a la persona, a su programa, a su propuesta, quiero ser un hombre que pueda contribuir primero con la ciudad y después con mi partido a hacer un buen gobierno. No quiero ser parte de un conflicto, quiero ser parte de una solución integral para el PRD y para la ciudad de México, afirma Carlos Navarrete Ruiz, senador de la República por el PRD.
Lo que quiero para la ciudad
En el marco de la presentación de su libro De Frente, Carlos Navarrete comenta a Siempre! su aspiración para contender por la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal en las próximas elecciones del 2012, “porque quiero contribuir con mi experiencia, con la capacidad que he acumulado, con el carácter que he forjado, con mi trayectoria en la izquierda, a que la ciudad siga siendo una ciudad de libertades, una ciudad de protección social, una sociedad donde todos los sectores convivamos, donde no haya una separación entre los que ganan mucho y los que ganan poco sino que todos trabajemos porque la ciudad tenga desarrollo económico, empleo, buena seguridad para todos y tengo la confianza y la convicción de que la ciudad puede seguir mejorando como ha mejorado en los últimos 14 años, porque ¡vaya que la ciudad ha mejorado en los sexenios del PRD!, sin duda alguna”.
En ese sentido, el senador Navarrete dedica la última parte de su libro a la ciudad de México, en la que ha vivido 24 años y la cual aún no termina de construirse, a pesar de que los gobernadores perredistas han hecho por la capital mexicana un gran labor para que sea la mejor ciudad que el país tiene: Cuauhtémoc Cárdenas le dio a la ciudad México los cimientos para una nueva ciudad; Andrés Manuel López Obrador su obra social; Marcelo Ebrard amplió ésta obra social y la hizo una ciudad sustentable y, lo que yo le daría sería “un gobierno que pudiera dialogar con todos, con el 46 por ciento de la población que gana menos de cinco salarios mínimos al mes, con la clase media de la ciudad de México, que es bastante amplia, que son hombres y mujeres esforzados, trabajadores, que estudian, que forman su patrimonio, que trabajan en las empresas, que salen diario a impulsar la economía de la ciudad, y también con los sectores de altos ingresos cuyas empresas, cuyos hoteles, cuyos comercios, son indispensables para que la ciudad tenga desarrollo económico”.
“Impulsaría la competitividad, los nichos de oportunidad para la económica de la ciudad, el empleo, la capacitación para hombres y mujeres que no tienen condiciones de acceder a un empleo digno y los empleadores no encuentran mano de obra capacitada para poder contratarlos; un clima de libertades como el que hemos venido impulsando y lo ampliaría para que en esta ciudad haya respeto por las mujeres, por los ancianos, por los jóvenes, por los niños, impulsaría una ciudad que mantenga la garantía de que la población pueda vivir con tranquilidad y con seguridad atacando los carteles de la droga para que no tomen la ciudad como su base de operaciones”.
“Haría una ciudad que se sienta orgullosa de ser la capital de todos los mexicanos y a sus habitantes tomarlos más en cuenta, más participación ciudadana desde el barrio, desde la colonia, desde la unidad habitacional para mejorar el entorno ahí donde vivimos y donde trabajamos”.
La inquietud para escribir
Sin pretender que esta publicación sea su plataforma política, Navarrete platica la inquietud que lo llevó a escribir sobre sus orígenes; de cómo se involucró en la política; de su fallida relación con Vicente Fox; de su admiración por el general Cárdenas; de la corriente perredista a la que pertenece, los Chuchos; de su paso por el Senado de la República, y de un sueño que acaricia de hace tiempo: gobernar la ciudad de México.
“En primer lugar, algo que le debía a mi familia, a mis hijos, a mis hermanos, porque es la reconstrucción de la vida de una familia donde yo provengo, que por cierto, tengo la impresión que es la historia de la vida de muchas familias mexicanas, creo que se van a sentir muchos identificados con el origen rural de los abuelos, con las peripecias de los padres en las zonas urbanas, con el crecimiento de los hijos, de donde yo soy parte junto con mis hermanos, pero también es la historia de los dirigentes de izquierda en México”.
“Es la historia de una generación que hoy estamos en puestos de responsabilidad, que nos formamos a partir de los años setenta para acá, diría yo, a contracorriente, abriendo brecha, buscando la democratización de México, construyendo partidos de izquierda, teniendo derrotas y victorias, formándonos en el trabajo diario, autoformándonos en el autoaprendizaje y es también una narración de acontecimientos importantes donde la izquierda participó de manera fundamental y donde yo he sido actor a veces secundario a veces principal, desde 1988 con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas, 1991, con la elección de gobernador que terminó con un interinato después del desencuentro político electoral, la campaña de Cárdenas en el 1994, su triunfo en 1997 en la jefatura de gobierno”.
“También está la tercera campaña presidencial en el 2000, la alternancia la difícil y complicada elección del 2006 y luego el Senado el 1º de septiembre, el 1º diciembre del 2006, momentos cruciales para el país, todo esto está narrado en el libro y espero que de manera amena y que sea atractiva para la gente que lo lea”.
El tiempo de Fox ya pasó
Un personaje crucial en la alternancia mexicana, independientemente de cómo haya gobernado, es el ex presidente Vicente Fox, al cual Navarrete le dedica un capítulo que lleva por título “Vicente Fox” “y lo escribí porque he tenido una relación difícil, complicada, de desencuentros permanentes con Vicente Fox, desde 1988 que nos conocimos siendo ambos diputados federales en la LIV Legislatura, en el Colegio Electoral de agosto de 1988 hasta el 1º de septiembre del 2006, fueron 18 años de desencuentros como diputado, como candidato, como gobernador, como Presiente de la República y siendo los dos de Guanajuato nos conocemos muy bien, y narro mis desencuentros con él que muestran por qué terminó como terminó nuestra relación el 1º de septiembre del 2006 en el Congreso de la Unión, cuando fue imposible que presentara su Sexto Informe de Gobierno”.
“Me parece que es un personaje que le hizo mucho daño al país, que afectó profundamente la relación política con la oposición y es un hombre que habiendo venido desde la oposición, luchando, fue gobernador y presidente de la república por el PAN, terminó adoptando los mismos comportamientos de la gente que combatió y terminó él combatiendo a la oposición con los peores métodos y de la peor forma”.
En ese mismo tenor, el perredista comparte su opinión sobre las declaraciones que el panista ha hecho en relación a que hay que darle amnistía a los delincuentes o pactar con el crimen organizado.
“Vicente Fox ya pertenece al pasado por más que él quisiera pertenecer al presente o influir en el futuro como ex presidente, tuvo su oportunidad de seis años, todo lo que diga hoy o proponga tiene una respuesta muy contundente: ¿por qué no lo hizo como presidente? Ser asesor o dar consejos o dar propuestas a toro pasado no tiene ya ninguna importancia, quizá los medios de comunicación de nuestro país le den demasiado espacio a declaraciones alocadas del ex presidente Fox, que no tienen ninguna trascendencia, porque ni en su partido ni en su gobierno tiene influencia ni lo escuchan, así que cada día que pase Vicente Fox será más una anécdota que un personaje político”.
Nueva Izquierda y los Chuchos
Continuando por los episodios que han marcado su vida tanto personal como política, el perredista hace un alto para defender la posición de la corriente política a la que pertenece al interior del PRD: los Chuchos, misma que ha sido descalificada y acusada por los mismos perredistas de traidora, por tener, supuestamente, nexos con el actual gobierno calderonista.
“Hay muchas descalificaciones —dice— sin sentido, hay gente que habla de oídas, hay gente que convierte la diferencia política en animadversión personal, yo no lo comparto, he dicho durante mucho tiempo que puedo tener algunos enemigos, pero no puedo ser enemigo de nadie, en la política hay que tener adversarios, pero no enemigos, porque a los enemigos se les extermina a la buena a la mala, o como sea, como dijo el clásico: a los adversarios se les enfrenta en buena lid, se les convence o el adversario te puede convencer a ti de que tiene razón, dialogas con él, acuerdas con él, convives con él; a los enemigos, no”.
“El PRD no se podría explicar en los últimos 15 años sin la presencia de un grupo de dirigentes municipales, estatales, nacionales, senadores, diputados, presidentes municipales, que comparten una visión de país, lo que se dice poco es que Nueva Izquierda comparte una visión de país, de partido, actúa en consecuencia, es una corriente socialdemócrata, es una corriente partidaria del diálogo, de la negociación policía, que quiere utilizar la presencia del partido en el Congreso para impulsar reformas; es, por lo tanto, una corriente reformadora, es una corriente que no le gusta gritar sino dialogar, que no le gusta descalificar sino argumentar, que no le gusta decir no a todo sino que argumenta por qué no, comprarte ciertas cosas y propone alternativas, es una nueva forma de hacer política en la izquierda”.
“Por cierto —dice el senador Navarrete—, muy parecida a los liderazgos que en América Latina han sido exitosos, muy parecida a Lula en Brasil, muy parecida a Bachelet en Chile, es decir, esta corriente de izquierda que no es estridente, que no es rupturista, que no es radical, que no es violenta, sino que adopta los valores de la política del consenso, del acuerdo, de la construcción, de reformas, y por supuesto en el PRD hay una visión muy radical también de algunos sectores, radical rupturista, partidarios de la acción directa, de las barricadas en las calles, de la ruptura total y a esta corriente radical pues no le satisface ni le es muy atractiva una política socialdemócrata de esa naturaleza”.
Sin dar nombres, Navarrete apunta que “en el PRD hay, por lo menos, ocho corrientes internas, por lo menos, otras más pequeñas, como en el PRI existen no menos de cuatro o cinco y en el PAN también, quizá la diferencia con el PAN y con el PRI es que esos partidos están más formados para dirimir sus diferencias internas de mejor manera y nosotros somos demasiado escandalosos, cualquier diferencia la colocamos en las columnas de los periódicos en sus primeras planas y hacemos pública hasta la más pequeña diferencia en una concepción equivocada de algunos dirigentes del PRD que piensan que mientras más estridentes mejor posicionamiento tiene dentro del PRD, por cierto el ex presidente de Brasil Lula da Silva, que se reunió con los dirigentes del PRD, les dio un consejo extraordinario, les dijo: «compañeros, todas las discrepancias internas que siempre hay en los partidos, dirímanlas internamente, no las lleven a la opinión pública, porque eso no sirve de nada, sólo lastima su imagen y lastima su unidad»”.
Frente a este panorama, el senador Navarrete señala lo difícil que es luchar contra la mala imagen que el día de hoy tiene el PRD para su aspiración de gobernar el Distrito Federal.
“Ha sido bastante complicado, la vida interna del PRD no es nada fácil y ahora que estoy recorriendo las delegaciones, hablando con jóvenes, con mujeres, con asociaciones civiles, observo el daño que nos hemos hecho a nosotros mismos y a la imagen del PRD con estos mensajes de confrontación desbordada, de descalificaciones absurdas que da la impresión, a veces de exagerada, incluso, de que el PRD no se pone de acuerdo ni entre ellos mismos, yo estoy tratando de contribuir y espero hacerlo de manera importante para que la imagen del PRD no siga siendo esa”.
Por ejemplo, “no participé en el proceso pasado para elegir a los integrantes del Consejo Nacional, sino que me mantuve al margen de esta confrontación, porque estoy en este momento dedicando toda mi atención, principalmente, a mis tareas legislativas en el Senado y a recorrer la ciudad, hablar con las mujeres, los jóvenes y la gente de la ciudad, ha estar en las delegaciones políticas, a convencer a los ciudadanos del Distrito Federal de que vale la pena que nos den un nuevo periodo de gobierno de seis años a partir del año próximo. Que el PRD puede seguir gobernando bien la capital y que puede haber un personaje de la izquierda mexicana formado en la izquierda mexicana que puede convocar a un gobierno exitoso, un gobierno que profundice las políticas que Marcelo Ebrard ha aplicado en la ciudad de México, que le dé satisfacción a los habitantes de la ciudad, que haga que la ciudad siga haciendo una ciudad vivible, habitable, con esperanza de vivir mejor”.