Entrevista a Juan Coronel Rivera/Curador y crítico de arte

Por Jacquelín Ramos

Considerado como uno de los representantes más definidos del nuevo expresionismo mexicano, el pintor Rafael Coronel —nacido en 1931 en  Zacatecas y quien abandonara la carrera de arquitectura para dedicarse por entero a la pintura—, ha incursionado en diversos movimientos como “la ruptura” y el hiperrealismo. Sus piezas llenas de  sobriedad y melancolía nos invitan a presenciar un mundo congelado en un instante, un fragmento de vida que parece estar a punto de terminar o transformarse.

Con una visión fotográfica, Coronel acoge a los personajes cotidianos: una prostituta, un teporocho o personajes de sociedad inmersos en la decadencia. Su objetivo: retratar la sociedad contemporánea.

Para conmemorar 80 años de vida y 60 de trayectoria, Rafael Coronel Arroyo nos presenta una exposición retrospectiva —en el Museo de las Bellas Artes— y un catálogo titulado Retrofutura. Rafael Coronel, donde hace un recorrido por toda su producción plástica, que abarca desde los primeros cuadros en la década de los cincuentas hasta su producción actual.

80 años de edad y 60 de trabajo

La museografía está a cargo del curador y crítico de arte Juan Coronel Rivera, quien en entrevista con Siempre! señala que Coronel es, quizá, el primer pintor dentro del arte contemporáneo que utiliza a la rata como un símbolo de lo que sucede dentro de la psicología del hombre contemporáneo.

¿Cuál es el objetivo de esta exposición?

La muestra se ideó con motivo de que el maestro Rafael Coronel va a cumplir 80 años de edad y 60 años como pintor. Dentro de ese marco se decide hacer, desde hace dos años, una exposición retrospectiva, que tuviera como intención primera mostrar las etapas de la plástica de Coronel a lo largo de su trayectoria.

En el ideario imaginario tenemos esta percepción de que es un pintor que tiene solamente un determinado estilo, una sola manera de pintar, y no es cierto. El ha participado en muchas corrientes, estilos y visiones. La idea era conjuntar todas estas tendencias por las que ha caminado para presentarlas en el Museo del Palacio de las Bellas Artes.

La exposición va acompañada de un libro. En ambos se trató de seguir un guión, donde se divide su obra en siete etapas, desde la muy temprana, que empieza en el año de 1951, en la Escuela de Mexicana de Pintura, lo que conocemos dentro del arte moderno como Escuela Mexicana de Pintura y termina con un conjunto de obras que realizó ex profeso para esta muestra Retrofutura. Rafael Coronel.

¿Por qué Retrofutura?

Este título él lo seleccionó y tiene sentido, que si bien es una exposición retrospectiva también tiene una parte futura debido a que es un pintor en activo. Tiene 80 años, pero para esta muestra realizó una serie de 40 piezas, de las cuales, como curador, seleccioné 18, integradas al total de las 109 obras que conforman la exposición. Son piezas muy interesantes debido a que regresa a un tipo de figuración crítica donde se mete nuevamente a la psicología del personaje en un sentido totalmente figurativo, por lo que resultan ser completamente frescas y novedosas dentro lo que venía realizando en los últimos 20 años.

¿Cómo se dará el itinerario de la exposición?

La idea de realizar una exhibición tan grande es que la vea el mayor número de personas. Estas exposiciones resultan muy caras, se llevan mucho dinero del presupuesto y se trata de que ese dinero realmente tenga un objeto social. Dentro de éste se encuentra el sentido visual, que forma parte de la cultura del ser humano. En ese marco de referencia se persigue que la exposición tenga otras sedes para que otras personas en diversos sitios puedan también tener acceso a ver la obra.

La muestra se presenta aquí en el Museo del Palacio de las Bellas Artes, donde se exhibirá hasta el 6 de noviembre. Alrededor del 7 de diciembre se inaugura en la tierra natal de Rafael Coronel, que es Zacatecas, donde estará hasta junio, de ahí se va a San Luis Potosí donde estará alrededor de cuatro meses. Cerramos el recorrido en el Museo Marco de Monterrey, donde se presentará otros tres meses aproximadamente.

La rata en la obra de Coronel

¿Cómo se da la incursión de Coronel en el hiperrealismo?

Es una vena muy interesante de Rafael Coronel que ha utilizado en algunas ocasiones como un recurso para mostrar cierto tipo de zoología. Generalmente el hiperrealismo lo utilizan en animales, tienen una conexión muy cercana al ser humano, estoy pensando en las ratas. Sus ratas son sobre todo las obras hiperrealistas dentro de su producción por excelencia.

Una de las cosas interesantes en su plástica es que quizá es el primer pintor dentro del arte contemporáneo que utiliza a la rata como un signo de lo que está sucediendo dentro de la psicología del hombre contemporáneo. La rata, si bien está representando a un animal, también simboliza una parte del ser humano. Esa porción que tenemos de roedores, de destructores no nada más hacia la naturaleza sino hacia el mismo ser humano.

Desde esa perspectiva, en el libro hay un ensayo que escribe James Wechsler, un autor estadounidense muy importante que hace una analogía realmente interesante en la que habla sobre unas ratas devorando una lombriz —así se titula la pieza—, hace una analogía entre las ratas devorando la lombriz y el águila que devora a la serpiente, en el sentido totalmente de degradación que tiene en algunos casos la sociedad.

Me pareció realmente brillante ver esa parte, también hay algunos personajes entre los que usa un poco la hiperrealidad acercándose más hacia la figuración pop, como es el caso de los retratos que hace del actor estadounidense Charles Chaplin, que se inscribe dentro del pop. También está el interés que tiene por los payasos desde épocas muy tempranas de la década de los 50,  donde empieza a realizar una serie de payasos que no ha dejado nunca de hacer en todas sus etapas, van y vienen.

¿Qué representa Rafael Coronel en la pintura mexicana de los siglos XX y XXI?

Mi apreciación, por ejemplo, que me llevó a hacer esa retrospectiva es, sobre todo, por la conjunción retratística. Es muy buen retratista, no en el sentido de que un personaje social de pose, sino que tiene esa casi visión fotográfica sobre personajes de la calle, que le quedan muy grabados y los reproduce literalmente de como los vio.

Estos personajes que empieza a observar desde los años 50, nos dan una cierta temperatura de cómo se ha conformado la sociedad mexicana, eso es precisamente lo que me interesa para conjuntar los núcleos tanto del libro como de la exhibición. Esa es su grande aportación dentro de la plástica tanto mexicana como internacional, que logra rescatar a todos estos personajes de la calle, y los lleva a la pintura que denominamos de alta cultura.

Al inscribirlos en este marco logra presentarnos todo un panorama de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI, de cómo se ha conformado la sociedad mexicana, de personajes que no se veían mucho dentro de la pintura, como las prostitutas, los teporochos. Tiene un gran interés también por ciertos personajes de sociedad, pero ya dentro de sus puntos de decadencia. Toma todo esto y nos va presentando ese segmento social tan interesante, que es su aportación dentro de la plástica.

 

La relación con Siempre!

¿Cómo es la relación de Rafael Coronel y la revista Siempre!?

Su primer acercamiento se da con el fundador de la revista, el maestro José Pagés, quien le pide realice una de las primeras portadas para la revista, que es un Quijote. El tema le viene muy bien a Rafael porque es un apasionado de la figura del Quijote, le interesa mucho esa parte de la literatura española y las cuestiones de la caballería.

Hasta donde logramos ver dentro de la investigación que se realizó para este libro, Rafael ha hecho tres portadas de aniversario para la revista Siempre!, y sobre todo la primera, es realmente de una calidad plástica extraordinaria, es una pintura muy minuciosa, detallista. Las dos primeras piezas son de fondo negro y la tercera es ya una pieza más expresionista.

Siempre le ha interesado mucho la política, siempre ha tenido esta tradición de ir retratando las actividades de la vida nacional desde esa perspectiva, sobre todo en los años 70. Ustedes tenían un reportero que se llamaba José Natividad Rosales, quien se hizo muy amigo de Rafael, cada dos, tres meses, lo entrevistaba y le hacía grandes reportajes sobre sus exposiciones y su obra, entonces hubo mucha comunicación en ese periodo con la revista.

¿Qué sigue para Rafael Coronel?

El está muy bien de salud. Si las cosas están como hasta ahora es muy probable que dure por lo menos otros 15 años. Si tiene este pulso que tiene hasta hoy, podemos esperar toda la evolución de lo que presenta en el Museo del Palacio de las Bellas Artes en estas últimas 18 obras. Cuando el público las vea, se dará cuenta de que llegó a un nivel plástico que sólo se tiene cuando existe una carrera tan grande dentro de la figuración.

Son piezas muy introspectivas, no se detienen solamente en la técnica —que es extraordinaria— sino que logró darles un giro y ver lo que sucede en el interior contemporáneo de la sociedad mexicana. Su producción es la de un artista contemporáneo, porque él vive y sabe lo que es el arte contemporáneo. Sabe perfectamente quién es Gabriel Orozco, sabe quién es Francis Alÿs, entiende perfectamente el fenómeno que se está dando, pero su respuesta es la misma que siempre ha dado desde la pintura.

A él le correspondió también toda la gran etapa del arte abstraccionista en la década de los 70; le tocó el primer arte minimal durante los 80, y su respuesta a estas grandes corrientes internacionales que han abarcado todos los países y a gran infinidad de artistas, han sido siempre las mismas a través de la figuración: retratar la sociedad.

¿El interés de Juan Coronel Rivera por otras culturas?

Me gustan mucho las culturas que no están posicionadas dentro del arte moderno y contemporáneo. A pesar de que trabajo dentro de esos campos, me interesan mucho las otras culturas. Lo que tenemos es una pequeña colección de arte africano y de las islas de Oceanía del Pacífico Sur, que son simbólicas.

Las máscaras tienen una representación totémica y desde esa perspectiva me interesa mucho lo que desde el siglo XVIII a través del positivismo se le llama arte primitivo, que en realidad no lo es, pero de esa manera se le catalogó. Observo, veo cuáles son los impulsos primarios del ser humano, un poco desde la perspectiva de Claude Levis-Strauss, también de la perspectiva de Miguel Covarrubias, y no nada más de Africa y de los mares del Pacífico, sino de todo desde el continente americano y Europa.

Tenemos ese sentido como de que no hay ritualidad europea, no hay danzas europeas, siendo que hay tanta riqueza en Europa, en los países centrales en Alemania, Francia, como la hubo en México en los años 30.

Me interesa ver todas esas otras perspectivas del ser humano relativo a la posibilidad de expresarse y no nada más las que están posicionadas, sino lo que está pasando, qué hace la gente que no necesariamente está inscrito en toda esta parafernalia de curador, crítico, libro…