Democracia bisoña y muy discutible
Por Teodoro Barajas Rodríguez
Los partidos políticos acusan un desgaste obvio porque se han convertido en franquicias. La partidocracia refleja un sistema erosionado y en muchos casos los electores se inclinan por candidatos pese a los organismos que los postulan.
Michoacán no es ajeno a esta dinámica que se observa en el país, la persona postulada es la que concita los apoyos sin menospreciar, por supuesto, el voto duro traducido en los haberes partidarios.
La mercadotecnia suele inventar carismas aún en los anticlimáticos, los suele convertir en actores o cuentacuentos. Recién la semana anterior se verificó un debate entre los candidatos a la gubernatura, el cual resultó rígido, casi inflexible aunque se pudieron escuchar propuestas y muchas descalificaciones provenientes de Luisa María Calderón así como de Silvano Aureoles Conejo.
Con la pretensión de sembrar frases hechas de los mercadólogos, asesores de imagen y anexas, la candidata del Partido Acción Nacional dijo haber conversado con niños y jóvenes que padecen pobreza, no tienen para sus pasajes, incluso quiso construir una historieta al mencionar que subió a un taxi, esto último pareció más una tomadura de pelo porque ella no viaja sola, una ostensible escolta del Estado Mayor Presidencial va como lapa pegada a ella, los videos no mienten.
El candidato del Partido de la Revolución Democrática Silvano Aureoles se dejó sentir desencajado, con dificultades para improvisar su discurso, criticó a Fausto Vallejo una y otra vez. Desfondado en los sondeos y con el fardo a cuestas de un gobierno estatal de bajo perfil poco pudo hacer para exponer su visión de futuro.
Fausto Vallejo fue propositivo aunque pudo haber sido más enfático. El día después del debate el priísta recibió la visita de Enrique Peña Nieto, a quien en el encuentro con sus homólogos pronosticó como el futuro presidente de México.
Sin duda que las campañas electorales en Michoacán ya viven la fase más bulliciosa, los cuestionamientos e imputaciones crecerán como la expectativa en algunos que ven cerca el triunfo, así como en los otros que comienzan a reflejar la desesperación porque los sondeos no les salen como lo esperaban.
Es tiempo de escuchar propuestas tangibles, no sólo anuncios o expresiones vagas de buena voluntad, no dudo que haya intenciones positivas pero hasta ahora hace falta que las expliquen de forma realista, creíble, sin ese barniz coloreado por la crayola de los lugares comunes.
Aún con el trecho que se ha caminado en estas campañas en pos de una gubernatura que tendrá un espacio temporal de poco más de la mitad de la medida convencional que es un sexenio, todavía no se registran ejercicios oscuros como algunos han esperado. Críticas o descalificaciones o ambas suertes son típicas en ejercicios democráticos y no tendrían por qué motivar una sensación de incertidumbre.
Lamentablemente nuestra democracia no ha dejado de ser bisoña, onerosa y muy discutible.
La intensidad de las campañas seguramente crecerá en estas próximas semanas porque el tiempo se agota, la suma de simpatías, los anuncios más espectaculares o los expedientes más oscuros pueden hacerse públicos porque los intereses en juego son muchos, se medirá la capacidad de respuesta de los candidatos porque las coyunturas son efímeras sólo que sí llegan a ser factores definitivos, los saben los actores involucrados.
Recientemente estuvieron en Michoacán Germán Martínez Cázares y René Bejarano para apoyar a Luisa María Calderón el primero, el segundo a Silvano Aureoles, no sé si los abanderados se percaten de que algunos cuadros de sus partidos lejos de acercarles votos más bien los restan. Germán vino a descalificar e insultar a Fausto Vallejo, mientras que Bejarano, quien se hizo célebre por recibir dinero de Carlos Ahumada en aquel video en el que se expuso la ambición del llamado “señor de las ligas”, por más que se trate de reivindicar no se olvidará que es impresentable por estar maridado con un expediente que presume corrupción, lo que propinará destrozos en la honestidad valiente de aquel gobierno al que sirvió y se sirvió.