Campañas negras, rumores, presagios…

Por Teodoro Barajas Rodríguez

Las manecillas del reloj no paran, el tiempo en que se habrá de celebrar la elección en Michoacán se aproxima, ya se anticipan campañas ominosas en las que se incluya la difamación, la calumnia y un caudal de medias verdades.

Parece que todo se vale, todo aplica para ganar, aun los despropósitos horneados desde la oscuridad. Las promesas se escuchan, replican, lo cierto es que no hay una receta mágica o alguna fórmula infalible para resolver los problemas que Michoacán enfrenta, quien dijera lo contrario entonces se estacionaría en la más simple demagogia.

Las campañas negras se deslizan a  través de rumores, supuestos presagios que a fuerza de reiterarlos pueden adquirir estatus de verdad, lo cual me recuerda las estrategias de la propaganda nazi, tan nefasta como cruel.

Lo cierto es que en la actual administración estatal que encabeza Leonel Godoy Rangel lo que ha permeado es una confrontación que raya en lo personal entre el Ejecutivo estatal y el presidente Felipe Calderón, en ese lance que aún no acaba quien perdió fue Michoacán.

Aquella promesa dicha por el entonces presidente electo de que a Michoacán le iría muy bien fue solo un deseo convertido en ocurrencia, algunas sílabas que se convirtieron en  mentira porque la violencia, el desempleo y la pobreza son una trilogía inocultable.

Resulta cansino escuchar los mismos argumentos, pero no respuestas a los problemas latentes; la repartición de culpas va como una pelota de tenis, de una cancha a otra.

Son muchos los intereses en juego en la próxima elección, aunque no hay profecía que valga si se vislumbran escenarios, casi todos contra el PRD que tras una década en el poder parece proclive a perderlo.

Las diferentes encuestas tienden a polarizar la contienda entre Luisa María Calderón Hinojosa y Fausto Vallejo Figueroa, tal disyuntiva se dibuja; si así resulta entonces se caería aquella tesis de una elección a tercios.

Es claro que el presidente Calderón es obseso en derrotar al PRI a cualquier costo, aunque Michoacán se cocina diferente porque aquí los desencuentros son con Leonel Godoy y el PRD versus Los Pinos. Los expedientes no pueden archivarse, destaca el michoacanazo, aquel espectacular operativo que llevó a las rejas a funcionarios públicos a quienes no se acreditaron los elementos de presuntos actos ilícitos, como ocurrió antes con otros políticos no afines con el PAN. Diría un clásico haiga sido como haiga sido.

Si algo ha caracterizado al gobierno godoyista es su ofensiva opacidad porque no tiene vocación por la transparencia, endeudamiento atroz que no se explica a detalle, aunque claro la contratación de los créditos ha contado con la colaboración casi sumisa del Congreso del Estado que evoca aquellos tiempos del avasallamiento del Ejecutivo.

Las elecciones son un termómetro ideal para calificar a los gobiernos, las luces y sombras son evaluadas, el poder ciudadano se refleja en las boletas.

Un amigo perredista me decía que en Michoacán sólo existen dos proyectos políticos de cara a esta contienda, uno que representa el PRD y el otro que agrupa al PAN y al PRI, que en sus palabras son expresiones salinistas, consecuentemente lo mismo. Sólo que no me respondió por qué el químicamente puro PRD se alía con Acción Nacional en diversos estados para postular a  ex priístas como ha ocurrido a granel, ni por qué en Morelia postula a un ex inquisidor del Sol Azteca como Genovevo Figueroa Zamudio. Si hablamos de congruencia entonces hagamos memoria. O que venga el Gran Arquitecto del Universo y lo explique.