Que nuestras lenguas indígenas no mueran
Martín Tavira Urióstegui
El derecho de autodeterminación de los pueblos —según diversas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas— tiene varios aspectos: rechazo al dominio extranjero y la separación, para formar un nuevo Estado; aprovechamiento de los recursos naturales para su propio beneficio; establecimiento del régimen económico, social y político que mejor le acomode; y la conservación y defensa de su identidad cultural, como un escudo para la defensa de la nación.
¿Cómo se ha ido haciendo y afianzando la identidad cultural del pueblo mexicano? Se ha dicho que con la mezcla de las culturas europea y de nuestros pueblos originarios brotó una nueva: la mestiza, que llegaría a ser la cultura mexicana.
Diríamos que con el desarrollo de la identidad cultural ha corrido pareja la formación de la nación mexicana. Claro que se han requerido otros elementos: la comunidad de territorio, la comunidad económica y la comunidad lingüística.
A nuestro modo de pensar las grandes revoluciones de México han sido factores poderosos para darle a nuestro país su perfil de nación y su personalidad distintiva en el concierto de los pueblos del mundo.
Se ha dicho que somos una nación pluricultural y que no podemos hablar de una identidad cultural de carácter nacional. A nuestra sencilla opinión ese planteamiento constituye un falso problema. Las distintas expresiones culturales de nuestro país le dan una enorme riqueza a la nación, pero todas acrecientan su identidad. Cuando hablamos de la cultura tarasca pensamos en la nación mexicana. Lo mismo cuando nos referimos a la cultura maya de la Península de Yucatán, o a las culturas mixteca y zapoteca de Oaxaca. Y así se podría hablar de las múltiples formas de la cultura náhuatl. ¡Cuántas cosas se podrían decir de otras culturas indígenas! ¿No nos sentimos orgullosos y profundamente mexicanos cuando estamos en Yucatán y disfrutamos de su música, sus bailables, su comida, su vestimenta y su lengua?
Naturalmente que es inaplazable estatuir políticas para que nuestras lenguas indígenas no mueran. La pérdida de una lengua es la mutilación de nuestra cultura nacional. Pero también es necesario que todos los mexicanos hablemos el español como un medio para que podamos comunicarnos, independientemente de las lenguas regionales que existan.
Es muy importante llevarle al pueblo mexicano las manifestaciones culturales de otros pueblos de la tierra. En Michoacán ya se han institucionalizado festivales de carácter internacional: el Miguel Bernal Jiménez en la música; el Encuentro de Poetas del Mundo Latino; y otros de mucha relevancia. Pero eso no quita la necesidad de poner los ojos en multiplicar los encuentros culturales a nivel nacional y a nivel de cada estado o de grupos de estado. ¿Cuándo podrá darse el encuentro de poetas de México? ¿Cuándo se organizarán encuentros de cuentistas, novelistas, artistas plásticos y poetas michoacanos con sus vecinos de Colima, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Estado de México y Guerrero? ¿Cuándo dialogarán las culturas de Nuevo León y Michoacán, del estado de Baja California con las culturas de Sonora, Sinaloa y Nayarit? ¿Cuándo se organizarán encuentros permanentes de creadores literarios de Michoacán, hoy en Morelia, mañana en Jiquilpan, pasado mañana en Huetamo o en Uruapan y así hasta cubrir toda la Entidad? Festivales permanentes de danza, teatro y música de Michoacán y en Michoacán, y así un largo etcétera. Seguir amacizando la identidad nacional por la vía de la cultura.
¿Qué dirán al respecto los aspirantes a la gubernatura de Michoacán?
