Reciente estudio prueba su existencia y cómo avanza a los polos
René Anaya
Un nuevo estudio publicado en la revista Science prueba no solamente que el calentamiento global existe, sino también ha determinado la velocidad con que avanza hacia los polos. De esta forma, se tienen más evidencias en contra de las afirmaciones de un grupo de detractores que, con fines políticos, se empeña en afirmar que el calentamiento global no es el resultado de los gases de efecto invernadero producidos por el ser humano.
No es una coincidencia que la mayoría de quienes argumentan en contra del calentamiento global se encuentren en los países desarrollados, principalmente en los Estados Unidos, pues se trata de una campaña organizada o fomentada por los gobiernos de esos países para evitar poner en práctica medidas que limiten la emisión de gases efecto invernadero en sus industrias.
La migración forzada
Al margen de esas consideraciones políticas y financieras, un grupo de científicos investigó cómo han afectado los cambios climáticos a los organismos vivos en los últimos 50 años. Su estudio forma parte de un programa internacional que evalúa los impactos del cambio climático sobre los ecosistemas marinos, financiado por el Centro Estadounidense de Síntesis y Análisis Ecológicos de la Fundación Nacional de la Ciencia (National Science Foundation) y la Universidad de California de Berkeley.
Los expertos, encabezados por Michael T. Burrows, del Instituto Marino Escocés, han calculado “por primera vez de forma global la velocidad del cambio climático, un factor que determina el rango de distribución de las especies”, según refiere un comunicado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de España, al que pertenece Carlos Duarte, uno de los autores del estudio.
En el trabajo se afirma que los regímenes térmicos, definidos como el modo en que se distribuyen las temperaturas en una determinada zona, se desplazan 37 kilómetros por década en el hemisferio norte hacia el polo, en tanto que en el hemisferio sur la velocidad de desplazamiento es de 17 kilómetros por década hacia el polo respectivo.
Los cambios en los regímenes térmicos se deben, principalmente, a que los gases de efecto invernadero han calentado los ecosistemas del planeta aproximadamente un grado Celsius desde 1960. No obstante, el calentamiento no ha sido uniforme, los ecosistemas terrestres ha aumentado su temperatura el triple que los marinos.
Sin embargo, la flora y fauna marina han necesitado moverse igual de rápido que las terrestres para adaptarse al ecosistema más favorable. Lo más grave es que sigue aumentando la emisión de gases de efecto invernadero, pues en 2010 se emitieron 564 millones de toneladas más de carbono que en 2009, lo que representa un incremento de seis por ciento, conforme a datos proporcionados por el Departamento de Energía de los Estados Unidos.
Escape sin salida
De continuar la tendencia incremental de emisiones, pese a las recomendaciones del Panel Intergubernamental del Cambio Climático, en los próximos años podría aumentar la velocidad del cambio climático. Por ahora, las especies, además de desplazarse, “emplean otras técnicas como alterar su fenología, es decir, el momento de la reproducción o la puesta de huevos. Hasta ahora la mayor evidencia de estos cambios se tenía de los ecosistemas terrestres, bien estudiados”, refiere el CSIC.
El principal problema de los ecosistemas marinos es que no siempre se pueden desplazar: “Las especies del Artico no tienen sitios más fríos a los que migrar. Algunas, como las especies del Mediterráneo, no pueden migrar hacia el norte porque el mar está cerrado por Europa”, ha referido la investigadora Johanna Holding, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados.
Por su parte, la científica Elvira Poloczanska, de la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation, de Australia, coautora del estudio, reconoce que “en los océanos las únicas opciones para la vida marina son adaptarse o dejarse llevar por las corrientes calientes”. Esto lo plantea de manera más tajante el investigador Carlos Duarte, quien advierte: “Cuando la velocidad del cambio climático supera la velocidad de dispersión de los organismos o cuando existen barreras que impiden esa dispersión, las especies sólo pueden adaptarse o extinguirse”.
A esta situación alarmante debe agregarse que, según resultados del estudio, “el mayor impacto se producirá en torno al ecuador, donde existen puntos calientes de biodiversidad marina y las amenazas serán altas, principalmente porque la velocidad del cambio climático en estas zonas supera los 200 kilómetros por década”, según refiere el CSIC.
Por tanto, es probable que las repercusiones más graves del cambio climático se presenten mucho antes de lo que se esperaba, si no se consigue que países como Estados Unidos y China modifiquen sus políticas y disminuyan la emisión de gases de efecto invernadero.
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