Gerardo Yong

Linzhi, Tibet, Región Autónoma de Tibet.- El aeropuerto de Linzhi es una pequeña muestra de la gran importancia que el gobierno de China tiene en mantener comunicado a Tíbet con el resto del país. Esta terminal aérea está ubicada al sureste del valle Brahmaputra, en una meseta conocida como Qinhai-Tíbet. Recibe su nombre por la ciudad Linzhi que se encuentra a unos 20 kilómetros del lugar; rodeado de ríos y lagos de aguas provenientes del deshielo de las montañas. Para la ingeniería china fue todo un reto construirlo, ya que se encuentra a 2,949 metros de altura sobre el nivel del mar, sólo superado por sus hermanos de Bangda, a 4, 334 metros, considerado el más alto del mundo, y el de Ngari, ubicado a 4,274 metros, cuyas operaciones fueron iniciadas el primero de julio del 2010.

 Estrategia de aviación civil

Según reportes del gobierno chino, el aeropuerto de Linzhi inició sus operaciones en octubre del 2003, como parte de una estrategia de desarrollo aeronáutico puesta en marcha a través de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma y la Administración de la Aviación Civil. Su costo fue de 780 millones de yuanes.

Aunque a simple vista es pequeño, sus instalaciones tienen capacidad para recibir a 120 mil pasajeros al año. Está considerado como una terminal aérea 4C, que significa que cuenta con el instrumental e infraestructura para garantizar el despegue y aterrizaje de aeronaves. Tiene una pista de tres kilómetros de largo y 60 metros de ancho que permite la operatividad de aviones del tamaño de un Boeing 757. El único inconveniente que tiene es que carece de espacio para un estacionamiento más prolongado de aviones. Sólo pueden permanecer dos aeronaves unas cuantas horas, específicamente para reabastecimiento o revisión técnica.

 Movilidad aérea con recursos propios

Los vuelos son ofrecidos sólo por las aerolíneas Air China y Virgin Express con itinerarios desde todas partes de China; en una franca política de estado que busca desarrollar la zona del Tíbet y el transporte aéreo local con recursos y tecnologías propias. El aeropuerto de Linzi está plenamente vigilado, lo cual se entiende por ser una infraestructura de amplio valor estratégico, al igual que todos los medios de transporte y comunicación. Al descender del avión, el visitante tiene que caminar sobre la pista unos 50 metros hasta las instalaciones principales bajo la mirada de guardias y personal aeronáutico, que procuran que los emocionados visitantes o pasajeros no se rezaguen observando el entorno o tomando fotos de su llegada.

 Operatividad limitada

 La terminal aérea sólo opera durante unos 100 días, que es cuando se presenta la actividad favorable para el tráfico aéreo. El resto del año, los vuelos son restringidos debido a que las condiciones climáticas son más severas. A partir de 2007, el gobierno chino instrumentó una serie de políticas encaminadas a dotar de mayor capacidad de infraestructura a Tibet, en un intento por impulsar el desarrollo de una sociedad, que por largo tiempo ha vivido carente de oportunidades. En menos de diez años, la red de aviación civil elevó el número de aeropuertos de tres a seis. También ha abierto rutas aéreas para facilitar la llegada de visitantes tanto nacionales como extranjeros a Lhasa, capital de Tibet, tal es el caso del vuelo entre esta ciudad y Chengdu, con una distancia de mil 100 klómetros. Se estima que por esta ruta se transportan a más de 100 mil pasajeros y volúmenes logísticos hasta por mil 600 toneladas de mercancías hacia el llamado “techo del mundo”.

Cuadro sinóptico

Tíbet, aeropuertos más altos del mundo

  •  Nagqu, considerado el más alto del mundo.  Construido en la meseta Qinghai-Tíbet a una altura de 4,436 metros.
  • Bangda, construido en 1994 en la prefectura de Qamdo a 4,334 metros. Posee la pista más larga del mundo con 5,500 metros.
  • Lhasa-Gongga. Ubicado a 3,600 metros de alturas. Posee una pista de 4 kilómetros de longitud y 45 metros de ancho.
  • Linzhi. Se encuentra establecido a 2 mil 947 metros en la prefectura de Nyinchi.