Verónica Valenzuela González
(Primera de dos partes)

El manejo de la basura electrónica o “e-waste” se empieza a conducir en algunos países con distintos objetivos como la factura de robots y para diversas causas sociales como el proporcionar empleo a personas con alguna discapacidad, además de la llamada “minería urbana”, la cual busca reciclar los metales en los viejos teléfonos celulares en busca de gemas tales como iridio y oro, y ya que los precios de éstos se disparan, es una industria que promete desarrollo.

Aquí describiré cómo, según diversas fuentes, se reciclan los móviles en Israel, Estados Unidos, Japón y algunas naciones europeas, sin dejar de mencionar a las mayores corporaciones que se han unido  a los ambientalistas para llevar a cabo esa tarea  y a los acreedores del cargo criminal de exportar basura electrónica tóxica.

Reciclar un teléfono celular ayuda a la conservación de la energía necesaria para que funcione una laptop por 44 horas. Según una nota de Larry West, si los estadounidenses reciclaran los 130 millones de celulares desechados anualmente en la Unión Americana se podría ahorrar suficiente energía para iluminar 24 mil viviendas por un año. Por cada millón de teléfonos celulares reciclados, se puede recuperar 75 libras de oro, 772 libras de plata, 33 libras de paladio  y 35 mil 274 libras de cobre; además los móviles contienen  zinc, platino y estaño. También por cada millón de celulares reciclados se podría proveer a 185 aparatos electrodomésticos por un año.

De igual manera, debemos tomar en cuenta que los teléfonos móviles contienen materiales como plomo, mercurio, cadmio y arsénico, que no pueden ir a contaminar el aire, el suelo ni el agua.

Según una nota de la agencia Reuters, en Honjo, Japón, se está desarrollando una nueva industria conocida como “minería urbana”, la cual busca reciclar los metales en los viejos productos electrónicos en busca de gemas tales como iridio y oro. Los materiales recuperados se usan en partes de nuevos aparatos electrónicos y el oro y otros metales preciosos son fundidos y vendidos a los joyeros e inversores en forma de lingotes.

También vuelven a los fabricantes de aparatos electrónicos, quienes usan el oro en las tarjetas de circuitos de los teléfonos celulares porque conduce la electricidad incluso mejor que el cobre.

“Pueden ser metales preciosos o menores, queremos reciclar lo que sea que podamos,” dijo Tadahiko Sekigawa, presidente de Eco-System Recycling Co, propiedad de Dowa Holdings Co Ltd.
Una tonelada de mineral de hierro de una mina de oro produce en promedio solo 5 gramos de oro, mientras que de una tonelada de teléfonos celulares descartados se pueden lograr 150 gramos o más, según un estudio de Yokohama Metal Co Ltd, otra firma de reciclaje. El mismo volumen de teléfonos celulares descartados también contiene alrededor de cien kilogramos de cobre y tres de plata, entre otros metales.

El oro se estaba comercializando  en mayo de 2008 a unos 31.39 dólares por gramo, aunque llegó a un récord histórico de 36.35 dólares por gramo en marzo de ese año.

De acuerdo con la nota de Reuters, reciclar aparatos electrónicos tiene sentido en Japón, un país con pocos recursos naturales para alimentar a su millonaria industria electrónica pero sí tiene decenas de millones de viejos teléfonos celulares y otros aparatos de consumo obsoletos que son desechados cada año.

“Para algunos sólo es una montaña de basura, pero para otros es una mina de oro,” dijo Nozomu Yamanaka, gerente de la planta de reciclaje Eco-Systems, donde pilas de teléfonos celulares descartados y otros aparatos son separados según su valor en metal.