Gonzalo Valdés Medellín

En el Claustro de Sor Juana de la Ciudad de México, el Grupo Cómicos de la Legua de la Universidad Autónoma de Querétaro, montó bajo la dirección de Román García La secreta amistad de Juana y Dorotea del dramaturgo mexicano Guillermo Schmidhuber de la Mora; propuesta de exploración plástica, y vívida intencionalidad lírica. Inmiscuyéndose en los archivos personales de Dorothy Schons —incluyendo su novela inédita sobre sor Juana— y en la correspondencia que dicha académica sostuvo con Ermilo Abreu Gómez, Julio Torri y Artemio de Valle Arizpe, entre otros intelectuales, Schmidhuber concreta sus propios estudios sobre la Décima Musa (muy amplios y exhaustivos, muchos de ellos reunidos en su libro Sor Juana dramaturga: sus comedias de “falda y empeño”, 1996) en una obra que da cauce dramático a muchos de los sucesos y anécdotas vertidos sobre la monja jerónima. El material atisbado por Schmidhuber, la investigación minuciosa en torno a Dorothy Schons (1898-1961), elaborada sin duda por la mente y el oficio puntilloso de un académico, desemboca en la creación dramatúrgica. Hay una acotación al final de la escena sexta de La secreta amistad de Juana y Dorotea, en que los personajes, escribe el dramaturgo, “desaparecen solemnemente en las tinieblas escénicas”, para llegar al momento en que se iluminan con un discurso universal. Todo esto se desprende luego de que el espectador ha presenciado el suicidio de la doctora Dorothy Schons, una de las primeras estudiosas de sor Juana Inés de la Cruz en Estados Unidos. La secreta amistad de Juana y Dorotea es un homenaje deliberado a la memoria de una hispanista y feminista combativa: Dorothy Schons, ubicándola en el tiempo y el espacio de la historia —y de la misma representación— como una sucedánea de sor Juana, hermanándolas en su lucha; y es una obra estructurada con acierto e inventivo despliegue de recursos dramáticos, así como representativa del más auténtico teatro mexicano. Un teatro mexicano éste escrito por Guillermo Schmidhuber de la Mora, que va hacia la raíz misma de nuestra identidad literaria.