¡Con Marcelo Ebrard en Gobernación!
Félix Fuentes
Se cree tan seguro Andrés Manuel López Obrador que integra gabinete presidencial encabezado por quien, a su juicio, es hoy figura principal de la política, Marcelo Ebrard. Lo nombró secretario de Gobernación y presumió al ex rector Juan Ramón de la Fuente como próximo secretario de Educación Pública.
El tabasqueño dejó de autollamarse “presidente legítimo” y en su calidad de seguro candidato presidencial de partidos “de izquierda” denota ansia de poder y nombró a quienes serán sus colaboradores, como si ya luciera la banda presidencial en el pecho.
La egolatría de López Obrador ha llegado a tan elevado nivel que se compara con Benito Juárez, en eso de designar a los “mejores hombres” de México para su gobierno “porque no tenemos nada que ocultar”, dijo.
Para el postulado por el PRD, PT y Movimiento Ciudadano —antes Vanguardia— Marcelo Ebrard es hoy un experimentado político y se haría cargo del gobierno interior y la seguridad pública, pero en coordinación con las corporaciones policiacas y dependencias encargadas de la procuración de justicia, “no como sucede en la actualidad que, por un lado está el Ejército, la Marina, la Policía Federal, policías estatales y municipales”.
Como si estuviera próximo a ocupar la silla presidencial, El Peje —así lo llaman sus congéneres— afirmó que “ése va a ser el trabajo de Marcelo Ebrard”. Esto explica por qué el hoy jefe de Gobierno del Distrito Federal manifiesta seguridad de que en el 2018 será el candidato presidencial de izquierda. Tal para cual.
Ebrard era secretario general del antiguo Departamento del Distrito Federal, cuando Manuel Camacho Solís fue titular de esa dependencia en el aciago régimen de Salinas de Gortari. En esos días, López Obrador realizaba caravanas de tabasqueños al Distrito Federal e instalaba campamentos con ellos en el Zócalo capitalino.
Eran hechos esos movimientos cuando faltaban uno o dos meses para las fiestas patrias. Sabía Andrés Manuel que negociarían con él para levantar cada asentamiento a cambio de varios millones de pesos que entregaba Marcelo Ebrard con la anuencia del también priísta Manuel Camacho Solís, ahora metido en la casaca de izquierda. Así nació la amistad en ese triunvirato.
He escrito varias veces, sin ser refutado, que Ebrard emigró del PRI cuando López Obrador estaba por asumir el Gobierno del Distrito Federal y éste lo nombró secretario de Seguridad Pública. Así se cumplió la máxima de “amor con amor se paga”. Ahora resulta que el ex empleado de Camacho Solís es lo máximo en política.
El Peje nombró también al ex rector de la UNAM, José Ramón de la Fuente, como titular de la Secretaría de Educación Pública, e invitó a estar presente, en un acto de la Delegación de Iztacalco a Héctor Vasconcelos, hijo de José Vasconcelos, de quien dijo López Obrador que ha sido el mejor secretario de Educación Pública del país.
A De la Fuente se le ha invitado a ser candidato presidencial y siempre ha dicho que no tiene partido. ¿Finalmente se decidió por la izquierda?
No se quedó en eso el tabasqueño. También designó al economista Rogelio Ramírez de la O para ser secretario de Hacienda, a fin de hacer un manejo distinto de la economía. “El nos va a ayudar a recuperar los recursos para el desarrollo y no va a haber necesidad de aumentar impuestos o caer en déficit fiscal”, aseguró. ¿Podrá el doctorado en Cambridge, Inglaterra, hacer tan grandes maravillas?
Primero debieran preguntar Rogelio Ramírez, De la Fuente y el propio Ebrard a López Obrador qué tan seguro está de ganar las elecciones de julio próximo. ¿Pensará que la tiene fácil porque Enrique Peña Nieto no pudo decir los nombres de los autores de tres libros o cuál era el salario mínimo en el momento de ser entrevistado?
Mucha gente supone que El Peje ya cambió y si entra en Los Pinos no devorará empresarios ni “gringos”. Pero la clase pudiente no está convencida de cuanto dice y lo tacha de resentido social. Los electores tienen la palabra.
