Modifican su comportamiento migratorio
René Anaya
Por supuesto que no forman parte de la tripulación de Mexicana de Aviación, ni son pasajeros que se hayan quedado con su boleto en tierra, como sucedió con clientes de esa línea aérea, pero muchas aves migratorias han acortado sus viajes de migración o los han cancelado en los últimos años, a causa del cambio climático global.
En el II Congreso sobre Migración de Aves y Cambios Climáticos, celebrado en marzo de 2010, especialistas de 25 países advirtieron que los cambios en el comportamiento y distribución de la población de aves, que antes ocurría en varios siglos, ahora se presenta en algunas décadas, lo cual pone de manifiesto que el cambio climático se está produciendo de manera acelerada.
Cambios de ruta migratoria
De las miles de millones de aves que anualmente emprendían el vuelo del norte hacia el sur, se estima que cerca de 20 mil millones han modificado su comportamiento migratorio, según ha señalado Miguel Ferrer, presidente de la Fundación Migres, de Andalucía, quien dio a conocer en marzo del año pasado datos precisos. Refirió que aves como el águila calzada, la culebrera y la cigüeña blanca, que anteriormente emigraban a África, ahora permanecen todo el año en España.
De esta forma, se han producido algunos cambios no solamente en las rutas de viaje, sino también en el comportamiento de las aves, pues se sabe que la migración está condicionada por procesos internos causados por los estímulos externos (descenso de la temperatura, días más cortos y escasez de alimentos, entre otros) que recibe el sistema nervioso central de las aves.
Esos estímulos desencadenan la secreción de hormonas reguladas por el complejo hipotálamo-hipófisis (estructuras cerebrales), como la somatotropina, que se produce en la tiroides, las catecolaminas, la insulina, la de crecimiento, la testosterona y la melatonina, esta última esencial para la organización de la actividad migratoria y para su orientación. Esas hormonas producen cambios importantes en el funcionamiento del organismo del ave, como aumento del consumo de alimentos (hiperfagia) para almacenar más grasa, la cual es su principal combustible en su largo vuelo; y aumento de su masa muscular.
En las últimas décadas se ha observado que algunas aves migratorias han modificado sus rutas de migración, pues han acortado su viaje o no lo realizan porque el calentamiento global impide que se desencadene el proceso migratorio, ya que la temperatura no desciende tanto como para desencadenar el proceso.
Ante estas circunstancias, los expertos en ornitología investigan si los cambios obedecen principalmente a las modificaciones de los estímulos externos o responden a cambios genéticos. Si esto último se llegara a comprobar, se estaría presenciando una modificación evolutiva de las especies, que en otras condiciones habría tardado mucho más tiempo en ocurrir y no solamente algunas décadas.
Sin razón para emigrar
Otro estudio muy documentado sobre el cambio de los patrones de migración de las aves lo realizó un grupo de investigadores de Finlandia, encabezados por Aleksi Lehikoinen, de la Universidad de Helsinki. El estudio se efectuó mediante el análisis de la información recogida durante tres décadas en el Observatorio de Aves Hanko, en el sur de Finlandia.
De las 15 especies que un grupo de observadores voluntarios contó desde 1979, se encontró que seis emprendieron el vuelo al sur mucho más tarde de lo que acostumbraban. “Algo que se ha encontrado en otros estudios, además del nuestro ─ha señalado Lehikoinen─, es que la temperatura del agua ha aumentado más rápidamente que la del aire […] lo que significa que hay más alimentos disponibles para estas especies”, por lo que retrasan su migración y algunas ya no viajan tan al sur como antes lo hacía.
Geoff Hilton, jefe de investigación de especies del Wildfowl & Wetlands Trust, una organización para la conservación de los humedales del Reino Unido, sin fines de lucro, ha referido que “el Reino Unido se halla al final de la ruta migratoria de las aves que bajan de Escandinavia, Rusia y Siberia. Es casi la última parada, por lo que algunas especies no llegan en absoluto, simplemente se quedan más arriba en la ruta de vuelo”.
Pero el problema no reside únicamente en que las aves ya no lleguen a ciertos “destinos migratorios”, que podrían ser un polo de interés turístico, sino que tienen serias repercusiones ecológicas, como ha advertido Hilton: “si de repente dejan de venir miles de gansos a un humedal, esto provocará grandes efectos en el humedal. Estos son cambios bastante grandes en términos ecológicos”.
Efectivamente, la llegada de las aves migratorias a determinados lugares ha sido uno de los principales factores generadores de diversidad biológica, por lo que los cambios del patrón de migración podrían ocasionar graves modificaciones al ecosistema de ciertas regiones.
reneanayas@yahoo.com.mx
