En medio de la crisis, crecimiento sostenido
Mientras Europa y Estados Unidos reflejan la incertidumbre económica mundial, Brasil, uno de los principales motores económicos del continente americano, se prepara para iniciar el 2012, impulsando la inversión en infraestructura.
Termina el 2011 y el gobierno brasileño que encabeza la mandataria Dilma Rousseff logró la aprobación del presupuesto de gastos del próximo año el cual está centrado en la inversión de obras públicas de saneamiento en las favelas y en la infraestructura de la Copa del Mundo del 2014 y las Olimpiadas del 2016.
Contrario a las políticas recesivas que se aplican en Europa y a la incertidumbre presupuestal en Estados Unidos, Brasil aprobó el equivalente a unos 33 mil millones de dólares para el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC II).
Los números económicos de Brasil en el último trimestre del año que termina no han sido tan buenos como en el pasado reciente, pero el gobierno apuesta a la inversión en infraestructura para reactivar la economía, en muchos sentidos actuando a contracorriente de los clásicos manuales recesivos de los organismos financieros internacionales.
De hecho, la presidenta Rousseff anunció la puesta en marcha, de un programa de inversión de 2 mil millones de dólares en barrios humildes con poblaciones menores a los 50 mil habitantes. En declaraciones a la prensa, Rousseff aseguró que su país está en condiciones de “ir contra la corriente” y apostar por “trabajo, trabajo y trabajo”.
Algunos aspectos del presupuesto están básicamente orientados a cumplir con los planes de infraestructura de la Copa del Mundo y de las Olimpiadas próximas, eventos que sin duda requieren de grandes inversiones y que, permiten también que el Producto Interno Bruto (PIB) del gigante sudamericano crezca y no se estanque.
De esta manera, Brasil encabeza los esfuerzos de los países de la región por disminuir los efectos de la recesión europea y la incertidumbre norteamericana que siguen afectando la economía mundial y que no ofrecen soluciones a corto plazo.
El presupuesto aprobado en Brasil permite pronosticar, según el Ministro de Hacienda, Guido Mantega, un crecimiento del 5 por ciento del PIB, cifra que mantendría un buen ritmo y un escenario económico estable para este país, pero también para sus vecinos regionales.
En síntesis, la limpieza de las favelas, las grandes obras en las represas amazónicas y la infraestructura para el Mundial de futbol y las Olimpiadas, se convierten en el eje central de la reactivación económica brasileña para el próximo año, pronto veremos sus resultados.