Pensamiento a fondo

Patricia Gutiérrez-Otero

Si me matan, seguiré vivo en el pueblo.
Arnulfo Romero, arzobispo del Salvador, santo según la Iglesia Católica Anglicana.

Mataron a Nepomuceno Moreno en Hermosillo, Sonora, el 28 de noviembre de este año. Buscaba a los autores de la muerte de su hijo Jorge Moreno León, desaparecido y asesinado. Formaba parte del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Durante el primer encuentro en el Castillo de Chapultepec, entregó a Calderón, en mano propia, el expediente de la desaparición de su hijo.

No se le dio la protección policiaca que pidió en ese momento. Fue acribillado en Hermosillo. Había dicho: “Además de la represión del gobierno estatal en contra de mi familia, porque, yo no había querido hablar, no me había manifestado ante el Estado, les di oportunidad de que investigaran, pero mejor yo investigué y concluí que estaba involucrado el Estado”.

Encontraron a Julia Marichal Martínez descuartizada y sumergida en el tinaco o en la cisterna de su casa en Magdalena Contreras, Distrito Federal, el 3 de diciembre. Julia fue actriz y activista social. Había desaparecido desde el 12 de noviembre.

Hija del escritor mexicano Juan de la Cabada y de una actriz de origen cubano, la activista defendía la cultura afroamericana y participaba en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad en la plataforma “arte y cultura”. Dicen que se sospecha de su sobrino quien trabajaba con ella en la preservación del acervo de De la Cabada y era estudiante de Filosofía en la unam… ¿Crimen privado o público? ¿Habrá averiguación honesta?

Norma Andrade fue balaceada el sábado 3 de diciembre. Recibió 6 impactos de bala. El más preocupante es en el tórax. No le robaron nada. Fundadora en Chihuahua de “Nuestras hijas de regreso a casa”, activista sobre todo en relación con los feminicidios, parte del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad: el Movimiento pide que se haga una averiguación y se proteja la vida de Norma Andrade y de su familia.

La situación de los defensores de los Derechos Humanos en nuestro país, así como de periodistas honestos, es muy delicada. La impunidad en la que vivimos, y que el Estado permite, nos hace pensar en la relación íntima entre el crimen organizado y miembros del Estado mexicano, desde grados muy altos hasta cargos menores, y en diversos grados de corrupción. Diversas asociaciones mundiales han señalado esta realidad.

En este periodo de finales de noviembre a inicios de diciembre, registramos tres ataques en contra de gente ligada con el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Dos de ellos fueron fatales. Es necesario detener esta ola roja. No sólo contra el mpjd. Todos somos seres humanos y merecemos serlo, incluso ustedes, los que matan.

Alguna vez, en esta columna, pedimos a Calderón que asumiera su posición creyente y que fuera hasta los límites de la lealtad en pro de la defensa de la dignidad humana, y, porque se dice católico, hasta los últimos límites. Otra vez se lo pedimos: que reaccione contra los compromisos y fuerzas que lo dominan. Si fue un presidente espurio, que sea un presidente a imagen y semejanza del Jesús de la historia. Eso lo redimiría. Queremos un héroe o un santo, no un pelele.

Además, opinamos que se respeten los Acuerdos de San Andrés, a los pueblos indígenas y sus derechos comunitarios, que se limite el ejercicio de las transnacionales y los monopolios, y que se respete la palabra dada.

pgutierrez_otero@hotmail.com
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