Su sucesor, su hijo menor sin experiencia en asuntos de Estado

Alexander Serikov

En Corea del Norte a la edad de 69 años falleció el líder de este país Kim Jong Il. Este político quien dirigió autoritariamente Corea del Norte durante casi 17 años, viajaba en su tren personal en una inspección nacional que le requería un mayor esfuerzo físico del que podía soportar y murió  el sábado 17 de diciembre de un ataque cardíaco. Anteriormente tuvo varios ataques cardíacos a los que pudo sobrevivir, pero el último resultó fatal. Ni siquiera pudo entregar oficialmente a su sucesor el enorme poder que tenía. Él mismo lo heredó de su padre Kim Il Sung, fundador de la República Popular Democrática de Corea así como de la dinastía Kim. Ahora se anunció que la tercera generación de esta dinastía, el hijo menor del fallecido líder  llamado Kim Jong Un encabezaría el Estado que ocupa la parte norte de la Península Coreana.

El logro más grande del segundo Kim fue que su poder adquiriera un carácter totalmente centralizado lo que no pudo alcanzar ni siquiera su padre quien también gobernó autoritariamente pero de vez en cuando pidió consejo a la dirección de su partido – Partido del Trabajo de Corea – así como a los directivos del gobierno.

Su hijo no pidió ningún consejo a nadie. Según  la revista estadounidense Parade que, apoyándose en los datos de las organizaciones internacionales de defensa de derechos humanos publica cada año la lista de los peores dictadores del mundo, el líder de Corea del Norte ocupó varias veces uno de los primeros lugares en esta lista.

Los observadores internacionales coinciden casi totalmente en que el sucesor del fallecido líder seguirá su política tanto nacional como la internacional. Dentro del país – conservación y fortalecimiento del sistema juche que es la base ideológica nacional proclamada por el fundador de Corea del Norte, Kim Il Sung, en 1955 y que significa  el apoyo en sus propias fuerzas (lo que en la práctica se tradujo en falta de alimentos y hambruna crónica de la población).

En política internacional, aislamiento en la palestra mundial y casi total hermetismo. También continuará el desarrollo del programa nuclear lo que más que nada preocupa a la comunidad mundial. Por negarse a suspender este plan Corea del Norte cosechó la fama del rebelde peligroso y fue varias veces censurada por la ONU, aunque en los últimos meses de vida del fallecido Kim hubo algo como tímidos intentos de alcanzar un acuerdo.

Pero su muerte y la llegada al poder de su hijo suscitaron toda clase de conjeturas sobre la posible agudización de la postura rebelde y nacionalista de Corea del Norte en la cuestión del desarrollo de su plan nuclear cuyo principal objetivo, según analistas occidentales, es elaborar su propia bomba atómica. En este sentido los observadores consideraron el lanzamiento de sus cohetes de corto alcance realizado pocas horas después del fallecimiento de Kim Jong Il como deseo de Corea del Norte de resaltar lo invariable de sus planes belicosos.

Fue lógico, por ello, que los primeros en manifestar su preocupación fueron los dirigentes de Corea del Sur donde fueron puestos en estado de alerta las fuerzas armadas; el consejo de seguridad realizó una junta extraordinaria y el presidente surcoreano Lee Myung Bak ordenó que todos los funcionarios asumieran el régimen especial de trabajo.

También manifestaron su preocupación Japón y Estados Unidos.  En Tokio fue fundado el cuartel general de crisis. Los norteamericanos anunciaron que seguirían atentamente el desarrollo de los acontecimientos en Corea del Norte y que están dispuestos a entregar a esta nación la ayuda humanitaria y una remesa de alimentos.

El sucesor del fallecido Kim, su hijo menor Kim Jong Un es joven, no tiene ni siquiera 30 años de edad – su fecha exacta de nacimiento nunca ha sido divulgada – y por ende no tiene experiencia en el manejo de un mecanismo tan complicado como es un Estado, aunque su padre trató de hacerle conocer de manera más activa los deberes del dirigente nacional. Es por ello que, posiblemente, alguien de su entorno, sobre todo algunos de los familiares del fallecido Kim Jong Il, los de actitud beligerante, traten de llegar a ser algo como consejeros más íntimos del joven líder y de esta manera ejercer influencia negativa sobre los futuros procesos en Corea del Norte.

Queda sólo esperar si el futuro próximo sea capaz de esclarecer si esto es cierto o no. Mientras tanto los norcoreanos salen de sus casas y en plena calle o plaza se forman en hileras y lloran sin ocultar lágrimas expresando de esta manera públicamente el dolor por la muerte de su querido líder. Los funerales de Kim Jong Il se programaron para el miércoles 28 de diciembre.

diciembre del 2011.