Enyrevista a Lic. Guillermo Sánchez Joan y Jorge Barbosa Joan/Integrantes de Ollinka Amigos de Tepexpan, A. C.

 

Jacquelin Ramos

 

Festejar a la Virgen de Guadalupe en la Basílica de Guadalupe es una tradición y acto de fe; muchos fieles asisten a orar, escuchar misa, hacer peticiones, esperando un milagro. Es una festividad que es parte de la identidad mexicana.

A pocos días de llevarse a cabo esta celebración, Ollinka Amigos de Tepexpan, A. C. crea un marco institucional entre los museos de sitio de la Comunidad de Tepexpan, Acolman y el de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe. A este último le fue obsequiada una obra de bronce a la cera perdida titulada Fragmento de un relato maravilloso en el Cerro del Tepeyac, el cual fue extraído del histórico y polémico Códice Mexiquense de la llamada Tira de Tepexpan.

La Tira de Tepexpan, según comenta  Jorge Barbosa, integrante  de la asociación, además de ser un documento válido y reconocido, tiene un valor invaluable, y que ha sido la forma en la que se puede dar a conocer la población de Tepexpan; es uno de los pocos códices que narran dos historias del pasado, las costumbres y la forma de ver el universo: la primera, en la parte superior donde habla del señorío de Tepexpan, y la segunda, en la parte inferior donde habla de la historia de Tenochtitlán. Su importancia es que dentro de sus pasajes habla de un suceso único, que es presentar, junto con otros veinte documentos más, la anunciación de la Virgen morena del Tepeyac.

Guillermo Sánchez Joan, miembro de la agrupación, considera la Tira de Tepexpan como el acta de nacimiento de ese pueblo, ya que en virtud de este códice nace el museo de sitio. Explica que es un recinto cultural ubicado perfectamente por las autoridades municipales del Estado de México, y del gobierno federal, así como por el INAH del Estado de México. El museo de sitio ha sido partícipe de dos marcos institucionales de acercamientos culturales, uno de ellos en 2008 con el Museo del Neandertal, vía alcaldía de Megman, y el otro con la Biblioteca Nacional de París, a través de la embajada de Francia, razones por las cuales este museo, a pesar de no tener un reconocimiento oficial, es un museo reconocido por sus pobladores.

La Tira de Tepexpan, junto con la osamenta del Hombre de Tepexpan —que tiene un lugar muy especial en el estudio de la antropología física en nuestro país— es prácticamente el parteaguas, no solamente de la historia de un pueblo de Tepexpan, sino también, de la historia de México. Por ello los miembros de la Asociación Ollinka reiteran la necesidad de un reconocimiento oficial a este espacio cultural.