Vázquez Mota y Miranda de Wallace

Alfredo Ríos Camarena

En las últimas décadas se ha producido una revolución cultural y sociológica, que ha permitido el acceso del género femenino a los puestos políticos y privados más importantes; en México, el artículo cuarto constitucional que establece la igualdad de oportunidades al varón y a la mujer ha avanzado en cuanto a resultados en la vida nacional; no hay duda, las mujeres hoy en día han logrado metas impensables en el pasado.

Sin embargo, en grandes núcleos de población, todavía la mujer es discriminada y existe una actitud misógina; sin ir muy lejos, en las comunidades indígenas, las mujeres están totalmente relegadas. Se dice con razón, que la mujer indígena es triplemente discriminada por ser mujer, por ser pobre y por el color de su piel.

Más allá de lo anterior, el PAN, al parecer, está jugando una fuerte apuesta a favor del género femenino en su proceso democrático interno, para elegir candidato a la Presidencia de la República; las encuestas le dan una enorme ventaja a Josefina Vázquez Mota; y en el Distrito Federal, no hubo proceso democrático y dejaron sin oportunidad a candidatos importantes como José Luis Luege Tamargo, Mariana Gómez del Campo, Gabriela Cuevas Barrón, y desde luego al jefe delegacional en Miguel Hidalgo, Demetrio Sodi de la Tijera, que en la pasada contienda electoral para el cargo a jefe de Gobierno en el Distrito Federal obtuvo mas de un millón de votos.

A pesar de todo esto, la cúpula panista decidió lanzar la propuesta de una luchadora social de enorme prestigio, como es la señora Isabel Miranda de Wallace; aunque, si bien es cierto, ajena a la ideología panista y a la actividad política, la señora Miranda de Wallace ha jugado un papel protagónico en la lucha contra la inseguridad, para encontrar y consignar a los asesinos de su hijo, hecho indudablemente meritorio y que refleja su enorme fortaleza y valor.

No obstante, en política, a pocas horas de haber sido designada cupularmente candidata a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, declaró su apoyo a las propuestas legislativas que legalizaron el matrimonio entre homosexuales y el aborto. Seguramente se le pusieron los pelos de punta a los viejos panistas frente a esta declaración, que rompe totalmente con los principios e ideología de ese partido; más aún, en otra entrevista televisiva, se le preguntó que de haber escogido algún partido político ¿cuál habría sido?, y ella declaró que el PRD; y frente a las declaraciones del poeta Javier Sicilia, de que el PAN se había aprovechado de ella, la señora Miranda de Wallace reviró, afirmando enfáticamente, que la realidad era que ella se estaba aprovechando del PAN para construir una candidatura ciudadana; seguramente los partidarios del PAN verán en estas afirmaciones una contradicción dramática con sus principios doctrinales.

Por otro lado, la señora Vázquez Mota es una panista destacada, que ha ocupado importantes posiciones administrativas y legislativas; fue secretaria de Desarrollo Social en el sexenio del presidente Fox, secretaria de Educación Pública con el presidente Calderón y ha sido dos veces legisladora: la última, en esta LXI Legislatura como coordinadora de los diputados panistas.

La realidad es, en primer caso, que las encuestas del PAN colocaban ese partido en un lejanísimo tercer lugar, por lo que era necesario, según sus estrategas, remontar esta difícil situación. Vázquez Mota, aun cuando no se considera la preferida del presidente Calderón, al incorporar como jefe de su campaña al ex secretario particular de la Presidencia de la República, Roberto Gil, parece que el panorama le cambia, y las encuestas de la población abierta, aun cuando la colocan lejos, le dan algunas posibilidades.

Dos mujeres, dos destinos; ambas en la arena política, pero con difíciles posibilidades reales de alcanzar el poder; tal parece que en el partido gobernante existe desesperación y temor, pues la ciudadanía no ha respondido ¾como ellos esperaban¾ a su propuesta; la razón es muy simple, en el universo electoral de casi 80 millones de mexicanos, la gran mayoría se ha desarrollado en los últimos dos gobiernos panistas que no han acertado, a juzgar por la opinión pública, en su función gubernamental; el tema de la inseguridad, invocado desde la Presidencia, ha causado un verdadero destrozo de imagen de ese partido y, francamente, sus posibilidades de volver a alcanzar el poder se ven remotas.

Dos mujeres, dos destinos, y finalmente, un panorama difícil y complicado para quienes militan en el PAN.