Blanca como la nieve, así se ve la Vía Láctea desde fuera de nuestro planeta y es el mismo color que tiene al verla desde la tierra. Desde la tierra, el color que percibimos de la Vía Láctea por un efecto de luz es el blanco. La cuestión es como se ve desde fuera y el resultado es el mismo.

El profesor Jeffrey Newman y uno de sus alumnos, Tim Licquia, de la Universidad de Pittsburgh han descubierto el que califican como uno de los más importantes parámetros: el color de la galaxia. El hallazgo permite comprender cómo se forman las viejas estrellas, como se forman las nuevas y si se formaron hace billones y billones de años o es posible que se generen algunas en la actualidad. La dificultad estriba, precisamente, en cual es el color que tienen desde fuera, ya que, desde la Tierra nuestra visión esta limitada por el polvo, que impide ver a mayor distancia de uno o dos mil años luz.

Para solventar esta dificultad, Newman y Licquia utilizaron los datos de la Sloan Digital Sky Survey (Exploración Digital del Espacio Sloan) un proyecto de inspección del espacio con imágenes que contiene información sobre, alrededor de un millón de galaxias. Los astrónomos compararon estos datos con los que tenían de la masa total de la Vía Láctea y con la tasa de formación de las estrellas mirando las de las galaxias más cercanas.

Redacción/ebm