Calderón “tiende la cama”

Yazmín Alessandrini

La historia reciente merecidamente califica al ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León como “aquél que le entregó la llave de Los Pinos al Partido Acción Nacional”. En su momento, allá por 2002, el ex gobernador chihuahuense Patricio Martínez incluso lo señaló como traidor al priismo y de hundir al Partido Revolucionario Institucional (y yo agregaría “también al país”) en la peor crisis que registran sus anales. Sin embargo, todo esto es pecata minuta para el negro historial del actual director del Centro para Estudios de la Globalización de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, quien la semana pasada repentinamente ganó diversos encabezados periodísticos debido a una denuncia interpuesta por sobrevivientes de la matanza de Acteal (Chiapas) en 1997, ante la Corte Federal de Hartford, Connecticut, y la petición de la Secretaría de Relaciones Exteriores al Departamento de Estado estadounidense para que éste le reconozca inmunidad y así evite enfrentar proceso.

A ver, a ver, a ver… ¿cómo está eso? ¿Un ex presidente de la república solicitando inmunidad soberana? ¿No se supone que ésta no aplica en individuos que están fuera del ejercicio del poder presidencial? ¿O acaso (disculpen mi ignorancia) esta inmunidad es retroactiva y ampara a Zedillo porque sus tropelías las cometió durante su gestión como presidente de México (1994-2000).

El asunto ya presume varias aristas a ponderar, porque mientras por un lado el juez de la Audiencia Nacional de España, Baltasar Garzón Real, de visita en nuestro país la semana pasada aprovechó las cámaras y micrófonos que daban cobertura al Foro Internacional sobre Seguridad con Legalidad 2012 en Xalapa, Veracruz, para desacreditar la petición de la cancillería en la oficina que encabeza Hillary Clinton, y recordar un contexto similar cuando él mismo impulsó una orden de arresto por asesinato y tortura de españoles que radicaban en Chile contra el ex dictador Augusto Pinochet; por otra parte, trascendió que el gobierno de Barack Obama ya aceptó la petición de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Aunque no es hora de que Zedillo y sus abogados canten victoria, porque la última palabra sobre respetar la dichosa inmunidad la tendrá un funcionario judicial y allá las cosas no son como aquí. La justicia en Estados Unidos en la mayoría de los casos es irreductible.

De todo lo anterior lo que a mí me llama poderosamente la atención es ver cómo un gobierno de filiación blanquiazul, como lo es el que encabeza Felipe Calderón Hinojosa, a través de su cancillería (cuya titular, Patricia Espinosa Cantellano, también de ascendente panista), intercede para salvarle el pellejo a un ex presidente de la república supuestamente priista, como es el caso de Zedillo Ponce de León. ¿Será que ya empezaron a “tender la cama” para cuando Calderón entregue la banda presidencial (el 2 de diciembre próximo) y le empiecen a llover muchas demandas de ese estilo?

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La pregunta de la semana: después de bajarse del camión perredista cuyo ramal conducía al Gobierno del Distrito Federal, ¿en dónde veremos a Mario Delgado una vez que concluya su gestión al frente de la Secretaría de Educación capitalina?

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