Entrevista a Ricardo Espinoza/Profesor-investigador de la UAM-Iztapalapa

Nora Rodríguez Aceves

La ruptura de la alianza electoral del Partido Revolucionario Institucional con el Partido Nueva Alianza no debilita a Elba Esther Gordillo desde el punto de vista estrictamente político, porque no están mirando los principios de la organización ni la coherencia de la organización; ellos están apostándole a lograr un pacto político que asegure lo que les interesa, en este segundo momento en el que ya no hay posibilidades de coalición, cargos en el gobierno federal, afirma Ricardo Espinoza Toledo, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Iztapalapa.

Recordemos que los amigos de la maestra Gordillo no están solamente en el PRI, están también en el PAN, y “yo digo que no queda mal la Maestra, en el sentido de que tiene una fuerza política propia y de que esa fuerza política por pequeña que sea, por reducida que sea, puede ser determinante en el caso de un empate de fuerzas. De manera que si bien es cierto que el que sale mejor librado de todo esto es el PRI, esto no significa que la Maestra, su partido y su sindicato hayan quedado sin posibilidades de conquistar las posiciones que a ellos les interesa”.

Espinoza Toledo explica a Siempre! que “estamos en un proceso de disputa por el poder. El poder tiene distintas dimensiones y la acción de los dirigentes políticos está mirando cómo sacar el máximo provecho posible, y si bien las coaliciones formales son un recurso legal, hay también en la práctica otro tipo de acciones que hacen que una fuerza política pequeña como la que encabeza la profesora Elba Esther Gordillo a través de su Partido Nueva Alianza den un salto que parece hoy inimaginable”.

“Lo deseable es que esos acuerdos, por debajo de la mesa, sean públicos, sean conocidos por los ciudadanos, porque son ellos quienes deben elegir de manera libre e informada quién los represente y quién los gobierne, lo otro, esos pactos ocultos, van en contra del proceso de desarrollo democrático de nuestro país.”

El pasado 27 de enero, el Revolucionario Institucional, en un escueto comunicado de prensa, daba a conocer que “tras una larga y cordial negociación”, el PRI, el PVEM y el Panal, de común acuerdo y por así convenir a sus intereses, habían decidido que el Panal participaría por separado en el proceso electoral del 2012.

El PRI sale ganando

En este contexto, Espinoza Toledo explica que con esta ruptura quien “sale mejor librado es el Revolucionario Institucional, porque gobierna en 20 estados, eso no es la garantía de triunfo en la elección presidencial, pero es un punto de partida indiscutible porque está cuidando la cohesión de la organización y éste sí resulta ser un aspecto relevante. El ya candidato a la Presidencia de la República, el precandidato Enrique Peña Nieto, tuvo el mérito de haber conducido o acompañado el proceso de selección de candidato al gobierno del Estado de México sin conflictos mayores, sin rupturas, sin nada que pusiera en riesgo la cohesión de la organización que fue base del triunfo; ése es un buen antecedente para, en este caso, confirmar la convicción del precandidato y de sus aliados, en este objetivo de asegurar la unidad de la organización, nada fácil, porque dentro del PRI hay diversas fuerzas y todas tienen intereses propios, todas tienen agendas propias, todos están ahí porque les interesa mantenerse en los cargos de representación popular o de gobierno”.

“Sin embargo, un dato también relevante, fue la declinación del senador Manlio Fabio Beltrones a sus aspiraciones de ser candidato del PRI a la Presidencia de la República; era abonar en favor de la unidad de la organización, y ahora la ruptura de esta coalición es un elemento más que acerca posturas ahí dentro al punto que en esta última reunión del PRI en Guanajuato se hizo ya un reconocimiento público de Peña Nieto como el candidato de unidad, como el candidato de los priistas, el hombre ya reconocido como el dirigente real o, en todo caso, como el abanderado presidencial del Revolucionario Institucional.”

Por lo tanto, “esta acción de los priistas muestra claramente que ya están trabajando hacia dentro, sobre todo y principalmente en lograr esa unificación, complicada desde luego, pero que le da a ese partido muchas más posibilidades de éxito y fortalece la posición que tiene frente al electorado”.

En ese mismo tono, el especialista en partidos políticos agrega que si bien es cierto que el partido de la maestra Gordillo “ha sido codiciado porque ante un posible empate de fuerzas puede ser el que incline la balanza a favor de uno o de otro lado; eso se dice del triunfo del presidente de la república actual: que aunque el Panal presentó a su propio candidato presidencial, en la práctica los votos o un alto porcentaje de votos fue para apoyar la candidatura de Felipe Calderón, y hay algunos analista que han sostenido que el apretado triunfo del candidato Calderón en aquel entonces se debió a este respaldo”.

Además, “es o ha sido una organización codiciada por los otros partidos, por los dirigentes, en razón de que hay un liderazgo fuerte ahí dentro y ese liderazgo fuerte puede dar orientaciones, instrucciones, que en buena medida son acatadas, probablemente, porque ese liderazgo se fortalece o se funda en una relación política interna de conveniencias, que resultan benéficas para ese gremio y para los seguidores”.

Razones para la ruptura

El investigador de la UAM Iztapalapa expone que “distintos comentaristas han señalado que para el PRI significaba un alto costo político el mantener la coalición con el Panal, porque tenía que asegurarle espacios tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado que no corresponden al récord histórico de este partido, era concederles demasiado. También debido a que la codiciada profesora Elba Esther Gordillo es un personaje polémico, es un personaje que ha estado en distintos, digamos, públicos tanto con priistas cuando ella pertenecía al PRI, como en fecha más o menos reciente con el mismo gobierno federal encabezado por el presidente Calderón, entonces se consideraba que había ahí un doble costo político que habría que pagar, que habría que remontar frente a la opinión pública”.

Para el Panal, las razones internas que lo llevan a romper esta alianza tienen que ver “con el interés legítimo de los dirigentes del Panal de buscar asegurar más posiciones no sólo en el Senado, no sólo en la Cámara de Diputados, sino también en la integración del nuevo gobierno, que es algo que ya se dio con el gobierno de Calderón y que fue motivo de aquel escándalo en términos de la situación del ISSSTE y de la Lotería Nacional, por mencionar algunos casos”.

Seguir leyendo

Del lado del PRI, “las causas internas tienen que ver con el hecho de que en 2003 hubo una ruptura muy importante que condujo a la profesora Elba Esther Gordillo a abandonar las filas del Revolucionario Institucional; esa cicatriz no está cerrada, o en todo caso está cerrada, pero no en el sentido de ofrecer condiciones para la readmisión de la profesora dentro de las filas del PRI o de compartir con ella espacios que probablemente el partido tenga garantizados desde ya sin necesidad de esa coalición. De manera que el reencuentro del PRI con la profesora Gordillo también tenía que pasar por acuerdo internos que en un principio, bajo la dirección del profesor Humberto Moreira, parecía que se habían logrado, pero que en realidad hoy nos damos cuenta de que no se trataba de algo convenido por las distintas fuerzas que integran al Revolucionario Institucional”.

Frente a los rumores y trascendidos de que en esta ruptura influyeron los priistas Manlio Fabio Beltrones, Francisco Labastida, Dulce María Sauri, Carlos Jiménez Macías, entre otros opositores a la coalición, además de que al mismo tiempo el PRI no supo contener a los grupos de presión que cuestionaron la relación electoral, Ricardo Espinoza señala que “si bien es cierto que los personajes que estuvieron en el 2003 en esa disputa con Elba Esther Gordillo tienen cierta influencia en el partido, ahora todos están mirando o han coincidido en el hecho de que las posibilidades de éxito dependen, en un primer momento y casi de manera decisiva, de mantener la cohesión de la organización y los priistas están trabajando en esa ruta”.

Posible candidato propio

A raíz del rompimiento que hubo entre los priistas y la maestra Gordillo se han dado una serie de especulaciones sobre con quién podría ir aliado el partido de la maestra, aun cuando el Cofipe ¾Código Federal de Instituciones y Procedimientos electorales¾ indica que “ya pasó el tiempo de las coaliciones, legalmente hablando, pero hay aquí una experiencia que muestra que eso no impide que haya otro tipo de juegos más fuertes todavía que las coaliciones. En el proceso electoral del 2006 el Panal tenia candidato presidencial propio, sin embargo, la instrucción a sus huestes fue dirigir el grueso de los votos en favor del candidato Felipe Calderón, y fue exitoso, al grado de que el candidato oficial registrado del Panal no logró ni un punto porcentual, mientras que en la elección de diputados y senadores estuvieron en promedio de un cuatro por ciento. Por lo tanto, hay aquí una experiencia que muestra que la práctica puede ir en una dirección muy distinta de lo que establece la formalidad, esto es, no es posible ya establecer convenios de coalición legalmente, formalmente, pero sí es posible repetir la experiencia del 2006, esto es, lograr arreglos políticos no confesables”, por debajo de la mesa, “con lo cual se asegura una cantidad de votos al candidato de otro partido, ya que para Nueva Alianza tener un candidato presidencial propio como se mostró en las elecciones de 2006 no lo obliga a votar por ese candidato, sino que lo utilizan de manera estratégica para posicionarse en el concierto electoral y buscar quién tiene la mejor oferta, quién tiene más posibilidades de triunfo e inclinar sus votos en esa dirección”.

“¡Claro!, el rompimiento con el PRI fue real, formal; ahora, ¿qué puede pasar en la práctica?, pues la reedición de la experiencia del 2006. Estamos ante personalidades que hacen política, que saben cuáles son sus intereses y, pienso no sólo en Enrique Peña Nieto también en la propia profesora Gordillo, saben posicionar muy bien sus intereses, aunque esto es parte de la política en todos los países; lo que resulta muy cuestionable es que estos acuerdos contravienen la formalidad y la legalidad.

“Si un partido tiene un candidato es porque expresa sus propósitos, sus programas, sus principios, sus intenciones, y cuando se dan acuerdos como los que reconocieron tanto la profesora Gordillo como el mismo presidente de la república ¾acuerdos de votos a cambio de puestos en el gobierno¾, me parece que eso va en una dirección contraria de la transparencia y sobre todo del desarrollo democrático del país; y por eso son criticables esos acuerdos, no por que existan sino porque se ocultan. Se trata de una suerte de mercadeo político que deja a los ciudadanos en una situación de práctico aniquilamiento, digámoslo así”.