Qué nos está pasando

Genaro David Góngora Pimentel

El 2 de febrero de 1905, nació en San Petersburgo la filósofa y escritora estadounidense (de origen ruso) Alissa Zinovievna Rosenbaum, más conocida en el mundo de las letras bajo el seudónimo de Ayn Rand, y quien falleciera en marzo de 1982 en Nueva York.

Nunca más oportunas las palabras de la autora de esa magnífica novela que es Atlas Shrugged, traducida al español como Rebelión de Atlas, una suerte de anticipo de lo que nos está pasando a los mexicanos, juzgue usted:

 

Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada.

Y si usted observa que pasa todo, pero no pasa nada… su sociedad está muerta o está fallida.

En estos días fin y principio de año, nuestro país se encuentra en una situación muy problemática. Los informes que nos llegan de muchos lados de la república nos hacen pensar en lo necesario que será un cambio, una cirugía radical y mayor.

Algunos medios de comunicación, periódicos y televisión de provincia no han cumplido con un acuerdo no escrito de quitar las noticias que pueden preocupar, o mejor dicho, aterrar al buen pueblo mexicano y nos enteramos de actos de verdadera barbarie.

Yo quiero a México entrañablemente y no necesito engañarme para querer a mi patria sobre los males y las flaquezas que nos agobian. Deseo ser digno de comprender esos males y esas flaquezas, no para exagerarlos con la ironía o el pesimismo, sino para corregirlos con el trabajo. ¿Todavía podremos hacerlo? ¿Tenemos acaso una solución? ¿Cuántos de nosotros estamos indignados con los malos resultados?