Entrevista a José Antonio Crespo/Profesor del CIDE

Antonio Cerda Ardura

El triunfo de Josefina Vázquez Mota sobre el abanderado oficialista, Ernesto Cordero, y el senador con licencia, Santiago Creel, en las elecciones internas del PAN, para definir al candidato de este partido a la Presidencia de la República, no cambia la tendencia que parecería, a estas alturas, irreversible: que el priista Enrique Peña Nieto va a ganar la elección.

Así lo manifiesta, en entrevista con Siempre!, José Antonio Crespo Mendoza, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas, A.C. (CIDE), quien indica que la victoria del domingo pasado de la ex secretaria de Desarrollo Social y de Educación Pública representa no sólo un cobro de factura por parte de los panistas al Presidente de la República, por marginarlos y no tomarlos en cuenta a la hora de la elección del candidato, sino una evaluación a su gobierno, que no ha sido muy exitoso.

El destacado politólogo, experto en temas de transparencia y rendición de cuentas, sostiene que el voto libre predominó en el PAN, por encima del voto de la línea.

Voto libre

¿Qué significa el triunfo de Josefina Vázquez Mota en las elecciones internas del PAN, en especial cuando todo el mundo pensaba que el ganador sería Ernesto Cordero?

Bueno, no todo el mundo. Es decir: mucha gente sí les creía a las encuestas y partía de la premisa, que ya habíamos visto hace seis años, de que en el PAN la línea no funciona, a diferencia de lo que pasa en el PRI. Entonces, aunque era muy claro que Calderón apoyaba a Cordero y que había un operativo del gobierno y de algunos gobiernos estatales a favor de Cordero, los que realmente conocen mucho más al PAN, concluyeron: “No, no, no. Cordero no va a avanzar, porque Josefina va muy por delante”, Y, al final, el voto libre predominó en el PAN por encima del voto de la línea. De manera que sí hubo un operativo, pero no alcanzó. Alcanzó a poner a Cordero en segundo lugar y alcanzó para pasarlo del 3 por ciento que tenía, cuando se lanzó, al 39 por ciento, que no es poco. Pero dado que Josefina aparecía muy por arriba en las encuestas, finalmente el operativo oficial a favor de Cordero no bastó.

¿Esto significó que hubo un voto del PAN en contra de Calderón?

Sí. Porque también hemos visto en dos ocasiones, tanto en 2006 como ahora, que los panistas, cuando tienen la Presidencia, le cobran al Presidente la factura de las marginaciones y de no haber sido tomados en cuenta. Hay que recordar que son militantes, son miembros del propio partido y no ciudadanos comunes y corrientes. Ellos sí toman en cuenta qué tanto el Presidente integró a los grupos, qué tanto fue muy cerrado, a quiénes dejó fuera, en fin… Todo ese tipo de cosas que llevan a pensar que los panistas también evalúan a un gobierno que no ha sido muy exitoso y que prefieren no la continuidad, sino tener un candidato que represente otra cosa o algo distinto del gobierno en turno. Yo creo que sí, que los panistas se cobran la cuenta en la primaria y votan por un candidato distinto al oficial. Así pasó cuando los panistas no dieron su apoyo al candidato oficial, Santiago Creel, y en cambio se lo dieron a Calderón, y así pasó ahora también. Esos son los dos casos que hemos visto desde que el PAN está en el gobierno y ahora se confirmó. De manera que ya podemos empezar a considerar que eso es lo que sucede: los panistas le cobran la cuenta al presidente que el PAN tiene en turno.
Calderón tal vez no esperó que le pasara lo que pasó con él mismo.

Sí, exacto. O sí midió y lo quiso contrarrestar haciendo lo que aparentemente Fox no hizo: que aunque Creel era el candidato oficial del Presidente, Fox no se metió en esa contienda interna, o, en todo caso, no hay indicios de que se haya metido o de que haya salido a pegar. Mucha de la gente que creía que el candidato iba a ser Cordero argumentaba que Fox no conocía al partido y que Calderón sí lo conoce. Y segundo: Fox no quiso intervenir directamente y Calderón sí está interviniendo directamente desde la Presidencia, desde Los Pinos, y por eso pensaban que era factible que ganara Cordero, aunque apareciera en tercer lugar en las encuestas, muy por debajo de Josefina. Y, bueno, efectivamente, Calderón puede conocer más al partido, puede haber intervenido directamente o deliberadamente, pero no le alcanzó, porque parte del partido, parte de los militantes, sí representan un voto libre, no se van por la línea.

Plan B

¿Cuál será ahora la relación que va a tener el Presidente con el PAN y como va a interactuar con Vázquez Mota? Se supone que, en este último tramo, Calderón debe hacer ajustes y prevenir que tenga algunos salvavidas.

Yo creo que, de todas maneras, Calderón dejó entrever en toda esta precampaña que no se oponía a Josefina; que no era su favorita, pero que representaba un poco su Plan B. A quien de plano no quería, era a Santiago Creel. Allí sí había un veto muy claro. Quizás Calderón se planteó: “Bueno, voy a intentar con Cordero. Pero, si no funciona, pues Josefina no está tan mal. No es algo que realmente quisiera yo impedir”. De tal forma que me parece que muy fácilmente se pueden limar asperezas entre Josefina y Calderón y que habrá un apoyo de Calderón hacia Josefina. De todos modos, pienso que Calderón preferiría que gane Josefina a que gane el PRI, o, desde luego, que el perredista Andrés Manuel López Obrador. En suma: se van a limar las asperezas y aunque Josefina no es propiamente la candidata calderonista, el Presidente le va a dar su apoyo.

¿En las encuestas la señora Vázquez Mota podría elevar más su aceptación?

Yo creo que Josefina se puede consolidar en segundo lugar, no muy lejos de López Obrador, que está en tercero. Lo vamos a ver en las próximas semanas… Quién sabe. Igual y no, porque López Obrador ya tenía todos los elementos para subir y no subió. En realidad no sé qué haga falta para que López Obrador pueda subir más y ubicarse claramente en segundo lugar. Y probablemente sí va a haber algún voto útil para Josefina y algún voto de los que no quieren que el PRI gane para Josefina, y puede que crezca y que López Obrador baje, porque ésa es la tendencia. Lo que no creo es que Vázquez Mota llegue a un nivel en el cual realmente pueda ser competitiva y le pueda ganar al priista Enrique Peña Nieto, porque ella, de todas maneras, representa a los gobiernos panistas. Ya son dos gobiernos panistas que dejaron mucho que desear, que no cumplieron su oferta en lo fundamental, que representaron un fiasco para muchos, incluso para quienes votaron por ellos en 2000 o en 2006. Son ya dos sexenios del PAN y hay mucha gente que prefiere cambiar hacia lo que sea, que continuar con otro gobierno panista. Yo creo que ése es el principal problema de Josefina.

Derrota en ciernes

¿Cree, entonces, que viene el derrumbe panista?

Derrumbe no, derrota panista sí. Obviamente los partidos que resultan derrotados tienen debilidades y fracturas, hay confrontaciones y se echan culpas. Siempre que un partido es derrotado después de tener la Presidencia, queda debilitado. Eso mismo sucedió con el PRI. Pero no derrumbe en el sentido de que se vaya al piso y se quede ahí. Si ni al PRI le pasó eso, a ninguno de los partidos grandes les tiene que ocurrir. ¡Vaya, el PRD también ha tenido descalabros fuertes! Los partidos se debilitan, pero no desaparecen. Lo que sí veo es una derrota del PAN.

¿Ve usted un reforzamiento del PAN, una refundación o reconstitución panista?

Puede ser. Ante una probable derrota, es posible que grupos contrarios a Calderón retomen el control del partido y planteen algún cambio. Todos los partidos que son derrotados, después de un tiempo tienen que, por lo menos, hacer la reflexión de ajustar lo que falló, de presentar una renovación, de convencer a la gente de que ahora sí van a hacer lo que no hicieron y todo ese tipo de cosas. Es probable que, de concretarse la derrota, no lo sé, pero así me parece que va a ocurrir, el PAN se replantee: “Nosotros tenemos que hacer, por lo menos, una reflexión y un reajuste”.

¿Ya con los candidatos de los tres principales partidos, cómo avizora la competencia electoral?

Yo creo que Peña Nieto podrá bajar algunos puntos, pero no hasta el nivel en el que la elección se haga competitiva. Si Josefina se consolida en segundo lugar, seguro va a crecer, pero, repito, veo difícil que ese crecimiento sea al punto de desafiar realmente a Peña Nieto. Pero, en fin, todo puede ocurrir. Depende de qué más cosas ocurran y de cómo sean los debates. Pero me parece que ésa sería la tendencia. Y si López Obrador no logra remontar al segundo lugar en las próximas semanas, que ya ahora no lo veo tan sencillo, también tiene que presentar algo nuevo, porque ya se desgastó. Quedó como candidato; se logró la unidad del partido; ahora con el apoyo de Cárdenas se refuerza esa unidad; cambió su discurso; ya presentó su gabinete, que es una jugada importante decir con quiénes se gobernaría, y no levantó al segundo lugar. ¡Ya pasó todo eso y sigue en el tercer lugar! ¿Qué más tiene que hacer López Obrador? ¡Quién sabe! Irse, primero, al segundo lugar, y después ser competitivo. Eso también es difícil, porque las encuestas reflejan que el voto útil de los panistas iría para Peña Nieto, si es que López Obrador ganara. Y el voto útil de los lopezobradoristas iría en favor de Peña Nieto, también para impedir que el PAN repita una tercera ocasión.

¿Esto nos indicaría que el triunfo de Vázquez Mota en las internas del PAN refuerza o enfila a Peña Nieto hacia el primer lugar de la elección?

No, el triunfo de Josefina no cambia la tendencia. No es que refuerce el triunfo de Peña, porque yo creo que quien más podría desafiarlo era Josefina, no Creel ni Cordero. No es lo mejor que le pudo pasar al priista, pero simplemente fue que tampoco va a alcanzar para quitarle el triunfo a Peña Nieto.