Sin amor por ese cuerpo legislativo
Marco Antonio Aguilar Cortés
Morelia.- Por unanimidad, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal declaró, en sentencia firme, la legalidad y validez de la elección de Fausto Vallejo Figueroa como gobernador constitucional del estado de Michoacán.
La ponencia estuvo a cargo del magistrado Flavio Galván Rivera, y su proyecto fue legal y debidamente fundado y motivado, imparcial y exhaustivo. No dejó lugar a dudas, por lo que sus compañeros de tribunal lo aprobaron, haciendo precisiones cada uno de ellos, o subrayados, en algunos aspectos de la litis.
Todo lo resuelto por esta sala superior ya lo había externado como criterio jurídico, en voto particular, la magistrada Adriana Margarita Favela Herrera, integrante de la Sala Regional de ese mismo Tribunal Electoral en Toluca, respecto al sonado caso de la elección del ayuntamiento de Morelia.
Así que nuestro reconocimiento para esos magistrados de calidad moral y jurídica; y de nueva cuenta nuestro rechazo y reprobación para esos magistrados de la sala de Toluca, Carlos A. Morales Paulín y Santiago Nieto Castillo, quienes se atrevieron, fuera de la carta magna y de la ley, a nulificar más de 300 mil votos de morelianos, contados varias veces, uno por uno, de manera pública. Ellos deberían ser separados de sus cargos, y sentenciados, en debido juicio, para que paguen la responsabilidad objetiva.
Estimulemos a las autoridades honestas y capaces; repudiemos y castiguemos a los funcionarios incapaces y deshonestos.
Pero dejando atrás ese tema de proceso electoral, observamos que, una vez concluido su cuatrienio, el gobernador Leonel Godoy Rangel pidió su reintegración a la Cámara de Senadores, de la que no debió de haber salido, ahorrándole a Michoacán muchos quebrantos.
Aunque a decir verdad, la Cámara de Senadores no requiere, para nada, a Leonel, menos ahora, cuando la legislatura se encuentra en agonía; en cambio, a éste sí le es necesario el retorno al Congreso de la Unión, a efecto de tener fuero.
Muchos mexicanos ven la institución del “fuero” como un mal, porque los medios masivos de comunicación han inducido a ese error; sin dejar de reconocer que lamentablemente ha habido un mal uso del fuero por parte de pésimos funcionarios públicos.
Sin embargo, el fuero tiene sentido, y justificación, ante la peligrosidad de la prepotencia y la intolerancia de los poderosos. Desde luego que si esa amenaza autoritaria no existiera, el fuero constitucional no tendría fuente real de derecho.
Y si Godoy buscó tener de nueva cuenta fuero, es por el temor de sufrir, justa o injustamente, afectación en su libertad, por un amenazador desgobierno federal, al margen de todo derecho.
Las diferencias entre el presidente Felipe Calderón Hinojosa y Leonel Godoy son de sobra conocidas, y todos los michoacanos las padecimos; unos culpan al primero de estas desavenencias, y otros al segundo, pero la mayoría los señalan como corresponsables.
Beatriz Pagés Rebollar ha descrito asertóricamente en sus editoriales a Felipe Calderón como “un hombre que lleva la desconfianza en los genes… principal desestabilizador y causante de la división nacional”; y Julio Scherer García en los avances de su nuevo libro, publicados en Proceso, lo describe como “autoritario e intolerante”.
Ahora Godoy, con sus errores y defectos a cuestas, es más débil en relación con el Presidente, y sin fuero se encontraría a merced de un poderoso con las características descritas, por lo que, llegado el caso, ante cualquier despotismo, todos tenemos que exigir que se cumpla estrictamente el derecho, sin menos, pero sin más.
Leonel manifestó su decisión de regresar a la curul senatorial, la que desairó y abandonó bajo la modalidad de pedir licencia para venir a la gubernatura de Michoacán: “Deseo aportar mi experiencia de gobernador al Senado, en muy diversas áreas, ya que soy especialista en derecho penal, y en la equidad de la distribución presupuestaria…”
En realidad, es muy poco lo que Leonel en esas materias puede aportar al Senado de la República; en cambio, sería muy interesante que él explicara cómo se puede dejar en franca quiebra una entidad federativa en un cuatrienio y, además, entregar la investidura en pésimas condiciones, minando con perversidad todas las dependencias, antes de entregarlas.
Por lo demás, sigo pensando que Godoy únicamente busca en el Senado el fuero, y no sin razón, por los tiempos autoritarios en los cuales se vive.
Al despedirse de sus colaboradores Leonel volvió a lanzarles una adjetivación desangelada: “Ustedes son de bajo perfil mediático, pero de alto perfil operativo”, ¡vaya agradecimiento!
Lamentablemente para Michoacán, tres de sus senadores no representan a cabalidad a nuestra entidad federativa. Silvano Aureoles y Marko Cortés fueron reprobados por los michoacanos en las elecciones del 13 de noviembre del año 2011, y después de haber despreciado la curul senatorial, para acceder a otros cargos, con cinismo extremo han regresado.
Esos tres senadores, por simple vergüenza personal, y por el cuidado de la dignidad, si es que la tuvieran, no debieron regresar al cargo desestimado. Su amor por el Senado no creo que exista, y realmente no han sido buenos para Michoacán.
