México merece algo mejor
Carlos Jiménez Macías
“Felicidades y bienvenida a la contienda democrática; que sea por el bien de México”, fue la respuesta caballerosa y digna del virtual candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, a las palabras prepotentes y triunfalistas de Josefina Vázquez Mota; las que le dirigió en medio de la euforia de su triunfo electoral panista. No era para menos; ella misma había sufrido los improperios y golpes bajos de los compañeros de fórmula en el seno de su partido.
No. No somos ejemplo, pero los tiempos han cambiado. Al menos eso creemos y así debería ser. Que gane el mejor: aquél que obtenga la mayoría de los sufragios. Pero en juego limpio, sin tener que acudir con quejas lastimosas a los altos tribunales electorales. Esperemos que todos los candidatos, todos los partidos políticos, libren la batalla cívica que todos nos merecemos, con pleno respeto a las reglas elementales de algo que pudiéramos llamar decencia ciudadana.
No somos ejemplo, lo repito, pero lo que escribo ahora igual lo haría para las campañas de mi partido, el Revolucionario Institucional. México merece más que una contienda verdulera y zarrapastrosa. Desde aquí hagamos un llamado a todos los militantes de los partidos para que cada quien, en su trinchera, se cuide de no enturbiar el ánimo electoral con alusiones personales, con acusaciones falsas o con guerras sucias para desprestigiar a un contendiente o una formación política. Impidamos a toda costa la filtración de información sobre investigaciones oficiales a cargo de instituciones responsables de su custodia, que deben proceder en el ámbito jurisdiccional, no en los medios como estrategia de difamación y calumnia.
También hagamos un llamado a todos para que la lucha electoral que se avecina no contamine el medio ambiente, no degrade el paisaje urbano ni aumente el volumen de desechos barrenderos con costosísima basura de propaganda electoral, como todavía lo hacen los partidos de izquierda.
La hora que vivimos no se presta al derroche de impresos que han inundado la ciudad con carteles multicolores de rostros sonrientes con camisas sport y actitudes bonachonas o desafiantes, que lo único que consiguen es el desafecto de los propios votantes.
¿De veras creen que el pueblo no cuestiona el alto costo que generan decenas de miles de carteles mientras se arman cruzadas pidiendo la solidaridad nacional para combatir las hambrunas que azotan el norte del país?, ¿que la gente no se pregunta cuál es el origen y destino de los fondos de un partido que dice estar al lado de los pobres, pero al mismo tiempo derrocha sus recursos en anunciar a sus precandidatos que aspiran a ser futuros representantes populares?
Que gane el mejor, el que se coloque en las vanguardias de la voluntad popular por méritos propios, la excelencia de su propuesta para gobernar un país desalentado y la claridad de sus ideas a favor de México. No hay duda que Peña Nieto lleva la delantera y que los que vienen a la zaga no podrán acortar la distancia con su confusa noción de lo que realmente requiere el país para cambiar y saltar hacia adelante. No es prometiendo la continuidad de una política que durante dos sexenios sumió a muchos millones de mexicanos en la pobreza, que ha aumentado la tasa de desempleo a niveles que desconocíamos, que ha propiciado y acrecentado la violencia sanguinaria en una batalla que parece perdida, que ha acabado con el poder de las clases medias, que ha…
En fin, la lista es larga y mal podrá doña Josefina convencer al electorado de que “ahora sí” su partido podrá cumplir en el gobierno las promesas electorales desde los escombros legados por los dos deplorables regímenes panistas que todavía hoy nos siguen pesando.
La ineficacia y la torpeza, así como la mentira consciente y deliberada pueden asimilarse, señora Vázquez Mota, a las formas mas dañinas de la corrupción…