Entrevista a José Francisco Paoli Bolio/Investigador del IIJ de la UNAM

Moisés Castillo

Josefina Vázquez Mota siguió los pasos de Felipe Calderón: se rebeló contra la dirigencia panista y remó contra la corriente.

Al igual que Calderón, vino de atrás y consiguió la candidatura presidencial. Retó a Los Pinos y conquistó a la militancia. Rebasó por casi 15 puntos porcentuales a Ernesto Cordero, el “favorito” del Presidente y, sin duda, buscará una reconciliación interna para arrancar impetuosa su campaña electoral.

Ganadores y perdedores

Esto no es nuevo en el PAN. En 1987, el empresario Manuel J. Clouthier le arrebató la candidatura al preferido de la cúpula panista Jesús González Schmal.

En el 2000, Vicente Fox desempolvó el ejemplo de Maquío y se impuso como único aspirante en contra del entonces líder panista Felipe Calderón, quien no pudo impedir la victoria del guanajuatense.

En el pasado sexenio, Calderón derrotó a Santiago Creel, el “delfín” de Fox, desafiando con éxito al PAN de Manuel Espino y al gobierno federal. Al final, el “hijo desobediente” salió victorioso apretadamente de la elección presidencial.

Ahora, Vázquez Mota hizo lo mismo, a pesar de que hicieron todo lo posible para desacreditar sus aspiraciones. Le dijo “no” a Calderón cuando le ofreció el Estado de México y ganó la oportunidad de ser la primera mujer en alcanzar la Presidencia de la República.

Con el triunfo en las urnas, la diputada federal con licencia arremetió contra el puntero de las encuestas, Enrique Peña Nieto, y aseguró que es el verdadero adversario a vencer.

“Termina —dijo— la contienda interna, y comenzamos un nuevo camino: el camino para derrotar al verdadero adversario de México, a quien representa el autoritarismo y lo peor de la práctica antidemocrática, a quien representa el regreso a la corrupción como sistema y la impunidad como condena. Ese adversario es Peña Nieto y su partido”.

Responden Peña Nieto y López Obrador

Por su parte, el priista reviró al sostener que ante los ataques el tricolor ofrecerá soluciones.
“El compromiso del PRI es darle resultados a los mexicanos. Por ello, frente a los ataques, nosotros seguiremos ofreciendo soluciones… Los enemigos del PRI son los enemigos de México: la pobreza, la desigualdad y la inseguridad”, comentó en su cuenta de Twitter.

En tanto, Andrés Manuel López Obrador, precandidato de las “izquierdas”, dijo que “respeta” a Vázquez Mota como mujer, pero no como política, ya que ella ayudó a cometer el fraude electoral del 2006.

“Igual que los otros panistas de arriba —dijo—, igual que los priistas, no hay mucha diferencia; la señora le ayudó en el fraude a Calderón, al utilizar los padrones de Oportunidades, de programas sociales de la Secretaría de Desarrollo Social para comprar votos, de modo que ya sabemos cómo actúa”.

Vázquez Mota descartó fracturas o división interna en el PAN. Invitó a Creel y Cordero a “caminar juntos por México”.

“La reconciliación —afirmó— ya empezó de mi parte, lo que haya sucedido ha quedado atrás y hoy solamente tengo este proceso de 150 días para ganar la Presidencia de la República y ganarla para servir a todos los mexicanos”.

Elección interna exitosa

Para José Francisco Paoli Bolio, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, si bien el PRI tiene muchas posibilidades de regresar a Los Pinos, la panista buscará posicionarse en el segundo lugar de las preferencias y disputar la Presidencia de México a Enrique Peña Nieto.

“Fue muy clara Josefina —dijo— en el sentido de identificar a Peña Nieto como el candidato a derrotar, porque ella se está colocando como la retadora. Si lo logra y no es Andrés Manuel López Obrador el retador importante, entonces se podría acercar bastante y hasta ganar la Presidencia”.

¿Cómo califica la elección interna panista?

La calificaría en términos generales de exitosa aunque no exenta de trapacerías, denuncias y una serie de irregularidades que se dieron en varios estados. La distancia fue tan grande entre los precandidatos, lo cual fue un éxito para Cordero porque venía muy bajo en el tercer lugar. Pero implica que tuvo un apoyo fuerte desde el aparato del partido, de los gobernadores, de los principales líderes panistas. Y Josefina lo tuvo de la parte más importante que son los militantes y adherentes, que dan un poco la pista que ella es la más competitiva de los tres candidatos. Pero habría que valorar las irregularidades de las que no está exento el PAN porque se piensa que es el más civilizado, el más democrático, que se apega a derecho, sin embargo, también hay trapacerías.

Y del espionaje telefónico que denunció Vázquez Mota…

Muchas de estas cosas que estamos viendo es porque hay una vigilancia mayor, un conocimiento más detallado de lo que pasa y es más lógico conforme hay una competencia. Ni en el PAN, ni muchos menos en otros partidos había competencia. En el PRI, la designación era de arriba y no había mucho qué hacer. Los principales puestos, gobernadores, senadores, diputados, presidentes municipales, que eran de ciudades importantes, los nombraba directamente el presidente o por lo menos los palomeaba. Ahora se empiezan a descubrir una serie de cosas que no hacía falta. Se hacía el espionaje para prever movimientos de levantamientos militares o guerrilleros, pero no para los partidos. Ahora nos enteramos de todo.

¿Afectará la precampaña tan larga a la panista a pesar de que estaba arriba en las encuestas?

Fortalece al PAN haber tenido un proceso exitoso. Es la tercera ocasión que se hace este ejercicio en que el PAN se abre a una competencia. La primera en realidad no la fue porque se inscribió un solo candidato, Vicente Fox, que no era un panista de tradición, era un panista muy reciente que se había incorporado entre los seguidores de Maquío. Tenía poco de panista realmente. Durante su candidatura presidencial mandó de vacaciones a la doctrina y es que era un partido doctrinario. En la segunda ocasión, ya hubo una competencia con tres precandidatos Cárdenas, Creel y Calderón. Como sabemos, Creel estuvo muy adelante en las encuestas durante un tiempo. Pero Calderón ganó en cada uno de las regiones hasta que ya quedó como candidato.

Calderón fue el perdedor

¿A qué se debe esta “desobediencia” hacia la dirigencia panista y al presidente Calderón?

La primera vez, Fox no era un panista muy arraigado, de hecho tenía poco de haberse afiliado. Sus relaciones con el PAN no fueron muy buenas. En el primer año de gobierno de Fox, porque fui parte de una comisión de enlace entre gobierno y el partido, no había un entendimiento con el PAN, esta comisión tenía que buscar las formas de colaboración. El partido no necesitaba del Presidente de la República en el caso de Fox, como dependió 70 años el PRI, ya menos en las últimas etapas de Zedillo. En el caso del PAN, paulatinamente fue creciendo el ascendiente del Presidente que tomó varias decisiones, incluso para nombrar jefes del partido, que fue el caso de César Nava, ex secretario particular; y el caso de Germán Martínez Cáceres. Con Gustavo Madero aparentemente algo de esto ocurrió: Madero llega al terminar el periodo de Martínez Cáceres cuando renuncia al perder aparatosamente las elecciones del 2009. Había sido una persona cercana al Presidente, había sido secretario de la Función Pública, abogado del partido, de modo que estaba muy ligado. Cuando hay el fracaso del 2009 renuncia a los dos días de la elección y entonces entra Nava a terminar el periodo. Llega una cierta competencia y Madero la gana, pero con una cercanía muy grande con el Presidente. Sin embargo, cuando las decisiones se abren hacia abajo, como en esta elección, dejando a los miembros activos y adherentes votar libremente, entonces el Presidente no tiene el control total como vimos y su candidato Cordero sí tiene un gran apoyo oficial, pero no suficiente para a derrotar Vázquez Mota.

¿Calderón es el gran perdedor de este proceso interno?

Es un perdedor claro como lo fue también en la elección del 2009, en donde perdió no sólo un número grande de diputados, de más de 200 pasó a tener 150 y perdió cada vez más gubernaturas, municipios importantes que había alcanzado el PAN. Es curioso, pero el Presidente mantiene una cierta aceptación amplia de más del 60 por ciento y, sin embargo, no puede transferir su prestigio al partido, a los militantes, que se mantienen con una cierta distancia: es el Presidente que elegimos pero no va tomar todas las decisiones. Esto habla en gran medida bien del PAN, pero en este último proceso interno se vieron inágiles porque en otros partidos, como en el PRI y PRD, tomaron decisiones que los agilizaron y dejaron a sus aspirantes muy pronto como precandidatos únicos. Y el PAN empezó a enredarse, a tropezar, a tener debates que fueron bastante descafeinados y perdieron mucho tiempo. Entonces ahora están en posibilidades de recuperarlo. Esta decisión de hacer una elección interna les traerá un prestigio, pero también ya hubieran ganado demasiado terreno en las preferencias para tratar de acercarse al candidato priista que va arriba en las encuestas.

Se puede acercar al puntero

¿Vázquez Mota tiene oportunidades reales de ganar la Presidencia de la República?

Cualquiera de las tres fuerzas políticas principales puede ganar la presidencia por el ambiente democrático que estamos viviendo. Depende de diversos factores: si Josefina puede colocarse en un segundo lugar como la retadora principal, como se dice en el box, al campeón que es hasta ahora Peña Nieto, que tiene más de un año con una ventaja enorme respecto de cualquier candidato, y si ella se logra colocarse como la gran retadora, se puede acercar bastante. Esto ya lo vimos en otras ocasiones. De hecho, Francisco Labastida en el 2000 era el candidato que tenía la mayor preferencia, tenía alrededor de 8 puntos arriba y Fox acabó ganándole por 2.5 millones de votos. Lo vimos después cuando Calderón venía muy abajo y esta era la expectativa de Cordero. Luego vimos a Calderón derrotar por una nariz a López Obrador, por algo así de 230 mil votos. En esta ocasión está muy arriba Peña Nieto, pero ahora que están los tres candidatos vamos a ver quien queda en tercer lugar. En cualquier competencia electoral es normal que alguno se vaya al tercer puesto y es donde aparece el voto útil: cuando la gente quiere estar con alguien que tenga posibilidades de ganar y cuando tiene la certeza de que su candidato original va a perder la contienda, como le pasó a Roberto Madrazo. Quedó muy atrás y la competencia se da entre Calderón y López Obrador. Una competencia finalmente es sólo entre dos. Es muy raro que donde hay tres fuerzas políticas como en México queden muy parejas las tres. Siempre hay dos que van competir y uno que va cayendo. Eso fue lo que le pasó en 2006 al PRI.

¿Servirá el exhorto a Creel y Cordero para sanar heridas y sumarse a su campaña?

Sí porque está acompañado de negociaciones como sucede normalmente. Quedan heridas y esas heridas hay que curarlas y se ofrecen medicamentos que permiten el restañamiento con senadurías, diputaciones, candidaturas de elección popular o posiciones dentro del gobierno. No le extrañe que todavía el señor Cordero pudiera tener otra responsabilidad en el sector público para estos 10 meses que faltan de gobierno calderonista. El ha hecho su tarea, él siguió el plan del Presidente porque sino no hubiera renunciado a la Secretaría de Hacienda, cumplió un acuerdo para irse a competir porque él era a quien veía mejor. Estoy informado que el Presidente siempre ha tenido un gran beneplácito y preferencia hacia Cordero. Desde que él era presidente de una fundación que dependía de los diputados del PAN y Calderón era coordinador legislativo. Desde entonces había una lealtad y una cercanía muy real entre Calderón y Cordero que se mantiene. No sería difícil que Cordero pueda ser rescatado en varias cosas que pueda ser útil como una senaduría o recuerde que la Secretaría de Educación está “vacante”. No estoy diciendo que van a nombrar a Cordero, pero podría ser. Y así se la da un premio por haber seguido operando lealmente y replegado a la unidad.