Cuanto menos tiempo queda para las elecciones presidenciales en Rusia, más agitadas son las protestas de la oposición contra los deshonestos – desde su punto de vista- futuros comicios planeados para el 4 de marzo próximo. El filo de la crítica se apunta contra el candidato del partido gubernamental Rusia Unida, Vladimir Putin, actual primer ministro. Cabe señalar que si Putin gana estas elecciones, este será su tercer mandato presidencial por lo que es fuertemente criticado.
Es por ello que los mítines y manifestaciones que se realizan en el país desde el 5 de diciembre del 2011 llevan como lema Por elecciones honestas sin Putin aludiendo a las númerosas irregularidades, según la oposición, cometidas durante las elecciones parlamentarias celebradas en noviembre del año pasado que dieron la mayoría en la Duma –cámara baja- a los representantes del partido gubernamental.
Este año las manifestaciones tienen varias particularidades que las diferencian de las anteriores ya que se están llevando a cabo en un ambiente tranquilo sin zafarranchos ni detenciones, previa autorización de las autoridades.
Solamente se impone multa a aquel partido cuyo número de participantes en la manifestación supera al solicitado. Pero son raros los casos cuando esto sucede, al contrario, el número de manifestantes casi siempre es menor. Tal vez por los fríos polares que azotan a Rusia, o quizás por la paulatina baja del interés político de la población.
Otra particularidad de las elecciones presidenciales de Rusia es que los candidatos gubernamentales no participan en los debates. Putin se negó a participar en ellas en las elecciones anteriores, tampoco participó Medvedev, actual presidente. Esta vez Putin tampoco quiso debatir con sus oponentes. La razón la explicaron Vladimir Zhirinovsky del Partido Liberal Democrático de Rusia y Guennady Ziugánov del Partido Comunista, principales rivales de Putin.
Ellos declararon a priori que las elecciones presidenciales del 4 de marzo no serán justas ya que Putin no necesita debates porque aprovecha su cargo de primer ministro para publicar sus artículos con propaganda electoral en los periódicos y revistas más leídos del país, mientras que ellos no tienen esa posibilidad.
A propósito de estos artículos, los analistas económicos los criticaron por contener promesas incumplidas, populistas, según ellos, ya que el deseo de Putin de aumentar los salarios a los empleados públicos, a militares, subir pensiones para jubilados y aumentar varios subsidios, podría reventar el presupuesto nacional.
Mientras tanto las manifestaciones de ambos bandos, tanto de los opositores como de los partidarios de Putin, continúan. El pasado 18 de febrero una columna de automóviles realizó una marcha de protesta contra Putin por varias calles de Moscú.
Manifestaciones similares fueron organizadas en muchas ciudades de Rusia y hasta en algunos países de Europa. A su vez, los correligionarios de Putin llenaron con sus autos las calles de varias ciudades rusas.


