Entrevista a Roberto Blancarte / Director del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio México
Irma Ortiz
La visita del papa Benedicto XVI a México desató una serie de especulaciones sobre los objetivos de su visita. Su arribo se dio en el marco del inicio de las campañas para los comicios presidenciales y campea el temor entre los partidos de que Acción Nacional utilice la visita papal electoralmente. El nuncio apostólico Christophe Pierre ratificó a su vez que la visita del pontífice se trata sólo de “una visita pastoral”.
Al cierre de la edición —jueves 22— se confirmó la asistencia de los candidatos presidenciales de los principales partidos para asistir a una de las misas que oficiará Benedicto XVI, aunque no se entrevistará con ninguno de ellos.
Tanto Enrique Peña Nieto del PRI, como Andrés Manuel López Obrador de la alianza de izquierdas y Josefina Vázquez Mota del PAN, confirmaron su asistencia a la ceremonia religiosa, que se realizará en el Parque Bicentenario de Silao, al pie del Cerro del Cubilete.
Lo cierto es que el Vaticano, como lo señala Roberto Blancarte, director del Centro de Estudios Sociológicos del Colegio de México, no da paso sin huarache y aprovechará el momento de fragilidad política para introducir e imponer su propia agenda política. Tiene los ojos puestos en impulsar su propia noción de libertad religiosa, patentizar el reclamo de lo que considera son sus derechos y que éstos queden establecidos formalmente.
Esto es, las reformas a los artículos 24 y 40 constitucionales que se encuentran a debate en el Congreso de la Unión y que en opinión de Blancarte es “el inicio de una larga discusión no sólo de lo que significa la noción de libertad religiosa, libertad de conciencia y sobre todo el contenido de lo que entendemos como república laica”.
¿Visita electorera?
El arribo del Papa a México se da en el contexto de recientes reformas al artículo 24 constitucional, lo que se considera un regalo a la Iglesia.
Las reformas están en curso, todavía no están hechas. Lo que se aprobó en la comisión de puntos constitucionales fue en primer lugar la reforma al artículo 40, que señalará a partir de ahora que es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una república federal, representativa y, ahora dirá, laica. Nos constituimos como una república laica y así recibimos al Papa, este mensaje es muy importante.
La segunda reforma está ligada, porque introduce cambios al artículo 24 y en lugar de libertad de creencias religiosas que todavía se establece, se introduce la noción de libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión.
Obviamente esto ha generado muchos debates y va a seguirlos generando, porque en realidad son reformas que en la propia exposición de motivos se señala que no tiene ningún otro alcance, por ejemplo para el tema de la educación laica pública, y no tiene ningún otro alcance para la reforma de otros artículos de la Constitución, como originalmente sí se pretendía.
La exposición de motivos en el Senado es una exposición hecha por las dos Cámaras al final, que mejoró mucho la redacción, sobre todo el trasfondo que puede tener el sentido de esta reforma y podría ser positiva en el sentido de que se inscribe dentro de la reforma del estado laico. Si se entiende así, entonces creo que sería muy positiva.
El problema, todos sabemos, es que esto apenas es el inicio de un largo debate, una polémica que estaremos dando, no sólo acerca de lo que significa la noción de libertad religiosa, acerca del contenido de la libertad de conciencia y sobre todo el contenido de lo que entendemos como república laica.
Mucho se especula que la visita papal favorecería al Partido Acción Nacional.
Se mencionó muchísimo y en efecto pudo haberse cuidado mejor la fecha; obviamente el Vaticano, Roma, la Santa Sede, como decimos en México no da paso sin huarache. Está muy claro, cada acto que hacen tiene un simbolismo específico, ellos sabían y saben muy bien que vienen en medio de un proceso electoral y el gobierno mexicano también sabía que la invitación estaba gestándose en medio de un ambiente electoral.
Pudieron haberlo atrasado unos meses pero decidieron hacerlo así y eso es parte probablemente de las cosas que quedarán siempre como bajo sospecha, porque lo que muestra es que, en efecto, el Vaticano tiene su propia agenda política y la viene a impulsar en un momento en que la clase política mexicana está muy débil, frágil y fácilmente manipulable. Es un momento difícil que el propio Vaticano de alguna manera aprovecha.
La agenda política del Vaticano está enfocada a impulsar su propia noción de libertad religiosa, impulsar su razonamiento que está detrás de esta noción, una lógica que es una serie de derechos que la Iglesia está reclamando y que quiere que queden establecidos formalmente. Quiere que quede claro para la opinión pública que todos los candidatos a la Presidencia de la República están presentes y van a escuchar su mensaje, ésa es la agenda del Vaticano.
Hay que recordar que el Vaticano, aunque diga que viene a visitas pastorales, éstas no pueden desligarse de lo que son visitas políticas. ¿Por qué? Porque desde el siglo I, cuando San Pablo iba a predicar a Grecia y pregonaba a los cristianos de esa región, hablaba de política, de cómo tenían que relacionarse con las autoridades, de lo que tenían que hacer en sociedad porque éstos no son temas estrictamente espirituales, sino que tienen que ver con política.
¿Cómo interpretar que el Papa sólo visitó Guanajuato?
Tiene muchas lecturas, una de las posibles lecturas es que viene en un momento en que también hay un retroceso del catolicismo no sólo en México sino en toda América Latina. Viene al reducto del catolicismo mexicano, pero no de cualquier catolicismo sino del más clerical. En México y en América Latina hay muchos catolicismos, pero el clerical es el que está precisamente en esa zona del Bajío y particularmente en Guanajuato. Puede interpretarse de que viene a ese reducto porque en otros lugares probablemente no hubiera tenido el mismo eco.
Presiones en la agenda
El Papa impulsa su propia agenda, pero es un pontífice en serios problemas con la Curia Romana, apoya a la clase política, en el contexto de una América Latina que ha perdido un gran número de fieles.
Hay que considerar que es un Papa que va a cumplir 85 años el próximo mes, que tiene enfermedades, que está decaído en su energía, en su fuerza; a los 78, no es que tuviera mucha, pero tenía más hace siete años que ahora.
Lo que sucede en muchos procesos burocráticos es que terminan encerrando ciertamente a alguien que tiene el poder absoluto con una monarquía absoluta como es la del Papa. Lo que vemos en los últimos meses o años es cómo cada vez está más limitado en su capacidad para hacer ciertas cosas, como hay ciertos sectores más conservadores dentro de la propia Curia que están empujando ciertos temas que no son necesariamente los que por prioridad tendría que estar revisando el Papa aquí.
Doy un ejemplo, el tema de la pederastia desapareció de la agenda cuando tendría que haber sido central en México, sobre todo a partir del caso de Marcial Maciel y de los Legionarios de Cristo. Sin embargo desapareció y es absolutamente increíble que el Papa sí lo haya podido atender en otros países y en América Latina eso apareciera como si no fuera un problema.
Que es lo mismo que sucedió en España.
Hay presiones dentro de la propia Curia Romana para que el Papa no atendiera ciertos problemas o para que empiecen a ser no prioritarios, y eso es un escándalo en México. Realmente no entiendo cómo el Papa permitió que ese tema no fuera atendido cuando él mismo había sido de los que al parecer había impulsado la condena de Marcial Maciel. El silencio en este caso va a ser muy pesado.
No terminará el debate
¿Cuáles son los alcances de la reforma al artículo 24, tal como se aprobó?
Yo diría que no cambió mucho porque el artículo 24, incluso hasta ahora que no se ha reformado, garantiza la libertad de creencias religiosas y la reforma, si se llega aprobar en el pleno probablemente el próximo martes y después en los diversos estados de la república, lo que establece es que se garantiza la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión.
Se le agregaron más bien dos cosas y se le sumó un elemento en donde explícitamente se especifica que esa libertad no podrá tener repercusiones en materia de proselitismo político. Se le quita todo elemento político a la reforma.
¿Cuál es la diferencia? El resultado es que simple y sencillamente se introducen dos elementos que son convicciones éticas para los que no son religiosos y libertad de conciencia, que es muy importante; por ejemplo, para las feministas, porque ahora ellas, si se llega a aprobar eso, van a poder apelar para decidir sobre su propio cuerpo, para poder interrumpir el embarazo.
A eso me refiero cuando digo que estas reformas no son el final de un debate sino el inicio de una discusión, y de aquí en adelante va a haber muchísimas cosas en las que nosotros como sociedad tendremos que definir qué significa cada una de ellas.
¿Cuáles serán las repercusiones de la visita del Papa a México? ¿Mayor fortalecimiento de la Iglesia?, ¿permitirá al gobierno contar con un apoyo luego de esta guerra contra el narcotráfico con tantos daños colaterales?
Es probable que eso suceda, pero lo que más me preocupa es precisamente el fortalecimiento de la idea, de la disolución entre lo público y lo privado. El hecho de que todos los candidatos participaran en la ceremonia religiosa.
Me preocupa muchísimo porque eso es exactamente lo que el Vaticano quiere, que las creencias personales de los candidatos se conviertan en parte de su función pública, una vez que cualquiera de ellos asuma la presidencia, cuando lo que nosotros hemos estado luchando durante siglos es precisamente para que las creencias personales de candidatos o funcionarios públicos, en este caso, no se conviertan en políticas públicas. Nadie tiene el derecho a imponerle sus creencias personales al resto de los ciudadanos a través de una política pública.
Hace unas semanas escribía: ya veo a los candidatos arrodillados, sentaditos, escuchando al Papa, diciéndoles, tirándoles la línea de lo que debe ser y cómo deben de comportarse, porque obviamente lo que está diciéndonos es que va a haber una política que se va a tratar de imponer a los ciudadanos, y eso le debe de preocupar a los 20 millones de mexicanos que no son católicos, y les debe preocupar a los católicos que no necesariamente están de acuerdo en las cosas como las plantea su propio Episcopado.