Francia se va, el 6 de mayo, a la segunda vuelta electoral

Bernardo González Solano

Aunque en política, como en el amor, nada es para siempre, el candidato del Partido Socialista de Francia, François Hollande, de 57 años de edad, el domingo 22 de abril, en la primera ronda de los comicios presidenciales franceses, contra lo que adelantaba el Elíseo, logró una ajustada, pero clara, victoria frente al presidente Nicolás Paul Stéphane Sarkozy de Nagy-Bocsa, que por coincidencia también cuenta con la misma edad, del partido de centro derecha Unión por un Movimiento Popular, que busca la reelección para otro mandato de un lustro. Alguno de los dos será, el 6 de mayo próximo —día de la segunda vuelta—, el séptimo presidente de la Quinta República fundada el 5 de octubre de 1958 por el general Charles de Gaulle. Los últimos sondeos dan por triunfador al líder socialista en los comicios definitivos.

Las cifras de los votos

Escrutadas la casi totalidad de las boletas, tras el cierre de los colegios, a las 20 horas del domingo 22, Hollande obtuvo 28.66%; Sarkozy, 27.18%; Marine Le Pen, del Frente Nacional, 19%; Jean-Luc Mélenchon, del Frente de Izquierda, que incluye al Partido Comunista, 10.8%; François Bayrou, presidente del Movimiento Demócrata, 8.9%. Los primeros cuatro lugares.

El resto de los diez candidatos presidenciales lograron los siguientes porcentajes: Eva Joly, de Europe Ecologie Les Verts, 2.27%; Nicolás Dupont-Aignan, Debout La République, 1.80%; Philippe Poutou, Nuevo Partido Anticapitalista, 1.15%; Nathalie Arthaud, Lucha Obrera, 0.57%, y, Jacques Cheminade, Solidaridad y Progreso, 0.25%. Esta es la historia. Nunca antes un presidente en funciones había sido derrotado en la primera vuelta de los comicios presidenciales.

Asimismo, Hollande —ex pareja de Ségolène Royal y padre de sus cuatro hijos, que fue la anterior abanderada presidencial del Partido Socialista vencida por el actual mandatario galo hace un lustro—, tratará de llevar a la izquierda al poder en Francia por segunda vez después del triunfo del tan criticado François Mitterrand, en 1981.

Hollande: “El cambio está en marcha”

En caso de llegar al Elíseo, Hollande sería el único mandatario de izquierda de un país importante de la Unión Europea. Solo hay otro socialdemócrata en el poder en la zona euro, el belga Elio di Rupo, que apenas llegó a formar gobierno el 6 de diciembre de 2011 en Bélgica,  después de 541 días de las elecciones. Los demás países de la Unión Europea son gobernados por mandatarios de derecha o conservadores.

En sus primeras declaraciones después de conocer los resultados electorales, Hollande dijo: “Los franceses han apoyado masivamente mi candidatura. Ese voto también es una sanción del mandato presidencial que se acaba. Soy el candidato de la unión por el cambio… El cambio está en marcha. Nada lo detendrá”.

De cualquier manera, el hecho es que la vapuleada izquierda del Viejo Continente empezó a salir del pozo después de las elecciones presidenciales francesas el domingo 22.

Sarkozy, que siempre creyó ganaría en la primera ronda, al conocer la verdad inmediatamente se entregó a la campaña de la segunda y última vuelta. Así, animó a los votantes a “hacer una elección histórica” el domingo 6 de mayo.

“La cuestión central de esta elección —dijo Sarkozy— es la defensa de nuestro modo de vida, en un mundo que cambia. Ha llegado el momento crucial: el de los programas. Los franceses deben elegir al presidente que mejor pueda protegerlos y defender su modo de vida dura te los próximos cinco años…”

Sorprendió la utraderecha

La sorpresa de la jornada electoral llegó de la mano de Marine Le Pen, la candidata ultraderechista del Frente Nacional, que quedó en tercer lugar, con 19% de la votación dominical. Sin duda un fuerte aldabonazo. El progenitor de Marine Le Pen, el polémico Jean-Marie Le Pen, de 84 años de edad, alcanzó el 17% de los votos en la primera vuelta de las presidenciales de 2002, cuando el líder extremista eliminó al candidato socialista del momento, Lionel Jospin.

Marine Le Pen, de 43 años de edad, dos veces divorciada, es una avezada política de derecha. No en balde es hija de quien es. En sus primera palabras tras conocer los resultados, Le Pen lanzó un fuerte ataque contra Sarkozy: “Estamos viviendo el comienzo de un gran reagrupamiento de patriotas de Francia y defensores de su identidad. Ocurra lo que ocurra, la batalla está comenzando ahora”.

Es claro que con estas palabras, la exultante candidata de la extrema derecha pidió a sus electores que “abandonen” a Sarkozy, apostando por el arribo al poder de un presidente socialista para intentar seguir creciendo a costa de la derecha moderada y liberal.

Por si algo faltara, el candidato que ocupa la cuarta votación de los comicios, Jean-Luc Mélenchon, con el 10.8% de lo votos, también reaccionó rápidamente: “¡Tenemos que hacer todo lo posible para derrotar a Sarkozy, sin contrapartidas de ningún tipo!”, exhortó a sus simpatizantes.

Por lo mismo, Marine Le Pen reconoció que necesita el apoyo de sus militantes “para devolverle al pueblo francés su orgullo”, pero se mostró confiada de imponer todos juntos “el gran cambio. “Todo es posible todos unidos”, dijo la ultraderechista.

En tales condiciones, con una participación electoral del 81%, abajo cinco puntos que la de las elecciones presidenciales de 2007, Hollande —que sus rivales tachan de blando y poco decidido— resultó reforzado de su primera apuesta presidencial, gracias a que Dominique Strauss-Khan, el incontrolable ex jefe del Fondo Monetario Internacional, no supo ni pudo ocultar sus excesos sexuales lo que le cerró las posibilidades de convertirse en el candidato del Partido Socialista de Francia, a la presidencia de la Quinta República.

Solo por no dejar, ¿qué hubiera sucedido si Strauss-Khan fuera el abanderado socialista y en plena campaña electoral se descubrieran sus estupideces y sus obsesivos empeños de acoso sexual con todas las mujeres que se le pongan enfrente? Ni duda cabe que Sarkozy habría ganado en la primera y en la segunda vuelta.

Así las cosas, Hollande pudo movilizar a sus seguidores con un mensaje de unidad y cambio tranquilo después de una larga campaña de más de doce meses, inspirándose en la que llevó a Mitterrand al poder en 1981. Los llamamientos al voto útil del diputado de la Corrèze fructificaron, al tiempo que redujo las expectativas del comunista Jean-Luc Mélenchon. El abanderado del Frente de Izquierda, apoyado por el Partido Comunista, llegó al 10.8% de los votos, duplicando casi la cifra con  la que inició la campaña, pero quedó lejos del 14% previsto en los sondeos.

En busca del voto conservador

Ya que en los próximos días Francia conocerá una lucha política como pocas veces se ha visto, en su primer mitin después de los comicios dominicales, en Quimper (Finisterre, al oeste), Hollande “tendió su mano” a los votantes del Frente Nacional. Thomas Hollande —uno de los hijos del candidato socialista—, comentó la victoria de su padre con las siguientes palabras: “La campaña de la segunda vuelta no podrá limitarse a hacer antisarkozysmo. Será necesario desarrollar temas fuertes, dirigidos al electorado de Jean-Luc Mélenchon y al electorado de Marine Le Pen”. Quizás por primera vez, el vástago de un candidato socialista a la presidencia de Francia le pide a su padre que “desarrolle” temas para conseguir el voto de la extrema derecha.

Hollande, más tarde, se dirigió a los simpatizantes de Le Pen en estos términos: “Debemos escucharlos. Son hombres y mujeres que no saben hacia dónde mirar y se sienten atraídos por muy malos vientos. Se trata, con frecuencia, de obreros que no saben cómo llegar a fin de mes. Se trata, con frecuencia, de agricultores que temen por la supervivencia de sus explotaciones agrícolas. Se trata, también, de jóvenes que no saben hacia dónde ir… debemos escucharlos”.

Casi todos los sondeos confirman que los electores de Marine Le Pen tienen la “llave” del Elíseo. Serán los electores de extrema derecha quienes den la victoria a Hollande o a Sarkozy. Mientras, el candidato socialista fue el primero en  pedirles su voto, en términos apenas velados.

Sarkozy, por su parte, dijo a los militantes de la Unión por un Movimiento Popular: “Pueblo de Francia, no tengan miedo. Ellos no ganarán si ustedes deciden que ganarán”.

La batalla que se avecina será din duda a morir. Los analistas aseguran que el presidente y su equipo lancen acusaciones y denuncias de grueso calibre contra Hollande y el Partido Socialista. Habrá muchos golpes bajos en las siguientes semanas. Los sondeos aseguran que el socialista ganará el 6 de mayo. Todo puede suceder. En poco tiempo se sabrá.